Uruguay

Agricultura familiar agroecológica para preservar el agua y la vida

24 marzo, 2023

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Agustina Araújo

Agricultura familiar agroecológica para preservar el agua y la vida

Compartimos la declaración pública de la Red de Agroecología en el marco del día mundial del agua.


Durante los últimos tres años hemos experimentado la peor sequía del siglo en Uruguay, con su punto más crítico ocurriendo el pasado verano. Las causas de este fenómeno son múltiples, incluyendo factores naturales como el evento climático de La Niña, agravados por olas de calor originadas por el calentamiento global y por alteraciones regionales y locales de la circulación del agua provocadas por la deforestación del Amazonas o la plantación de especies forestales exóticas en nuestro país, altamente demandantes de agua.

La falta de lluvias ha tenido graves consecuencias en todo el territorio, incluyendo la pérdida de fuentes de agua naturales como cañadas, arroyos y ríos, así como de fuentes artificiales como tajamares, represas y embalses. La pérdida de este bien común es vital para la supervivencia de cualquier ser vivo y nos hace conscientes de la fragilidad del sistema en el que vivimos, la fragilidad del planeta y la fragilidad de la vida.

El agua es vida. Esta afirmación puede ser analizada teóricamente al estudiar formas de conservarla, cuidarla, respetarla y valorar cada una de sus funciones y propiedades. También podemos llegar a la misma conclusión al darnos cuenta de que su falta o escasez puede significar la MUERTE. La importancia de este periodo de sequía es que nos ha hecho ver esta posibilidad más cerca. Estamos a días de que las fuentes de agua potable de muchos centros poblados colapsen, generando una alarma pública que debería ser aún mayor. Es difícil imaginar abrir la canilla y no obtener agua durante días y días. Esta situación es una realidad para muchas personas que viven en el campo y cuya fuente de ingresos es la producción agropecuaria. Para las pequeñas productoras y productores familiares, la falta de lluvia ya se ha traducido en MUERTE, tanto de plantas, árboles, frutos, semillas y animales, como de proyectos, inversiones y del sustento familiar.

Las medidas de ayuda en respuesta a la emergencia agropecuaria implementadas por el gobierno nacional y algunos gobiernos departamentales basadas en préstamos con tasas de interés que van del 2% para los productores, prórrogas en el pago de servicios e impuestos, suministro de agua para personas y animales en predios sin acceso a ella, subsidios del 75% en raciones para animales a productores con menos de 30 animales, y permitir que los animales pastoreen en las rutas y sus bordes, son insuficientes para el desarrollo a mediano plazo, ya que en muchos casos significan el comienzo del fin. Los préstamos solo alivian la situación a corto plazo y la prórroga en el pago de impuestos solo aplaza el problema. El suministro de agua y los subsidios son bienvenidos, pero también generan deuda y no resuelven los problemas a largo plazo.

Los productores agroecológicos cuidamos el suelo, generando un suelo más rico en materia orgánica donde el agua se infiltra y se almacena en mayor cantidad. Cuidamos el agua no generando residuos tóxicos que la contaminen, cuidamos el monte nativo previniendo así la erosión y evaporación pequeñas cañadas y cursos de agua. La producción agroecológica considera la sustentabilidad y sostenibilidad a largo plazo de la producción, el comercio justo y local, el consumo saludable y accesible, el bienestar animal, la conservación de la biodiversidad y la salud del aire, agua y suelo. Creemos que es una alternativa coherente al sistema actual de producción y consumo, que produce alimentos transgénicos con agrotóxicos, fertilizantes y combustibles fósiles. Este sistema no solo contamina el medio ambiente, sino que también causa enfermedades y muertes evitables en humanos y otras especies.

Por eso planteamos que la producción agroecológica familiar debería ser objeto de políticas públicas de promoción para fortalecer las experiencias en marcha y para sumar cada vez más predios, como fue acordado en el Plan Nacional de Agroecología, votado por todos los partidos políticos en la Ley 19717. Sin embargo el gobierno no otorgó los fondos presupuestales necesarios para implementarlo. Por el contrario se tomaron resoluciones que debilitan el sector, como la posibilidad de certificar la producción mediante el Sistema Participativo de Garantía.

El modelo actual del agronegocio, concentra la propiedad de la tierra y las agroindustrias en cada vez menos empresas, propiedad de capitales transnacionales, orientadas exclusivamente por la búsqueda de ganancia a costa de los bienes comunes, capacidad de subsistencia, cuerpos y vidas. Por lo tanto, es importante recordar que la sequía no es la causa raíz del problema, ¡No es sequía es saqueo!

Si los productores familiares no producimos frutas, verduras, huevos y carne, las personas tendrán que confiar en la importación de alimentos del gobierno para satisfacer sus necesidades básicas. Esto no sólo puede resultar en precios altos e inestables debido a la especulación comercial de intermediarios, sino también en un descenso de calidad y falta de productos frescos. Por lo tanto, la producción agroecológica es crucial para garantizar el acceso a alimentos saludables y asequibles y reducir nuestra dependencia de un sistema de producción y distribución globalizado y no sostenible.

¡AGROECOLOGÍA AHORA! 

¡NO ES SEQUÍA ES SAQUEO!