Memoria de lucha, día de paro, tiempo de rebelión
Mujeres, lesbianas, travas, trans, bi y no binaries surcaron 18 de julio marchando lento pero seguro. Seguro como el crecimiento de esta ola, de este abrazo feminista que no para de crecer y que quiere transformarlo todo.
Compartimos la proclama de la Coordinadora de feminismos se se leyó en forma colectiva en la movilización:
«Nosotras compañeras, desde las niñas hasta las de más edad. Nosotres, que estudiamos, trabajamos en nuestras casas y fuera de ellas. Nosotras las libres, las encerradas y las locas. Nosotres que tenemos la piel de diversos colores y raíces en distintos pueblos. Nosotres que deseamos amar fuera de las reglas heteronormativas. Nosotras las que parimos, las que no podemos o no queremos hacerlo. ¡Paramos y estamos juntas, en alerta y en las calles una vez más!
Este 8 de marzo traemos a la memoria la lucha de las mujeres, trans, travas, tortas, lesbianas y disidencias. Su fuerza es nuestra fuerza. Somos parte de una historia y un presente de rebeldía que desborda fronteras. La lucha feminista conforma un entramado de resistencias frente a la avanzada fascista, misógina, racista, homofófica, lesbofóbica y transfóbica que se expande en nuestro continente, orquestada desde las alianzas militar, financiera y religiosa, que redoblan las jerarquías y las violencias.
Estamos en Huelga feminista, porque deseamos deconstruir la maternidad como institución opresiva. ¡Radicalicemos las formas de maternar para construirlas feministas y anticapitalistas! Estamos en Huelga porque en las instituciones educativas nuestro trabajo y accionar siguen desvalorizados e invisibilizados, porque los contenidos curriculares niegan nuestra presencia y aportes. ¡Construyamos otras prácticas que nos encuentren juntas y juntes a estudiantes, madres y cuidadoras!
Estamos en Huelga feminista, porque estamos hartas del acoso callejero y de la violencia sexual. La cultura de la violación está para disciplinarnos. Nos remarca que las calles no son nuestras, que las noches no son nuestras. Nuestros hogares tampoco son nuestros si en ellos también nos violan. Confiemos en lo que sentimos: si decimos que NO es NO, si NO dijimos que sí también es NO. Sigamos rompiendo el silencio. ¡Ante la violencia machista, autodefensa feminista!
Estamos en Huelga, porque la justicia ignora, invisibiliza y silencia nuestros relatos, perpetuando y siendo cómplice de la violencia machista y los feminicidios. El sistema patriarcal, racista y colonial conforman el Estado y su aparato represivo. Sabemos que no es un asunto de soluciones punitivas, ni de aumento de penas, ni privación de libertad. No alcanzan las leyes si la justicia es patriarcal. ¡Necesitamos una justicia feminista que parta de nosotras, que desborde lo normativo y se ubique fuera de la lógica del miedo!
Estamos en Huelga feminista, porque el desempleo y la precarización, bajo la complicidad del mercado y el Estado, recaen y se profundizan sobre nuestros cuerpos, que le hacen frente a la crisis, la feminización de la pobreza y al racismo. ¡Seguiremos tejiendo estrategias de resistencia para cuidarnos entre nosotras y revolucionar nuestras vidas!
Estamos en Huelga feminista, porque los encierros no curan, porque nos enloquece y aisla una sociedad que violenta y excluye, donde somos medicalizadas y patologizadas constantemente. ¡Reivindicamos ser libres, nos encontramos, resistimos y quebramos los encierros!
Estamos en Huelga feminista, para acabar con todas las formas de cosificación y violencia hacia nuestras cuerpas. Denunciamos la desaparición de mujeres, niñas, adolescentes y otros cuerpos feminizados en manos de las redes de trata y explotación sexual con la complicidad del estado, de los medios, el sistema económico y judicial. Queremos una sexualidad libre de violencia, que no se sujete al deseo masculino ni a los estereotipos de género y raciales. Una sexualidad nuestra, para nosotras y nosotres.
Estamos en Huelga feminista, porque la explosión del modelo desarrollista y extractivista, anclado en los megaproyectos del capital, que suponen la forestación, el monocultivo, la contaminación y privatización del agua, generan la expropiación y deterioro de territorios, urbanos y rurales. Enfrentamos colectivamente a quienes en nombre de la propiedad y el desarrollo nos atacan. Colocamos en el centro la vida y la naturaleza, recreando entramados comunitarios y formas nuevas de vivir y habitar el territorio.
Estamos en Huelga feminista, para que nuestras voces como trans, travas, lesbianas, tortas, mujeres y no binaries sean escuchadas. Porque nos matan, nos silencian, nos invisibilizan. Es urgente frenar el avance disciplinador y religioso sobre nuestra existencia. Resistimos ante todo discurso odiante, biologicista, moralista, racista y fundamentalista.
En cada militante asesinada, en cada protesta criminalizada y reprimida desarrollamos nuestras propias formas de luchar, de comunicarnos, de circular información sin el filtro conservador. Nos reinventamos en la lucha y sentimos la experiencia de libertad. Desplegamos nuestra creatividad y nuestra fuerza colectiva, nos hermanamos para seguir con el puño el alto y la dignidad rebelde.
Tiemblen que las brujas hemos vuelto. Porque somos las de ahora, las de siempre, las de todos los tiempos. Somos de aquí y de allá. Nuestras luchas se expanden, se cruzan, se enlazan. ¡Estamos en rebelión y nos empecinamos en cambiar la vida!
¡Feminismos en las calles, las casas, las camas y en todas partes!
¡Viva la Huelga feminista!
¡Viva el 8 de marzo!
COORDINADORA DE FEMINISMOS DEL URUGUAY