Desordenando Mundos Uruguay

“Democratizar el conocimiento implica romper fronteras”

30 agosto, 2020

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Andrés Martínez

“Democratizar el conocimiento implica romper fronteras”

Gregory Randall nació en Estados Unidos a comienzos de la intensa década de 1960. Las búsquedas literarias y políticas de su madre lo llevaron primero a México y luego a la Cuba revolucionaria. En Cuba pasó su juventud, conoció a su compañera Laura que es uruguaya y estaba exiliada con su familia. Allí comenzó la formación académica y se vinculó al MIR Chileno. Como parte de sus tareas en esa organización política se fue a estudiar a Francia, donde nacieron sus tres hijxs. En 1994 deciden instalarse en Uruguay.


Desde entonces es docente del departamento de Ingeniería Eléctrica. Fue pro-rector de investigación y responsable de la Comisión Coordinadora del Interior durante el rectorado de Rodrigo Arocena. Recuerda ese periodo como un momento fermental fuerte, que también supuso la reacción conservadora de algunos universitarios que se resistieron a los cambios propuestos, ya que tocaba intereses poderosos, fundamentalmente académicos. Considera que el rectorado de Arim es la continuidad de la segunda reforma, en tanto comparte su sentido más genérico, de democratizar el conocimiento. Entiende que sería un grave error recortar el presupuesto universitario y sostiene que la Universidad obtuvo resultados muy por encima de los aumentos otorgados por los anteriores gobiernos, que tuvieron el problema de ser focalizados. Hay sectores muy importantes de la institución, como la formación de grado en Montevideo, que no recibieron aumentos sustantivos en los últimos 10 años.

En la actualidad continúa su actividad académica en Ingeniería y es delegado del orden docente al Consejo Directivo Central de la Universidad.

Compartimos algunos extractos de la entrevista que mantuvimos el miércoles pasado y les invitamos a escucharla completa:

 

“Llegué a Cuba con 8 años y me fui con 23. Fueron años fantásticos. La revolución cubana empezaba a vivir la etapa dorada. La etapa inicial heroica estaba terminando (…) Los jóvenes empezaban a tener su lugar y tenía una sociedad que funcionaba, muy ligada al campo socialista de la época”

“Cuba era el terreno de experimentación de la revolución social quizás más avanzado del mundo. Nosotros no nos dábamos cuenta, pensábamos en la Unión Soviética. Pero realmente Cuba -visto en la perspectiva- era el lugar donde se experimentó de una manera más interesante ese esfuerzo titánico de la sociedad humana del siglo XX, que fue tratar de construir una sociedad socialista, distinta. Cuba no vivió el nivel de represión y dogmatismo que azotó a la Unión Soviética. Además era una revolución auténtica, con bases populares, no como en algunos lugares de Europa donde fue más bien impuesta por las circunstancias. Fueron años muy interesantes”

“Cuba tenía un proyecto y tu sentías que eras parte de ese proyecto, eso nos enseñaba Fidel (…) Eras consciente de ello y cuando fracasaban aspectos sustantivos, todos nos sentíamos parte de ese fracaso”

“Las derrotas políticas son momentos difíciles para los seres humanos cuando uno está muy implicado (se refiere a la experiencia en el MIR). Significa una pérdida de referencia, no sabes qué hacer cuando desaparece el movimiento. En ese momento, muy ayudado por mi compañera, decidí reintegrarme a la vida -en este caso francesa- de la que vivíamos bastante aislados. La reconexión implicó volver a estudiar”

“Por mi profesión de ingeniero -en particular por la especialización un poco sofisticada- sentía que quedarme en Francia suponía estar trabajando para el poder, para el poder del norte. En mi profesión, generalmente, en esos países se trabaja para los militares, y aún cuando no era para los militares -como en mi caso- que trabajé en una empresa haciendo herramientas para el desciframiento del genoma humano. No sé si no era peor eso que lo militar, en término de control de las sociedades, entre el norte y el sur. Teníamos la convicción de volver a América Latina”

“A Pablo (Carlevaro) lo considero uno de mis mentores, en el sentido de ser una de las personas que más ha incidido en mi formación (…) Nos hicimos muy amigos, además de familia”

“Los años 85 a 90 y pico había un momento muy fermental en Uruguay, vinculado a la reconstrucción de la sociedad luego de la dictadura. El tiempo de regreso a Uruguay es muy especial, es el tiempo de la derrota del sandinismo – que fue una enorme esperanza que tuvimos y que fue muy dolorosa para mi- poco antes había sido derrotada la experiencia socialista en Europa, Cuba estaba en periodo especial -dramático para sobrevivir, había perdido todo el soporte del mundo socialista-, significó hambre, destrucción de conquistas sociales y el comienzo de un proceso que vemos hoy de diferenciación social al interior. Para mi como militante político, mi mundo se estaba desplomando, todo lo que había soñado y creído. En esas condiciones, llegar a un país que estaba respirando el aire fresco de la reconquista de la democracia y la construcción colectiva de algunos sueños era maravillo, era la posibilidad de participar de nuevo en un proyecto colectivo. Desde el punto de vista de la Universidad era eso en chiquito”

“Fue muy bueno vivenciar eso que Pablo me había explicado mil veces, la teoría sobre la universidad latinoamericana, la cubana claramente no lo es, no tiene cogobierno ni autonomía y hoy se nota que le falta eso, aunque tiene muchas cosas muy buenas. En Francia tampoco. Entonces yo tenía muchas dudas que lo que me habían contado funcionara en una universidad de cien mil alumnos. Que funcionara de verdad el cogobierno, que no fuera un caos, que la democracia extrema que tenemos no imposibilitara la necesaria ejecutividad para que funcionen las cosas. Eran dudas razonables que tenía, o que los estudiantes que votasen en un Consejo fueran a lo sustantivo. Esto fue otro aprendizaje muy importante en mi formación política”

“Luego de haber militado en el MIR chileno no volví a integrar una organización política. Siempre me he considerado una persona de izquierda, incluso de izquierda radical, si se puede llamar. No he cambiado las ideas desde aquella época, en cuanto al análisis que hago de la realidad (…) Me siento una persona de izquierda, no oculto lo que pienso, pero desde aquella experiencia no milito orgánicamente”

“En los años noventa y principios de los dos mil se había ido acumulando al interior de la Universidad muchas ganas de transformar. Había distintas posturas de cómo hacerlo, pero había discusión y acumulación (…) No conocía a Rodrigo Arocena, tuve la suerte enorme de una cosa -que todavía no entiendo pero me alegra mucho-, haber sido convocado para trabajar en el equipo rectoral de Rodrigo”

“Yo me hice un adepto de esa manera de ver las cosas en la Universidad (segunda reforma), y trabajé para que eso se hiciera realidad en la medida de lo posible”

“Cuando tuvimos un presupuesto decente -en el primer gobierno de Vázquez- que siento que tuvo que ver no solo con la llegada de la izquierda al poder, sino que la Universidad estaba preparada para transformase y le pedía al país plata para hacerlo. Una transformación que la sociedad necesitaba. Una transformación en un cierto sentido, de democratizar el conocimiento, de apertura, de bajarnos humos, de horizontalidad (…) Y se hicieron un montón de cosas”

“Si uno va solo a la excelencia, apoya lo fuerte y lo débil es difícil que crezca. Apoyamos el crecimiento de investigación en otras áreas (…) y no solo para docentes, ahí surgió el programa para estudiantes y ojalá algún día podamos hacer programas para los egresados. Expandir, expandir fuera de los caminos tradicionales”

“Los centros regionales universitarios ya nacieron estructuralmente interdisciplinarios. Por supuesto que la interdisciplina no se decreta y estamos lejos de tenerla en esos centros, pero a diferencia que las facultades sus consejos tienen gente de todo tipo, de todas las carreras”

“El proceso del rectorado de Arocena fue muy fermental, hubo muchas transformaciones y hubo muchas cosas que se dijeron y que se escribieron, y hubo por supuesto algunos fracasos. Uno es que no pudimos cambiar la ley orgánica. Algunas cosas quedaron a la mitad. Muchas cosas quedaron a la mitad”

“También hubo una tendencia a la reacción conservadora en la institución, temerosa de algunos de los cambios. Hubo una conjunción de resistencias a las transformaciones que se estaban generando, que eran profundas, complejas y tocaban intereses de larga data en la estructura universitaria. Y esos intereses son poderosos, por ejemplo los académicos. Y resisten, y reacciona y actúan. También el movimiento estudiantil se fracturó y la reforma es imposible sin un movimiento estudiantil fuerte. No ha habido ninguna transformación profunda en las universidades latinoamericanas que no hayan sido impulsadas de manera central por un movimiento estudiantil potente. Y nuestro movimiento estudiantil se fracturó casi al final del periodo de la reforma y diría que casi se anuló en el periodo de Markarián hasta hoy (…) Desgraciadamente tenemos una FEUU fracturada, sin lograr el nivel de presencia en la conducción universitaria, que la Universidad necesita. Y esa es una de las explicaciones grandes del hiato que tuvimos”

“El concepto de extensión o el de integralidad -para ir a uno muy discutido-. Era difícil, en el momento de la reacción volver a la posición anterior a Arocena, era posible criticarlo y se hizo, incluso era posible atacarlo en término práctico, a las personas, a los programas -desmontar programas- pero era difícil volver atrás. En el sentido siguiente; queremos que nuestros universitarios sean integrales, queremos la formación integral. Hay una serie de conceptos que se han incorporado a la Universidad”

“El poder político cometió un error grave cuando financió solo al programa del interior y no al resto. Le estaban sacando el apoyo interno al programa del interior. Y esto explica -un poco- la reacción en contra del desarrollo del interior”

“Este nuevo rectorado es la continuidad de la segunda reforma. Por supuesto distinta, con otras personas y otros énfasis. Lo más claro es el énfasis en la democratización del conocimiento, que es la definición más genérica de la segunda reforma. La democratización implica romper fronteras entre facultades, con la sociedad, romper fronteras epistemológicas, romper fronteras entre Montevideo e interior”

“El primero gobierno de Tabaré dio un aumento del 70% del presupuesto, luego en los siguientes periodos se dieron aumento focalizados, en el periodo de Mujica fue al plan de obras y a interior y el resto casi nada y el último gobierno focalizado también a posgrado. Sumado a que en ese gobierno el presupuesto fue a dos años o un año, no hubo presupuesto quinquenal y eso a la Universidad no le sirve porque necesita planificar a largo plazo. Pese a los aumentos, no han sido capaces de acompañar lo que la Universidad con los recursos necesarios. Pese a los aumentos la relación horas docente – estudiante se encuentran en las mismas cifras de 2003, y es porque la cantidad de estudiante ha aumentado muchísimo (140 mil) y la democratización no puede hacerse a costa de una educación de segunda”

“La Universidad ha sido eficaz en el uso de los recursos solicitados, se pidieron recursos para el interior y sobre cumplimos los objetivos, se pidieron recursos para obras y ahí están todos los edificios, algunos de los cuales son únicos en el país”

“El salario universitario es el más bajo de la educación pública, incluso de la función pública. No tenemos dinero para retener docentes en el régimen de dedicación total”

“Hay un problema con el diferencial de crecimiento. El presupuesto creció pero la Universidad creció mucho más. El otro problema es que los incrementos han sido focalizados, por ende hay sectores fundamentales de la institución -por ejemplo la formación de grado en Montevideo- que no han recibido aumentos sustanciales desde hace más de diez años. Estos son los dos problemas que hay que encarar en este presupuesto”

“Oficialmente el nuevo gobierno no nos ha comunicado cuál es la propuesta de presupuesto para la Universidad. Tenemos información de técnicos del gobierno, donde se menciona esa idea de recorte de entre el 15 y el 20% en gastos e inversiones (…) Tengo esperanza de que ese recorte no se incluya en el presupuesto, y llegue un presupuesto más sensato, sin las consecuencias dramáticas que este supondría”