Lésbicas futbolistas
En un nuevo 7 de marzo de visibilidad lésbica, tejimos conversaciones sobre la violencia que ya no queremos y sobre los deseos que nos encienden, yo haciendo del fútbol una excusa para decir que las lesbianas existimos, como hacen otras del fútbol un lugar para ser y un pretexto para estar juntaes.
En medio de una marea 8M que se agita y se prepara con picadito antipatriarcal, cobra fuerza la idea de un fútbol feminista y disidente en donde cada quien pueda ser, en donde la pelota sirva como excusa para eludir lógicas patriarcales. Un picadito para celebrar la existencia de vidas disidentes y para reclamar el placer de mover la cuerpa con libertad.
Pero las cosas nunca empiezan donde empiezan. Como el tejido del 8M que no empieza en febrero, sino que se va hilando año tras año. Las cosas nunca empiezan cuando empiezan, como cuando besás a una piba por primera vez, pero en tu cuerpo ya había algo que latía hace rato.
Las notas tampoco empiezan cuando empiezan. Como cuando redactás unas palabras después de grabar unos audios, pero hubo un montón de charlas, encuentros y fiestas previas.
Tal vez la lectura tampoco empiece cuando empiece, entonces podés poner de fondo a GA31 y resonar en la vibración de las charlas que tuvimos con Noe y Pau de Conectades por el Deporte, y con Natu y Vera de Lésbica Futurista desde la alegría por decir, por sentirnos cómplices en nuestra lesbianidad, esa que habitamos cada una a su modo.
El patriarcado en la cancha
Puede parecer prejuicioso hablar de lesbianas futboleras un 7M, porque no todas las lesbianas juegan fútbol, ni todas las que juegan fútbol son lesbianas, pero “es re común que en los equipos de fútbol haya lesbianas, siempre las hubo, son una gran parte del fútbol femenino pero no se nombra” como señaló Vera.
Las mujeres y disidencias que juegan al fútbol viven el patriarcado en la cancha y todas esas violencias están siendo nombradas en estos días de encuentro. Pau, que jugó como federada en distintos espacios recuerda “lo expulsivos que son, lo machistas que son las lógicas de esos espacios” y agrega que para quedarse allí parece que tenes que “estar dispuesta poner el cuerpo frente a discursos misóginos” o tolerar cosas absuras como que “un entrenador venga a decirte como gestionar tu menstruación”.
En palabras de Natu “para crecer deportivamente tenés que aceptar cosas que capaz no aceptás en la vida cotidiana. Y aún aceptándolas no te asegura una competencia sana y justa”.
Además la dinámica se extiende y por ser mujeres se les quiere quitar también la legitimidad para hablar de fútbol, para comentar o discutir una jugada, para pensar una estrategia, una táctica.
Y por su puesto que también hay racismo en esos espacios. Natu cuenta «me pasó de no quedar seleccionada para representar a mi país, ya que a la vista de los seleccionadores hombres, le pesó más mi condición lésbica, y el ser negra de piel siempre peso más que mis buenos dotes con la pelota”. Por eso ahora se siente en casa en Lésbica futurista.
7M: Pepa Gaitán y la visibilidad lésbica
“Nos identifica, el saber que una es lésbica y sapatona, es algo que es difícil de aceptar pero animo a todas las que estén en esa decisión”, me dice Natu un poco emocionada. Sus palabras recuerdan la importancia de un día como hoy, para estar juntas y conjurar todos los miedos que se tienen, porque una existencia disidente enfrenta permanentemente violencias. Como Pepa Gaitán que fue asesinada por el padrastro de su novia en marzo de 2010.
Aunque no hubo justicia en los tribunales y para el juez no la mataron por lesbiana o chonga, el lesboodio fue reconocido en las calles y, siguiendo la fuerza de su madre buscando justicia, su caso ha sido transformado en un día de lucha. Un día necesario, más allá de otros en los que lo lésbico puede quedar opacado frente a versiones de patriarcado gay.
En Uruguay esta fecha resuena también, aunque se ha conmemorado el 26 de abril, que tiene sus orígenes en España en los años 80. Resulta que así como no todas quieren nombrarse mujeres lesbianas, hay quienes se identifican como lesbianas no mujeres, hay quienes prefieren nombrarse torta, y otres eligen lesbianx o torte, hay un montón de fechas para la visibilidad según cada territorio. En Brasil es el 29 de agosto, en Chile es el 9 de julio, en Paraguay el 16 de setiembre.
Parece que aunque se sabe que el fútbol femenino es un mundo de tortas, se habla poco del lesbianismo dentro del fútbol y es necesario ir contando las experiencias “porque somos y nos nombramos, podemos reconocernos y denunciar las barreras que enfrentamos. Nos nombramos por todaes aquellaes a quienes salir del ropero al que nos destina el patriarcado puede costar la carrera o incluso la vida. Nos nombramos para ser, siempre junto con otraes” dice Noe e insiste en que las identidades lésbicas “necesitamos cada vez más estos espacios, juntarnos, hacernos visibles y decir que estamos. Estamos acá, el 7M es resistencia lésbica”.
Sentirte que sos vos
Todas recordaron los prejuicios que tuvieron que trascender, especialmente en la infancia y adolescencia. Parece que la herida queda, sólo la de la rodilla cicatriza rápido.
Aunque muchas ya habitaban las canchas y lo hacían como lesbianas o como sapatonas, según cuenta Natu ahora están “queriendo armar otra cosa totalmente diferente” y eligieron que su lucha por la visibilidad lésbica esté en el fútbol y que el tercer tiempo sea un lugar para hablar de los “problemas tenemos las mujeres lesbianas que jugamos al fútbol” como dijo Vera.
Desean que “ por jugar al fútbol no te digan machona”, dice Natu. Y agrega que se está gestando algo lindo entre ellas, para vivir su existencia desde la afirmación, sin culpa, sin vergüenza: “lo que más nos hace grandes es estar todas juntas. (…) lo lindo de estar todas juntas es poder sentirte que sos vos y que nada te impide que seas vos”.
El tercer tiempo, ese ratito de quedarse post partido, se vuelve un espacio para conversar de las injusticias. Y aunque nunca estuve en uno se me hace que se parecen bastante a las autoconciencias feministas que sin saberlo inicialmente teníamos con mis compañeras de Minervas cada viernes en el bar en los inicios del colectivo.
Dice Adrienne Rich, esa autora feminista lésbica que leí tanto y me enseño de la heterosexualidad obligatoria mucho tiempo antes de entrar en este otro canal de la existencia lesbiana, que hay una alegría potenciadora que nos vuelve menos dispuestas a aceptar la impotencia. Y lo dice desde sus conversaciones con otra reinona de los feminismos negros y lésbicos, la amada Audre Lorde. Después de que se vive la plenitud, de haber experimentado lo potente de eso ya no podemos exigirnos menos, ¡y vaya que esas palabras resuenan después de jugar o bailar juntas cuando no hay acoso, ni insultos, ni amenazas!
Picadito feminista
Mujeres y disidencias del fútbol se autoconvocan a marchar juntas y también invitan a un picadito en la calle. En la previa del 8M van a confluir con la convocatoria organizada por Tejido Feminista en la plaza de Santiago de Chile y La cumparsita, desde las 15hs.
En respuesta a mi pregunta por las sensaciones de estos días Pau dice que siente “calor de encuentro” y Vera se alegra al contar que ve “cómo las cosas van saliendo y se van produciendo a medida que las personas van aportando. Y de a poco. Esa idea de que no recaiga todo sobre una, sobre un grupo de gente. Todas tienen opinión,todas pueden decir lo que piensan, y eso me encanta”.
Desde Conectades por el deporte ya habían marchado juntes y habían participado de Tejido Feminista. Sobre este año Noe dice que están muy contentes de estar participando y de estar organizando la marcha porque “es importante que el deporte esté en la agenda de los feminismos”. Lo ve como un momento para reafirmar y seguir creando un “deporte disidente, feminista, antipatriarcal”.
El picadito, las canchas, las calles tienen que ser “para todes, no son solo para determinado tipo de personas, es para todas y todes” dice Noe. Agrega Vera que aunque en Lésbica futurista ahora son solo mujeres lesbianas quienes conforman el colectivo “no queremos dejar afuera a las mujeres que no son lesbianas, o que se identifican de otras maneras. O mismo hay personas que son no binaries o mujeres trans que tampoco queremos dejar afuera”.
Tú no eres mi DT
Vera recuerda que en la niñez “para poder jugar al fútbol teníamos que ir a jugar con los varones” y que era complejo porque ”siempre estabas recibiendo la critica de no seas machona o eso es cosa de varón, o que te dijeran lesbiana o marimacho por jugar al futbol”. El picadito les resulta una imagen preciosa, es recuperar las calles, un espacio que siempre fue de los varones: “entonces la idea de este picadito callejero es trasladar eso, hacer ese espacio nuestro, de mujeres (…) pocas veces pudimos abarcar esos espacios así como lo hacen los varones, con esa libertad» dice también Vera.
Pau recuerda que jugar se juega por placer y también por eso es más difícil siendo mujeres: “nos cuesta dejar de lado las obligaciones” o “hacer algo por el simple placer de hacerlo”, porque insiste ese “filtro en la forma que organizamos nuestros tiempo, que se organiza en prioridad de cuidado de otres”.
Otra dificultad es “el mandato de que el DT sea un varón cis”, incluso en fútbol de mujeres “cualquier excusa es válida para no pensar que una mujer puede ser validada, con conocimiento” y hay “dinámicas de tutelaje patriarcal de la decisiones de las mujeres en un equipo” según Pau.
Volviendo a la música, resuena en mí otro hit de las fiestas feministas: “Tú no eres mi papi”, de Tremenda jauría, ft. Tribade – palabra que es otro modo de apropiarse de modos despectivos de nombrar lo lésbico- para afirmar esa idea de que hay hartazgo de paternalismos y tutelajes en todos lados. También para insistir que no le falta falo a nuestro erotismo, como no nos falta un hombre que nos dirija en ningún espacio.
Desarmar la cancha del amo
Dice Natu que “el deporte fútbol lo hicieron parte de ellos y no lo quieren perder, pero de a poquito vamos ganando espacio”. Las discusiones son sobre los espacios autogestionados y también sobre los espacios profesionales, porque aunque no todas elijan esos espacios, hay memorias de la expulsión y hay también voluntad de que quienes quieran hacer de eso su medio de vida, ganar un salario por ello también puedan hacerlo. En palabras de Noe se trata de que “nuestro cuerpo devenga en movimiento, y el movimiento en acto de afirmación personal; que nuestra voz se escuche en las agendas de clubes y asociaciones”.
Un hilo común entre las entrevistadas es las ganas de “zafarle a algunas lógicas de repetición del modelo del fútbol patriarcal que conocemos, que es un fútbol atravesado por el capitalismo, por la intención de espectáculo, por lógicas de empresas globales como la FIFA” en palabras de Pau. Según ella, también la fuerza puede venir de las que habitan ese espacio, y reclaman injusticias, como Megan Rapinoe [1].
El fútbol feminista y disidente que se imaginan es uno “donde no prime la biología por sobre la experiencia de querer compartir, de querer construir un nosotras y nosotres” según Pau.
Tal vez Audre Lorde coincidiría conmigo, no se desarma la cancha del amo con la pelota del amo. Hay que hacer otros movimientos, pases, estrategias, para romper la lógica jerárquica, competitiva – y hasta bélicosa- para no dejarse seducir por los discursos exitistas, y construir un fútbol que sea “una red y genere lazos de convivencia y de pienso” como dice Pau. Ojalá que la potencia devenga de nuestros feminismos disidentes, acota Noe.
[1] Puede leerse la nota de Paty Pujol, ¿Cómo grito este gol? escrita en 2019.