Leonidas Iza y la revuelta en Ecuador: Resistir y radicalizarse
Aunque el paro de más de un mes en Ecuador fue levantado días atrás después de tensas jornadas de movilizaciones, enfrentamientos y represión, el referente indígena Leonidas Iza rechazó el fin de la conflictividad y anticipó nuevas y mayores luchas populares.
“Este conflicto no creo que vaya a tener una salida porque el gobierno nacional ha cerrado el diálogo y el movimiento indígena jamás va a salir derrotado por el tiempo que sea ya que no somos pueblos de carrera, somos pueblos de resistencia. Entonces, de pronto, puede haber una tregua o puede haber una decisión interna para un repliegue y aunque el gobierno nacional, ahora mismo ha construido la idea de que ya estamos derrotados, si no resuelve el problema económico, seguramente sobrevendrá una lucha muy fuerte y muy grande porque nos hemos retirado pero para radicalizarnos en nuestros territorios, en nuestras comunidades”, reflexionó Leonidas Iza, un reconocido referente indígena, acerca de la presente fase del paro, las movilizaciones y el dispositivo represivo que, con epicentro en Imbabura en los Andes al norte del país, agitaron a Ecuador durante poco más de un mes.
Tras 31 días de huelga, manifestaciones y protestas, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Marlon Vargas, anunció el miércoles pasado en un mensaje grabado el levantamiento las medidas con una sentencia: “El Gobierno ha demostrado que la violación de los derechos humanos no representa un límite para sus decisiones”.
La nueva oleada de protestas contra el gobierno ecuatoriano que por segundo período consecutivo está en manos del empresario Daniel Noboa se inició a mediados de septiembre pasado cuando, bajo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), determinó una gran suba del precio del combustible ya que el galón de diésel (unos 3,78 litros) pasó de 1,8 a 2,8 dólares.
Ese incremento sumado a otras imposiciones del FMI como la expansión minera y petrolera y la intención gubernamental de llamar a una Asamblea Constituyente para habilitar la incorporación de bases militares norteamericanas en el país, encendió una mecha que tenía masivos antecedentes en octubre de 2019 y en junio de 2022.
Para Iza, un ingeniero ambiental quichua-panzaleo que fue titular de la Conaie entre 2021 y junio pasado “estos acontecimientos –repasó- tienen que ver con un modelo con el que han venido insistiendo desde 2017 cuando el presidente Lenín Moreno decidió aceptar la imposición del FMI. Y lógicamente, como firmó y aceptó, en 2019 tuvo un estallido social. Después vino Guillermo Lasso y ahora Daniel Noboa reafirma que el Ecuador está sometido a un modelo externo que no ha variado en estos últimos ocho o nueve años. En ese proceso, lógicamente, los sectores populares, las clases medias, los sectores empobrecidos somos los que más quedamos afectados por una estrategia destinada a paliarnos”.
En una conversación sostenida con el programa “Después de la Deriva” (que se emite online y por streaming los martes por la noche a través de Revuelto Radio y cuyo desarrollo puede apreciarse aquí, el autor –junto a Andrés Tapia y Andrés Madrid- de “Estallido. La rebelión de octubre en Ecuador”, subrayó el carácter que procura otorgarle a los pueblos originarios del país y dijo que “si no luchamos, ¿qué dejamos para nuestros hijos? Si no luchamos por esos siete millones de seres humanos que estamos en la pobreza y en la extrema pobreza, habrá más delincuencia y nuestros jóvenes estarán más vinculados a los grupos de delincuencia organizada. Entonces estamos enfrentando un problema estructural que necesitamos mirar de manera integral”.
Represión, narco, extractivismo y mercado
Sobre esa observación panorámica que no le teme a asumir una postura autocrítica, apuntó que “así como las luchas de 2019 y 2022 fueron un aprendizaje para el campo popular, también hubo un aprendizaje del Estado y de las élites económicas y políticas. ¿Y cuáles serían las diferencias con el presente? Hay un incremento brutal del monopolio de la fuerza, que en este caso controlan el Estado. Ahora hay nuevas estrategias para someter a los pueblos en el mismo territorio, no permitir ni siquiera una marcha en las calles porque se trata de espacios militarizados con la Policía Nacional e incluso controlado con drones y también un proceso de persecución a los dirigentes inventando procesos judiciales. En definitiva lo que han hecho es arremeter con mayor fuerza en contra de los sectores populares que estamos luchando en las calles”.
Iza tampoco evitó referirse a la injerencia narco, un factor cada vez más preponderante en los territorios latinoamericanos al encarnar un rol que obtura las construcciones comunitarias y autonómicas. “El narco cambia el escenario de la lucha y si no tuviéramos esta presencia, seguramente habría mayor fuerza en la costa que mayoritariamente está infestada y lógicamente ha detenido la lucha de los pueblos, la lucha de los sectores populares en el Ecuador. Pero asimismo, yo creo que en este punto se trata de una estrategia creada por las élites políticas y económicas de nuestros países y articulada a nivel global. La criminalidad y los grupos de organizaciones delictivas –describió- son en este momento un factor determinante para la población y un factor político para los grupos económicos que dirigen nuestro país. Por ello, ahora mismo, tenemos más de 6000 asesinados por la criminalidad, pero a los jefes no topan y la droga sale en cargamentos de banana por puertos y aeropuertos privados”.
Con todo, el activista nacido hace 48 años en San Ignacio, en la provincia de Cotopaxi, insistió: “El problema más grande es que mientras esté institucionalizado el narcotráfico en el Estado y con los gobernantes, los soldaditos de las mafias simplemente van a poder seguir asesinando y reclutando entre esos siete millones de personas que están con absoluta pobreza”.
Siendo la proliferación de los extractivismos uno de los ejes de las demandas populares, Iza señaló que “en el acuerdo con el FMI y para pagar la deuda externa, el gobierno nacional se compromete a garantizar seis nuevos proyectos mineros en el Ecuador que implicarían aproximadamente 1.800.000 hectáreas pero la cosa no queda allí y como dicen que estamos debiendo tanta plata, ellos a cambio, en este momento, apresuran un siguiente catastro minero y prevén llegar a 4.500.000 hectáreas, que aproximadamente serían el 20% del territorio nacional”.
Para Iza esta avanzada sobre el territorio y los bienes comunes no puede despegarse del plan privatizador sobre el petróleo ecuatoriano, una iniciativa fuertemente ligada al aumento en el precio de los combustibles. “La eliminación de los subsidios a los combustibles significan aproximadamente 1.300 millones de dólares aunque nosotros hemos dicho ‘si el petróleo es nuestro, si la capacidad de producción instalada en la refinería del Ecuador en Esmeraldas abastece el 35% del consumo y es empresa pública, ¿por qué siguen situando el discurso de los subsidios si es nuestro petróleo, si es nuestra refinería? En este momento, -remarcó- la empresa más importante de producción en el país es PetroEcuador que mueve entre 8.000 a 10.000 millones de dólares en el año y lo mínimo que debemos hacer como propietarios de nuestros medios de producción es tener el combustible más barato como factor de producción para el resto de la economía pero lo que pretenden es que el mercado de combustibles sea controlado por las empresas privadas y se logre instalar al precio del mercado internacional”.
Acerca de la voracidad imperial, el militante abundó: “El FMI ha impuesto un seguimiento al sistema del seguro social en el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y hace días una normativa dio paso para que se privatice para así garantizar negocios para los grupos económicos, pero no sólo eso. Como dentro del sistema financiero en el Ecuador conviven tres tipos de modalidades: el público, el privado y el comunitario con las cooperativas de ahorro y crédito, con la veeduría del FMI la mitad de las cooperativas han sido puestas en proceso de liquidación pese a que las que están sosteniendo la economía real son las 463 pequeñas cooperativas de ahorro y crédito y los banquitos comunales que según un informe de la superintendencia de bancos, más o menos está moviendo unos 19.000 millones de dólares al año contra los 39.000 millones de dólares que motoriza la banca. Como ese mercado está siendo competitivo se lo quiere destruir para garantizárselo a los grandes grupos económicos del sistema financiero especulativo. Y para poder seguir moviendo todo esto ponen de garantía la reserva internacional y decir que está bajando el riesgo país, que no pasa mayor cosa en el Ecuador y que estamos yendo bien en la economía. Cuando eso en la práctica es nulo, es mentira, y los sectores empobrecidos en el Ecuador son cada vez más, ya que acuerdo a las estadísticas, el 32% de la población ecuatoriana está con pobreza estructural”.
Herencias
-Tomando nota de las experiencias progresistas en otros países de la región a las que están sucediendo gobiernos de extrema derecha como el de Javier Milei en Argentina ¿Cuál considerás que ha sido el rol de los 10 años de gobierno de Rafael Correa para ahora habilitar este tipo de políticas en Ecuador?
-Lamentablemente y como pasa en los países latinoamericanos, en Ecuador la derecha no está ganando con ideas, la derecha no está ganando con debate, la derecha está ganando con racismo, está ganando con odio, está ganando con narrativas falsas, está ganando con mentiras. Y en ese proceso aquí han logrado situar la disyuntiva correísmo-anti correísmo que obnubila el escenario real de discutir la pobreza, la estructura económica. En ese contexto, los movimientos y partidos políticos han quedado en esa política del recuerdo y entendiendo también que desde el movimiento indígena tuvimos un enfrentamiento muy fuerte con el progresismo de Rafael Correa referente a la minería, pese a que la minería no empezó en el gobierno de Correa sino en 1994 con Sixto Durán Ballén, pero al día de hoy se ha convertido en una política de estado y gobierne quien gobierne simplemente continúa con esta lógica perversa del extractivismo. Lógicamente el correísmo cometió otros horrores y errores y de eso se está aprovechando la derecha recalcitrante, filofascista para seguir alimentando este enfrentamiento correísmo-anticorreísmo y siempre llevar agua a su molino y aniquilar cualquier posibilidad de debate en este escenario y ahora estamos pagando el precio más alto de desarticular una política soberana, una política que respete los derechos que están consagrados en la Constitución. Pero esperemos que, después de toda esta tragedia, los sectores populares en el Ecuador podamos aprender esta lección y finalmente unirnos para enfrentar a la derecha filofascista recalcitrante.
-Sin poder librarse de esa disyuntiva nacional instalada ¿Cuál es hoy el rol y el peso de la Conaie?
-La Conaie es la organización nacional que convocó a esta movilización, a este paro indefinido, a una reacción popular situada, principalmente, en la provincia de Imbabura. Pero el gobierno
ha entrado a las comunidades con bonos de 1.000 dólares que buscan romper la lógica comunitaria ya que en asociaciones con 20 integrantes, se los otorgan únicamente a tres o a cinco de ellos. Otra de las cuestiones determinantes que busca el gobierno nacional es encontrar diálogos por separado, romper la estructura nacional, romper las estructuras territoriales mientras nuestros compañeros dirigentes a nivel nacional, el compañero Marlon y su consejo de gobierno, deben conducir sin desarticular los procesos de lucha en el territorio.
-¿Qué salida hay a estos procesos a nivel continental?
-Nuestra Latinoamérica profunda nunca nació, nunca se independizó de la colonia. Lo que hemos tenido son criollos que hicieron peor que los mismos colonizadores porque ni siquiera se constituyeron como burgueses sino simplemente son siervos utilizados por el imperio que no piensan como latinoamericano. Yo creo firmemente en el internacionalismo, en la solidaridad internacional y también en levantar procesos de lucha, levantar chispas en cada núcleo para ir despertando conciencias. ¿Se puede imaginar Latinoamérica unida desde México hasta la Patagonia? Tenemos recursos naturales, tenemos petróleo, tenemos agua, tenemos todo lo que cualquier región del mundo querría. Si lográramos consolidar una base económica, seríamos un aporte fundamental en la disputa de la geopolítica mundial.
Así que, latinoamericanos, hermanos de todos los países, si en estos 200 años de independencia, de la creación de las repúblicas, nuestras castas políticas y económicas no han tenido la soberanía, entonces seremos nosotros, los pueblos originarios, los negros, los cholos, los montubios, los afros, todos los que componemos esta tierra grande, esta tierra sagrada, los que tendremos que cambiarla.




























