Proclama leída colectivamente en varios círculos al cierre de la movilización que partió desde la rambla, subió a 18 de julio y cerró con varios abrazos caracol. 

Somos Tejido diverso y en movimiento, somos la marea que desborda calles, plazas, camas, aulas, canchas, normas y lenguas. Somos mestizas, afros, negras, blancas, disidentes, migrantes, mujeres, lesbianas, tortes, trans, travas, no binaries. 

Somos deseo y rebelión, lo no permitido ni previsto por los señores de la iglesia, del estado, de los partidos y sindicatos. ¡Pero aquí estamos! No precisamos de sus permisos ni tutelas. La política masculina ha fracasado: la tierra sangra, los estómagos rugen y las balas cruzan impunes nuestros cuerpos-territorios. 

No hablarán más por nosotras ni nosotres, las revoluciones no son para machos. 

Somos los cuerpos e identidades que han intentado saquear y vender al mercado. Nuestra disidencia es política, nuestros feminismos no son una cuota ni una mercancía. 

Somos los cauces profundos de este y otros territorios, recuperamos la memoria de nuestras ancestras y abuelas, llevamos la rabia de nuestras amigxs y hermanxs asesinades o desaparecidas. No estamos todaes. ¡Vivas y libres nos queremos! 

Volvimos al mar para conectar con lo vivo, para decir que NO nos falta el agua, nos sobra UPM y todo el extractivismo. No es sequía, es patriarcado y saqueo. 

Somos interdependencia y trama viva. Deseamos ríos caudalosos, que nutran suelos, que den vida y alimentos. Queremos agua limpia, sana y accesible. Que no sea un lujo comer alimentos que nos nutran de verdad. Que la olla común y popular no sea una necesidad sino un deseo. 

Queremos vidas en las que alimentarnos y habitar viviendas dignas sea una realidad posible para todes. Disfrutar de nuestras ciudades y territorios, que la especulación inmobiliaria no lucre con nosotraes, que no nos expulse de nuestros barrios y afectos. 

Queremos ambientes y territorios sanos que no nos enfermen. Necesitamos tiempo para cuidarnos, cuidar nuestros cuerpos y emociones. Queremos pensar la salud de forma integral, más allá del poder médico y sus negociados, recuperar otros saberes, sanar juntxs, porque ni el encierro ni el aislamiento son salud. Nadie puede estar sana ni “cuerda” en un mundo que pone la ganancia por delante de la vida. 

Queremos maternar desde el deseo, sin imposiciones ni mandatos patriarcales. Desplegar nuestros sentires diversos y contradictorios, libres de la culpa y el deber ser.  Construimos maternidades y crianzas libres y en manada. Deseamos compartir y encontrarnos en el cuidado, porque sostener la vida es un acto político y no queremos hacerlo en soledad. 

Queremos decidir sobre nuestros cuerpos y vidas sin culpa ni violencias, que no existan objeciones sobre nuestras decisiones y cuerpos. Deseamos educación sexual integral que cuestione la existencia de identidades sexuales rígidas e inmutables, que priorice el cuidado de sí y les otres. Queremos una educación donde desborde el arte, la creatividad y el deseo. 

Necesitamos recuperar nuestro tiempo. 

Abortamos el mandato de la productividad. Queremos que nuestros esfuerzos y energías dejen de ser fuente de riqueza para otros, que todos los trabajos sean para cuidar y sostener vidas dignas y gozosas.

Deseamos tiempo para encontrarnos y disfrutarnos, para compartir con les hijes, amigues, vecines. No queremos compensar con nuestro tiempo y nuestros cuerpos la falta de dinero y los precios por las nubes. 

Ante las múltiples formas de violencia y saqueo, nosotraes hablamos desde la dignidad, desde la pluralidad que somos y hemos construido, desde el amor y el goce de sabernos juntaes.  

La memoria de nuestra lucha seguirá encendiendo rebeliones. 

Construimos tramas de cuidados, sostenemos la vida y la lucha, disfrutamos de nuestros cuerpos danzantes, gozosos y libres en todos lados, en la ciudad, en la playa, en la fiesta, en los escenarios y en las canchas. Somos marea que late y desborda.

Frente al saqueo de la vida, tejemos cuidado, goce y rebeldías. 

¡Viva el movimiento feminista popular y disidente, viva la huelga feminista!

Tejido Feminista Montevideo. 

8 de marzo 2023