Tiran la casita de chapa de la vía
Ayer un camión se llevaba el hogar de una familia a cuestas, para otro destino. También hacían una cruz blanca con pintura sintética sobre pasto en un lugar del suelo condenado a algo.
La casa quedó vacía, sin luz en su interior esperando su fin.
Ni restauración, ni reactivación, ni reparación, ni refuncionalización, palabras que repiten mientras destruyen.
Ya nada debería resultar increíble en este estado de desamparo, de impunidad y de autoritarismo dictatorial para satisfacer al Consorcio Constructor Ferrocarril Central y para UPM, pero igual duele.
Pude verla por dentro. 6 ambientes. Un típico ejemplar de arquitectura ferroviaria de tipo prefabricada de principios del siglo XX. Una obra de museo en la vereda, en una esquina de mi barrio.
Esta casa ¨casilla¨ está construida de chapa por fuera y por dentro madera. Conserva las tablas en perfecto estado, ni polillas, ni putrefacción, nada. Las maderas con capas sobre capas de pintura revisten paredes internas que no se mueven. Presenta falta de mantenimiento y precisaría algunas reparaciones pero esencialmente conserva sus características de origen.
Toqué esas paredes, estuve un rato andando de pieza en pieza imaginando a todas las personas que allí vivieron durante 100 años en una casa cálida, sin humedad, con historia. Miré por la puerta del fondo hacia el parque verde con aloes y un pequeño mandarino entre la vegetación lindera a la vía. Desde la puerta se ve la vía. Recordé imágenes que conservo de vecinos y vecinas sentados en el fondo mirando ese paisaje como un rincón de verde y pájaros, como un pequeñito oasis pegado a una avenida. Eso pensaba al pasar caminando y saludar a la distancia.
La madera llena de familias ferroviarias será arrancada y destinada quién sabe a qué, a estufas o a algún basurero. Las chapas serán chatarra. La historia contenida en el patrimonio ferroviario se manda a la basura, van a destruir esa esquina que nos ha acompañado. Van a robarnos ese rincón mágico de Sayago que siempre me hizo sentir que viajaba al pasado, a pesar del pasaje de los años, del incremento de tráfico por Millán, ver la casita daba calma. Una sensación inexplicable que ahora se torna en una tristeza también inexplicable.
No hay evolución posible sin vida, sin historia, sin naturaleza, sin comunidades integradas, sin conservación, sin fraternidad, sin respeto, sin amor.
El Desarrollo, la Evolución no es gastar e invertir, y pedir préstamos y endeudarnos y reventar, y dividir, y bloquear, y pegar y callar y prepotear y aniquilar para satisfacer la inmediatez mezquina de los negociantes.
El viernes se llevan la casa de chapa de la vía, lo que guarda y representa, se llevan la magia, la singularidad, la calidez, la vida que tuvieron y tuvimos, así nomás, a prepo desechan y barren 100 años de un manotazo.
-¿Qué es lo que están haciendo ministro?
-Plata
No hay misterio ni lugar a dudas
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Yanina Borloz integra «Por el costado de la vía»