El agua y la urgencia civilizatoria
En Uruguay, el militante italiano Renato Di Nicola participó de una charla con integrantes de la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida sobre los desafíos actuales de la lucha en defensa del agua.
El Movimiento Italiano en Defensa del Agua ha desplegado diferentes estrategias de lucha para avanzar en el cuidado de este bien común y enfrentar los procesos de mercantilización y privatización. En 2011 luego de un amplio proceso de base -que implicó una de las mayores instancias de recolección de firmas en la historia del país, con 1 millón y medio de adhesiones- se llevó adelante un referéndum nacional en el cual más de 27 millones de italianos votaron contra la privatización del agua y la remunicipalización de los servicios. A pesar del masivo apoyo que tuvo estas lucha, no se ha logrado aún implementar la ley de remunicipalización de los servicios, por lo que la voluntad popular de las personas de Italia sigue capturada por la lógica del poder.
Esta, que a la vez fue una de las derrotas más contundentes de las propuestas conservadoras de Silvio Berlusconi, abrió las puertas a la consolidación de un Movimiento Europeo del Agua, que articula acciones en todos los países y en el nivel institucional del viejo continente. Por ejemplo se ha promovido una recolección de firmas en toda Europa para su presentación ante el Parlamento Europeo y lograr que los logros a nivel nacional no se vean afectados por el nivel supranacional.
El pasado jueves 2 de mayo, la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida de Uruguay realizó una charla abierta con Renato Di Nicola, integrante del Foro Italiano de Movimientos por el Agua y del Movimiento Europeo del Agua. Durante la actividad, “Las luchas por el agua en Europa: Una mirada del actual contexto en el viejo continente”, Di Nicola planteó alguno de los desafíos actuales que presenta el movimiento europeo.
El primero de ellos, aseguró, es crear condiciones para desplegar una lucha global en defensa del agua, “porque la gestión del agua ya está hecha a nivel mundial, no sólo porque el agua camina, sino porque -para nuestra desgracia- existe un Consejo Mundial del Agua, un organismo privado que integran las multinacionales del agua en conjunto con los gobiernos” que viene orientando sistemáticamente el manejo de los sistemas de agua potable y también las cuencas hidrográficas hacia la lógica de la privatización y la comercialización del agua.
“Esto fue posible en Italia -afirmó Renato Di Nicola- porque conocíamos la experiencia latinoamericana. Sabíamos que las personas, los pueblos pueden cambiar el mundo”. “Conocíamos la lucha de Cochabamba y la lucha de Uruguay”. Ese conocimiento fue el puntapié para el ejercicio de la solidaridad internacional y la construcción de alternativas. “Ningún poder en el mundo va a cambiar el mundo en favor de nosotros, debemos hacerlo los pueblos organizados” sostuvo Di Nicola.
La campaña por el referéndum de 2011 en Italia incluyó llamados a elementos propios de la cultura popular: una de las banderas incluía una olla vacía y la pregunta ¿como cocinas spaghetti sin agua? Sería como plantear en Uruguay “como tomas mate sin agua” bromeó Di Nicola.
“Estamos en un momento en el que tenemos un problema como el cambio climático y cada vez más estamos ante la certeza de que la naturaleza puede existir sin nosotros” dijo Di Nicola a los asistentes a la charla, desarrollada en la Federación de Funcionarios de OSE, la empresa pública estatal del agua en Uruguay. “El agua -prosiguió- es un elemento fundamental del ecosistema y por eso debemos hacer algo en conjunto y borrar de nuestras cabezas la basura que nos han impuesto desde que nacimos de que somos los gobernadores y dominadores de la naturaleza”
“Tenemos una especial consideración de la urgencia de estas luchas” afirmó Di Nicola, porque “tenemos un capitalismo que es diferente al del pasado. Es un capitalismo extractivo sin ningún miramiento cultural ni siquiera del orden liberal. Por ejemplo, en Europa los primeros servicios hídricos fueron generados por los ricos, ante la preocupación de que se le moría la gente por enfermedades. A este capitalismo contemporáneo no le importa nada, por eso es que tenemos urgencia”.
En Europa esa urgencia se viene demostrando con movilizaciones en muchas partes del viejo continente: en Dublín (Irlanda), en Belgrado (Serbia) y en Londres (Inglaterra). “Todavía no se ha ganado -afirmó Di Nicola- pero se están produciendo cosas”.
Renato Di Nicola también planteó la emergencia de nuevos movimientos, que desbordan la lógica tradicional de las organizaciones sociales. En ese sentido mencionó el surgimiento del movimiento de las “Madres de Vicenza” un colectivo de mujeres organizadas por la grave afectación de salud de sus hijos a partir de la contaminación con sustancias químicas (la más problemática de ellas, el PFAS*). Este movimiento, que ha tomado contacto con la lucha de las Madres de Plaza de Mayo de Argentina, ha marcado un nuevo rumbo en las luchas por el agua desplegadas en Europa. Además de la cuestión vinculada a la gestión del agua, su carácter público y la participación social, ahora se presenta fuertemente la problemática de la contaminación del agua.
“La gestión pública del agua es sólo la pre condición para el gobierno hídrico y de cuenca” sostuvo Di Nicola, asegurando que la emergencia de estos problemas demuestra que “en muchos lugares del mundo tenemos los mismos problemas, aunque vivimos de manera diferente” lo cual es una ventaja para “la convicción de que las madres y los pueblos sabemos cómo cambiar el mundo” e intervenir sobre la verdadera contradicción contemporánea que es “entre la vida o la muerte”.
* Sigla en inglés para sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas.