Massa ministro de Economía: El profeta del ajuste y el consenso extractivista
El ministro Massa confirmó que su política será la encarnación del consenso extractivista. El eje articulador de su política será promover el saqueo de nuestros bienes comunes con el fin de conseguir tantos dólares como sean posibles. Minería, hidrocarburos y proteínas (soja) son las estrellas del horizonte desarrollista verde que el gobierno del Frente de Todos propone como guías hacia el paraíso. En este marco el crecimiento y la creación de empleo vendrán por añadidura. Una suerte de teoría del derrame desarrollista.
Dólares
La sangría de dólares que es consustancial con la economía argentina contemporánea es el principal dilema a corto plazo que las nuevas medidas económicas buscan atacar. Acuerdos “firmados” con las empresas exportadoras mineras, pesqueras y de la agroindustria permitirían conseguir 5000 millones de dólares en los próximos meses. Si bien no se anunció ayer, es de esperar que el ‘dólar soja’ (un dólar más alto para les exportadores agropecuarios) sea el modelo por seguir. El impacto de ese dólar más alto (devaluación encubierta) será directo al corazón de las canastas de consumo popular.
Deudas
El programa propuesto por Massa requiere multiplicar a corto plazo el ingreso de dólares para frenar, aplacar o postergar la corrida sobre las reservas. En ese sentido, se anunciaron negociaciones avanzadas para sumar nuevos créditos de organismos internacionales como el BID (Banco Interamericano de Desarrollo, conducido por Claver-Carone, un Trumpista que Biden sostiene en el puesto) y la CAF (Corporación Andina de Fomento) por unos 2000 millones de dólares. En simultáneo se negocian nuevos “blindajes”, seguramente con la expertise de Daniel Marx (quien negoció el blindaje de 2001). Operaciones “REPO” (que suponen ingreso de dólares para devolver en el futuro con garantía en títulos públicos) serán cerradas en las próximas semanas con agentes del gran capital transnacional. Frente a la fuga de capitales y el saqueo, la elección del gobierno es patear para adelante la pelota y seguir endeudándonos.
Planes, salarios y empleos
Nadie esperaba novedades en este aspecto, y no las hubo. Sólo se anunciaron nuevos parches. Primero, un complemento indeterminado en las jubilaciones y pensiones, que seguramente sea otro bono por “única vez”. En paralelo, se planteó un aumento en las asignaciones familiares como parte de una negociación con patronales y centrales sindicales sin objetivos claros.
Lo que sigue adelante es la avanzada sobre las organizaciones sociales. Las políticas de empleo continúan asumiendo que las actividades realizadas por millones de personas en la economía popular no son trabajo. Por eso, Massa insiste con la idea de la transición de “planes a empleos” con subsidio estatal: el plan social sería un complemento salarial (y por lo tanto, un subsidio a las ganancias empresariales) en los casos de personas que sean contratadas por empresas privadas. Se sigue asumiendo implícitamente que la baja en el costo laboral es el mecanismo adecuado para generar nuevos puestos de trabajo.
En paralelo, el ministro de Economía acelera la “auditoría” sobre las organizaciones sociales y amenaza con dar de baja beneficios si encuentra “irregularidades”. Sigue en el foco de la política oficial cargar en las personas más marginadas con las insuficiencias e ineficiencias de los programas sociales, que son -lo sabemos todes- sólo parches que no solucionan las necesidades fundamentales de millones de compatriotas. El debate sobre el salario universal no está en la agenda.
El ajuste fiscal en marcha
En el centro de la “nueva” (¿?) política económica está el cumplimiento del acuerdo con el FMI. Nadie saca los pies del plato en la alianza oficial. El ajuste fiscal, reducción del déficit, continúa sin pausa pero con más prisa. Se mantiene el congelamiento en la planta de personal del Estado (claro, excepto para funcionarios, asesorxs, etc.). Se acelera y acrecienta la eliminación de subsidios al consumo de gas, luz y agua, subsidios que ya perdieron los millones de familias que no completaron el formulario en línea. ¿Serán jubilades de la mínima, o personas sin acceso a internet? ¿Podrán recuperar el subsidio más adelante quienes pierdan sus empleos, o vean caer sus salarios en un futuro, o se consolidará un sistema de subsidios aún más arbitrario?
En cualquier caso, la voluntad de cumplir la reducción del déficit fiscal carga sobre el gasto público, pero sigue fuera del programa de gobierno el anunciado impuesto a las ganancias extraordinarias, o cualquier otra medida de corte fiscal progresiva.
Entre el estallido y las elecciones
Es claro que la elección de Massa como ministro de Economía es el resultado de la consolidación de un consenso dentro del Frente de Todxs. Tres años de mal gobierno, han puesto a la coalición gobernante frente al desafío de evitar la explosión hiperinflacionaria. La debilidad del gobierno de les Fernández es tal que solo apuestan a llegar a diciembre de 2023, ganando o -con más probabilidad- llegando sin que todo vuele por los aires.
Mientras tanto, en las calles se empieza a amplificar el descontento. Nada para descorchar, pero poco a poco se agitan algo los espacios colectivos en los territorios. La guita que no alcanza y la precariedad de la vida que nos duele cada día, están empezando a colmar la paciencia. Frente a la avanzada del ajuste, solo queda la organización. Sin resistencia, el ajuste en marcha consolidará un Argentina más desigual, más injusta y más violenta.
Publicada originalmente en tramas.ar