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Por un feminismo del 99 % y una huelga internacional combativa el 8 de marzo

13 febrero, 2017

Por un feminismo del 99 % y una huelga internacional combativa el 8 de marzo

Puede que las masivas manifestaciones de mujeres del pasado 21 de enero marquen el comienzo de una nueva ola de lucha feminista combativa. ¿Cuál será exactamente su propósito principal?


En nuestra opinión, no basta con oponerse a Trump y sus políticas misóginas, homófobas, tránsfobas y racistas; también hace falta combatir el ataque neoliberal en curso a los servicios sociales y los derechos laborales. Aunque la misoginia descarada de Trump fue el desencadenante inmediato de la respuesta masiva del 21 de enero, el ataque a las mujeres (y a toda la población trabajadora) data de mucho antes de su toma de posesión. Las condiciones de vida de las mujeres, especialmente de las mujeres de color y trabajadoras, desempleadas y migrantes, se han deteriorado constantemente durante los últimos 30 años, debido a la financiarización y la globalización empresarial. El feminismo “lean-in”[1] y otras variantes del feminismo empresarial no nos sirven a la gran mayoría de nosotras, que no tenemos acceso a la autopromoción individual ni al ascenso social, y cuyas condiciones de vida solo pueden mejorar mediante políticas que defiendan la reproducción social, aseguren la justicia reproductiva y garanticen los derechos laborales. Desde nuestro punto de vista, la nueva ola de movilización de las mujeres debe afrontar todas estas preocupaciones. Tiene que ser un feminismo para el 99 %.

El tipo de feminismo que preconizamos ya emerge a escala internacional, en luchas que se libran en todo el mundo: desde la huelga de mujeres en Polonia contra la prohibición del aborto hasta las huelgas y manifestaciones de mujeres en América Latina contra la violencia machista; desde la gran manifestación de mujeres del pasado noviembre en Italia hasta las protestas y la huelga de mujeres en defensa de los derechos reproductivos en Corea del Sur e Irlanda. Lo que llama la atención de estas movilizaciones es que varias de ellas combinaban la lucha contra la violencia machista con la oposición a la precarización del trabajo y la desigualdad salarial, denunciando asimismo la homofobia, la transfobia y las políticas de inmigración xenófobas. En conjunto, anuncian un nuevo movimiento feminista internacional con un programa ampliado: antirracista, antiimperialista, antiheterosexista y antineoliberal al mismo tiempo.

Queremos contribuir al desarrollo de este nuevo movimiento feminista más expansivo.

Como primer paso, proponemos organizar una huelga internacional contra la violencia machista y en defensa de los derechos reproductivos el 8 de marzo. En esto nos unimos a grupos feministas de una treintena de países que han llamado a esta huelga. La idea es movilizar a las mujeres, incluidas las mujeres transgénero, y todos los que las apoyan, en una jornada de lucha internacional: una jornada de huelgas, manifestaciones, bloqueo de carreteras, puentes y plazas, en la que nos abstengamos de toda labor doméstica, asistencial y sexual, boicoteemos y denunciemos a políticos y empresas misóginas y hagamos huelga en centros de enseñanza. Estas acciones están destinadas a visibilizar las necesidades y aspiraciones de aquellas mujeres que el feminismo “lean-in” olvida: las mujeres en el mercado laboral formal, las que trabajan en el ámbito de la reproducción social y los cuidados, y las trabajadoras en paro o con empleo precario.

Al hacer nuestro el feminismo para el 99 %, nos inspiramos en el movimiento argentino Ni Una Menos. La violencia contra las mujeres, tal como la definen, tiene muchas facetas: es violencia doméstica, pero también violencia del mercado, de la deuda, de las relaciones de propiedad capitalistas y del Estado; violencia de las políticas discriminatorias contra las mujeres lesbianas, transgénero y queer, violencia de la criminalización de los movimientos migratorios por parte de los estados, violencia del encarcelamiento masivo y violencia institucional contra los cuerpos de las mujeres mediante la prohibición del aborto y la falta de acceso a asistencia sanitaria gratuita y aborto gratuito. Su perspectiva anima nuestra determinación a oponernos a los ataques institucionales, políticos, culturales y económicos contra las mujeres musulmanas e inmigrantes, contra las mujeres de color, las trabajadoras y las desempleadas, o contra las lesbianas, las mujeres que no encajan en los géneros y las transgénero.

Las manifestaciones de mujeres del 21 de enero demostraron que en Estados Unidos también puede estar surgiendo un nuevo movimiento feminista. Es importante no perder impulso. Unámonos el 8 de marzo y hagamos huelga, salgamos a la calle y manifestémonos. Aprovechemos la ocasión de este día de acción internacional para dejar de lado el feminismo “lean-in” y construir en su lugar un feminismo para el 99 %, un feminismo popular, anticapitalista, un feminismo en solidaridad con las mujeres trabajadoras, sus familias y sus aliados en todo el mundo.

Autoras

Linda Martín Alcoff es profesora de filosofía en el Hunter College y el CUNY Graduate Center y autora de Visible Identities: Race, Gender, and the Self. Actualmente está escribiendo un nuevo libro sobre la violencia sexual y uno más sobre la descolonización de la epistemología.

Cinzia Arruzza es profesora adjunta de filosofía en la New School for Social Research de Nueva York y activista feminista y socialista. Es autora del libro Dangerous Liaisons: The Marriages and Divorces of Marxism and Feminism.

Tithi Bhattacharya enseña historia en la Universidad Purdue. Su primer libro, The Sentinels of Culture: Class, Education, and the Colonial Intellectual in Bengal (Oxford, 2005), trata de la obsesión con la cultura y la educación en la clase media. Sus trabajos se han publicado en revistas como Journal of Asian Studies, South Asia Research y New Left Review, y actualmente tiene entre manos un proyecto de libro titulado Uncanny Histories: Fear, Superstition and Reason in Colonial Bengal.

Nancy Fraser es profesora Loeb de filosofía y política en la New School for Social Research. Entre sus libros cabe citar Redistribution or Recognition y Fortunes of Feminism.

Keeanga-Yamahtta Taylor es profesora adjunta del Center for African American Studies de la Universidad de Princeton y autora de From #BlackLivesMatter to Black Liberation.

Rasmea Yousef Odehas es directora adjunta de la Arab American Action Network, donde dirige la Comisión de Mujeres Árabes, y ex miembro del Frente Popular de Liberación de Palestina.

[1] El término “lean-in” (que en inglés significa inclinarse, asomarse y, en sentido figurado, atreverse) fue acuñado por Sheryl Sandberg en su libro Lean-In: Women, Work and the Will to Lead. Sandberg, codirectora general de Facebook, sostiene en su libro que las mujeres, para alcanzar puestos de dirección en el mundo empresarial y de influencia en la sociedad, simplemente han de superar la inseguridad, pasividad y docilidad a que les condena el estereotipo de género que las pretende convertir en sumisas.

Publicado originalmente aquí 

Traducción: Viento sur