De presentaciones e inauguraciones, de libros, casas y autogestión. Vilardevoz: Una Trayectoria Colectiva
Se trata efectiva y afectivamente de una trayectoria colectiva. Un viaje compartido con múltiples personas y colectivos, un proceso en construcción siempre inconcluso. Ese día en la casa cultural se vivió la red, en ese cruce de miradas de tantos y tantas con quienes se comparte la lucha antimanicomial día a día.
A invitación del colectivo de la radio, el martes 9 de abril, concurrimos al local de “La nave de les loques”, como comentaristas en la presentación del libro: “VILARDEVOZ: Una Trayectoria Colectiva” (2024), realizado por Cecilia Baroni, Mariana Marques Moraes, Josefina Ongay, Joaquín Amorena, Andrea Deleo, Melina Ramirez, Natalia Quiroga y Mariana Martinez.
Esta actividad fue una bella excusa para re-inaugurar “La Nave” y llenarla de gente, de risa y emociones. En dicha instancia nos encontramos en un espacio pleno de alegría, con el proyecto vivo de la radio comunitaria y sus participantes activos que hacen día a día la radio, la casa colectiva, el centro cultural, la tienda y los diversos espacios de multiplicación de una lucha antimanicomial. Luchas plurales en busca de alternativas al encierro, que durante los 26 años de existencia, la radio viene impulsando, evidenciando y amplificando que otras alternativas para la salud mental son posibles y están hoy aconteciendo.
Se trata efectiva y afectivamente de una trayectoria colectiva. Un viaje compartido con múltiples personas y colectivos, un proceso en construcción siempre inconcluso. Ese día en la casa cultural se vivia la red, en ese cruce de miradas de tantos y tantas con quienes se comparte la lucha antimanicomial día a día.
Desarrollar un proyecto autogestionario desde hace tantos años muestra claramente la relevancia de que la autogestión se desarrolla en red. Requiere de organizaciones en movimiento que rompen la quietud de lo establecido. Organización trashumante, nómada, errante, ambulante. Las personas integrantes de la radio saben de estos procesos en movimiento, entre calles, pobrezas, encierros, aperturas y movimientos ambulatorios. Nos habla de una forma de hacer, que tiene que ver con los entramados comunitarios que sostienen, que nos sostienen.
Por qué escucho vilardevoz?
quizás por costumbre
por conectar con las construcciones colectivas
sus realizaciones
sus derrumbes
sus conexiones
a corazón abierto
quizás por esas voces diversas
dispersas
sin miedo de emocionar y emocionarse al mismo tiempo
será cierto que la radio al amplificar escucha?
voces distintas
orejas prestadas
que al mezclarse producen
nuevos modos de relacionarnos y
hacer radio itinerante
delirante y orgullosa de las locuras actuales y las que se seguirán produciendo en esta interacción
(Gerardo Sarachu-10 de febrero de 2024)
La desmanicomialización se realiza a partir de prácticas diversas, sin duda de grandes cosas, pero también de lo que algunas personas nombran como “mínimos gestos” y este libro está poblado de ello y por tanto la Radio.
Uno de estos mínimos gestos podemos verlo por ejemplo al inicio del libro. Al abrirlo nos encontramos con una frase de Adhemar Seara, compañero de la Radio, militante antimanicomial, la cual dice: “Desmanicomializar no es cerrar un manicomio, es cortar con las políticas de encierro”. Con esa frase arrancan ese apartado sobre la desmanicomialización y la pregunta que nos venimos haciendo hace mucho tiempo: ¿qué abrir para cerrar?, que en definitiva es de lo que se trata este libro. Y desafía al conjunto de la sociedad, cala hondo, compromete con la vida y sus búsquedas colectivas, cuestionando el modo establecido destructivo y depredatorio de las personas y sus relaciones como parte de la naturaleza.
Nos interesa mencionar que el libro es producto de un proyecto de extensión universitaria en un modalidad que se llama trayectorias integrales, los cuales apuestan a la integralidad de saberes, disciplinas y funciones, y justamente, uno de los mayores desafíos de la integralidad es la integralidad de saberes, el diálogo de saberes, partiendo de la premisa que es indispensable para transformar juntxs la sociedad. En este libro eso lo vemos reflejado de distintas formas, una es este primer gesto de apertura, advirtiéndonos quizás que en las siguiente hojas no citan sólo a referentes académicxs, sino también a compañeros, a participantes de la radio; y no es una cita decorativa es una cita con la que se reflexiona en el correr del libro.
Esto también lo vemos reflejado en el lenguaje y las formas de enunciar que se presentan en el libro. Por ejemplo, en las formas creativas de nombrar lo que hacen: espacio de oficina de-mente, armar y desarmar equipos: misión galáctica, o cuando hablan de los síndromes de la participación o los ya conocidos desde hace años como “los desembarcos”. O también podemos verlo cuando describen el desafío de la creación de distintos equipos que van componiendo la Radio: equipo técnico, equipos híbridos y equipos de participantes, la necesidad de encontrarse de distintas formas para poder decir, hacer y decidir colectivamente.
El trabajo presentado por la radio, comparte una experiencia que se sigue construyendo y entiende la autogestión como la generación de prácticas diversas interconectadas. Como interacciones y encuentros que gestionan diferencias, como la permanente revisión crítica de lo que se hace, como un proceso de construcción de territorios de existencia para las locuras y nuevas composiciones heterogéneas e híbridas entre técnicos y participantes.
Un punto clave es reconocerse en todos los trabajos que permiten poder hacer autogestión. No se trata del poder sobre o poder dominación sino de aquellos trabajos que permiten reconstruir el flujo social del hacer. Los trabajos del producir, los trabajos del sostener y los trabajos del expandir.
En primer lugar, los trabajos del producir la autogestión conectando con otras formas de producir en la universidad pública desde el diálogo extensionista, compatibilizando tiempos y espacios ante realidades diversas entre docentes, estudiantes, participantes de las organizaciones, redes interinstitucionales y socio-comunitarias.
Producir desde el aprender haciendo, revisando permanentemente las prácticas para extraer aprendizajes y realizar las rupturas necesarias para transitar desde espacios signados por la tutela y la dependencia hacia espacios que suponen la autogestión, la interdependencia y la autonomía en relación. Producir estrategias para gestionar conflictos y diferencias asumiendo contradicciones diversas.
En segundo lugar, los trabajos del sostener, poner el cuerpo, estar ahí, generar condiciones para el encuentro y para transitar desencuentros. Se trata desde la experiencia de la radio de acompañarse acompañando, desde la autonomía que se produce en relación y que requieren de la trama afectiva. Asumir el desafío de cuidar cuidándonos en los equipos, aceitando los engranajes locos que el manual expone. Sostener requiere de la constancia, la insistencia, la presencia sostenida y el trabajo en equipo. Y también las transformaciones necesarias que mencionan de paciente a participante, pero también de técnico psi a militante antimanicomial. Donde para ello se práctica una hospitalidad radial. Alojar la locura y como ellxs dicen “extensionar con locura” para desplegar colectivamente una “usina de producción antimanicomial”.
En tercer lugar, los trabajos de expandir, del amplificar y conectar las luchas por una salud colectiva que rompa con los encierros y abriendo otros modos para el trabajo en red. Es clave para expandir la autogestión, asumir la materialidad de la misma, movilizar recursos y disputar políticas públicas desde el trabajo concreto por otra organización de la sociedad en la que quepan todas las personas que asumen los asuntos comunes desde su participación directa para sostener una vida plena de sentidos por potenciar mutuamente.
La radio es como una escuela experimental de autogestión que enseña aprendiendo y en su libro nos comparte un ensayo de nuevas formas de gestión colectiva, las cuales son un aporte no solo para proyectos vinculados a la salud mental sino también para la economía solidaria. Esto principalmente lo podemos leer desde la página 33 en adelante donde abordan: 1) piques para la autogestión colectiva; 2) qué hacer para tener plata (y muy generosamente nos cuentan todos sus piques); 3) Roles y síndromes de la participación, son 11 en total, a continuación les compartimos uno de ellos.
“Síndrome de Cristóbal Colón o del/lx recién llegadx. Es cuando unx nuevx integrante del colectivo o alguien que se acerca a la radio en vez de preguntar comenta cosas como: ¿y por qué no hacen una campaña para conseguir fondos? o ¿por qué no transmiten más días a la semana? De esa manera la persona, se ahorra realizar preguntas y escuchar las respuestas, sintiendo que descubrió la mejor manera de solucionar un problema o cree que es la primera vez que alguien trata ese tema. Son en general ideas maravillosas ya llevadas a cabo o imposibles de hacerlo pero bueno, existe” (p. 50).
Para cerrar queremos compartir unas palabras de la Filosofa Marina Garcés que entendemos tienen todo que ver con lo que nos comparten les compañeres de Radio Vilardevoz en su libro pero principalmente con su práctica.
“El compromiso es la disposición a dejarse comprometer, a ser puestos en un compromiso por un problema no previsto que nos asalta y nos interpela. (…) El compromiso, cuando nos asalta, rompe las barreras de nuestra inmunidad, nuestra libertad clientelar de entrar y salir, de estar o no estar, de tomar o dejar tanto cosas, como personas, como situaciones. Así nos arranca de lo que somos o de lo que creíamos ser. Nos incorpora a un espacio que no controlamos del todo. (…) Nos encontramos implicados en una situación que nos excede y que nos exige, finalmente, que tomemos una posición. Tomar una posición no es solo tomar partido (a favor o en contra) ni emitir juicio (me gusta, no me gusta). Es tener que inventar una respuesta que no tenemos y que, sea cuál sea, no nos dejará igual. Todo compromiso es una transformación necesaria de la que no tenemos el resultado final garantizado (…) ¿Qué es lo que tiene la fuerza de comprometernos?