Uruguay

Charlas de tortas

7 marzo, 2018

Escrito por:



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Annie Gonzaga

Charlas de tortas


El asesinato de Natalia «Pepa» Gaitán perpetrado por el padrastro de su novia, el 7 de marzo del 2010 en Córdoba, Argentina, da origen al día de la Visibilidad Lésbica en la región. Además de recordarlo hoy, la visibilidad es un tema que atraviesa nuestra rutina.


Las palabras que aparecen en este texto son resultado de nuestras vivencias, de encuentros con otras, de peleas, de nuestro pensar, repensar y habitar el mundo, del intercambio de lecturas que nos ayudan a observarnos, de los feminismos, de la complicidad en las miradas, y básicamente, de lo que surgió en la idea de escribir algo para este día.

Cuando algunas lesbianas nos juntamos y conversamos sobre nuestras vivencias, hallamos puntos en común y situaciones que se repiten, que, desde una mirada ingenua y para quien no las experimenta pueden ser desestimadas, pero su trasfondo es complejo y no se ve a simple vista. Aquí algunas: la atención en centros de salud en donde se da por hecho cuáles son nuestras prácticas, ocasiones en las que nos limitamos en mimarnos o darnos un beso para que nadie que esté cerca nos violente, los cuestionamientos de por qué somos tan femeninas si somos tortas o por qué tan masculinas si somos mujeres y por qué no cabemos en el estereotipo que está armado sobre cómo deberíamos ser, la obligación de contarlo sin estar preparadas, personas que asumen tener derecho y acceso a conocer nuestra intimidad y nos preguntan cómo cogemos, quién es el hombre, si no nos falta algo, machitos que se comieron la industria pornográfica y piensan que las lesbianas somos un producto en el mercado de su deseo, y un largo etcétera de situaciones naturalizadas, que se agravan cuando se cruzan otras opresiones, llegando a cumplir con todos los tipos de violencias

“Qué necesidad de anunciar que sos lesbiana visible, yo no ando por ahí diciendo que soy heterosexual»

La acción de visibilizarnos sucede cada vez que nos enunciamos desertoras de la heterosexualidad. A veces desde un hecho concreto y organizado, otras desde la cotidianeidad de nuestras vidas en los espacios que nos toca habitar.

Esta intención de decir que en este mundo también estamos no es arbitraria y tiene una razón de ser: vivimos en un régimen heterosexual y heteronormativo, instituido tanto en lo público como en lo privado. Que hace que, siempre y en toda circunstancia, se dé por hecho que por ser mujeres nuestra vida estará destinada a servir a los varones y que las únicas prácticas viables son las heterosexuales.

La heterosexualidad no necesita manifestarse ni hacerse consciente para conservarse, todxs somos heterosexuales hasta que demostremos lo contrario. Nuestra visibilidad es consecuencia de, y a la vez, escudo y arma contra la heteronorma que silencia nuestra existencia.

Entonces, ¿por qué importa visibilizarnos? Para estar juntas y acompañarnos, para generar referencias desde otros sentires, para ampliar las formas de vincularnos, para ponerle nombre y hacerle frente a las opresiones, para que exista una educación sexual que libere, para que otras infancias quepan en el mundo, para construir un feminismo no heterosexual, desde y para nosotras, para destruir los estereotipos y lo que nos niega, para mirarnos y reconocernos.

Evitar reproducir las lógicas heterosexuales es también estar atentas a no generar mandatos entre nosotras mismas en cuanto a cómo somos o con quién o quiénes nos vinculamos, aceptando que algunas también ocupamos lugares de privilegios. Y en este universo de significados que abarca mucho más que la orientación de nuestro deseo, saber que somos muchas, muchxs cuerpxs, muchas identidades, muchos sentires, y muchas experiencias. Esta es tan solo una muestra de un punto en lo heterogéneo.

Este compromiso de hacer ruido y molestar, también implica destruir las bases en las cuales aprendimos a amar y a vincularnos, para construir una realidad mediada y conectada con nuestro deseo, y con la posibilidad de ampliar y de coexistir en las múltiples formas.

 * Colaboraron para escribir esta nota las charlas con Victoria Cornel