América Latina

Cuando la pasión piquetera también es feminista

25 junio, 2018

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Veinticuatro/Tres

Cuando la pasión piquetera también es feminista


A 16 años del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, compartimos está entrevista publicada en 2016, que recoge la tarea de multiplicar sus ejemplos, pasiones y luchas, a través del relato de las mujeres jóvenes que las llevan a todos sus ámbitos de militancia. Cómo se entiende el poder piquetero y popular en clave feminista.


¿Qué significa para vos el 26 de junio?, preguntamos, a quienes sabemos que esa poética- mágica combinación de palabras inmediatamente nublará la vista y anudará la garganta. Es imposible relatar la historia de los sectores populares sin delinear la genealogía cercana del empoderamiento y la organización de las mujeres en (re)construcción del feminismo post crisis económica y estallido social de 2001 en nuestro territorio país.

“A Darío lo conocí, lo mataron cuando tenía 6 años pero tengo imágenes de estar jugando con él; que, por más que son vagos recuerdos es muy movilizante la fecha”, nos relató Malena Díaz Pascielli, integrante de la organización juvenil Agite Rebelión, “el 26 significa ganas de seguir luchando por ese mundo que soñaban Darío y Maxi, que eran pibes jóvenes que peleaban por un cambio social, por trabajo, por dignidad”.

“El 26 de junio de 2002 marcó a fuego nuestra historia y la de toda una generación de militantes”, respondió Martina Pesce, integrante del Frente Popular Darío Santillán (FPDS), “en lo más oscuro del neoliberalismo, ante el avance de un país para pocos renació la militancia”, afirmó, “intentaron ponerle freno al empoderamiento, pensaron que con arrebatarle la vida a esos dos militantes iban a resolver el problema. Pero los multiplicaron y las lágrimas se transformaron en bronca y compromiso de continuar sus sueños”.

“El 26 de junio es el día de la juventud militante”, nos dijo Florencia Noceti, integrante del Espacio de Mujeres del FPDS, “las semanas previas y ese día son momentos en los que nos recordamos que la lucha no está perdida”, contó, “nos reaviva la llama de las luchas. Son días que se viven con alegría y tristeza pero que nos empoderan infinitamente”.

Piquete feminista, avance de la derecha y desafíos para la lucha por la liberación

-Si tuvieran que pensar en cómo juntar la pasión piquetera con el movimiento feminista, ¿que dirían?

Malena Díaz Pascielli: la pasión piquetera y el movimiento feminista están juntas. Cuando nace el movimiento piquetero la mayoría de las que estaban poniendo el cuerpo en el día a día en los merenderos, por ejemplo, eran las mujeres. Ese es un trabajo muy grande que nos dejaron las compañeras que se terminó de plasmar en la primera Asamblea de Mujeres en el Puente.

Martina Pesce: las mujeres tuvieron un rol clave. En vez de quedarse con la olla vacía en su casa salieron a organizarse, siendo junto a lxs jóvenes el otro pilar clave de los MTD (Movimientos de Trabajadores Desocupados). Prefiguraron, no se quedaron calladas y laburaron a fondo las diferencias de roles que el patriarcado imponía. Las asambleas de mujeres de la Verón en el Puente Pueyrredón empoderaron exponencialmente a las compañeras y generaron la construcción del Espacio de Mujeres e impulsaron que la organización (el FPDS) sea anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal.

Florencia Noceti: las dos cosas que me viene a la mente cuando pienso en la relación pasión piquetera y lucha feminista son: la primera asamblea de mujeres en el Puente Pueyrredón y los Encuentros Nacionales de Mujeres (ENM). En el primer caso, conocer los orígenes de los espacios de mujeres piqueteras y las luchas que han dado al interior y exterior de las organizaciones es fundamental para entender y pensar la lucha hoy en los dos ámbitos. En el segundo caso, porque las organizaciones sociales y políticas generamos un gran aporte en esos encuentros. La mística de marchar entre 60.000 mujeres es inigualable.

M.D.P.: el movimiento feminista, si no es popular, queda por la mitad, hay que atacar las opresiones tanto patriarcales como capitalistas interdependientemente. Por otro lado, el movimiento piquetero arrastra machismo desde hace mucho tiempo, y lo que el movimiento feminista vino a hacer es neutralizar esas prácticas para que sean luchas que se tienen que dar de conjunto para crear los varones y las mujeres nuevas.

No por nada cantamos que “somos brujas piqueteras que ponemos mucho ovario y enfrentamos la opresión”.

– ¿Cómo se plantan las mujeres piqueteras ante un gobierno de derecha?

F.N.: las mujeres en los barrios, espacios de trabajo, casas de estudio entendemos que estamos atravesando un momento de mayor resistencia, sabemos que las cuestiones de género no están en las agendas políticas ni en los medios de comunicación masivos, salvo a la hora del rédito político o banalizar nuestra lucha; por eso una de nuestras tareas tiene que ser la de incomodar mostrando que no vamos a permitir retroceder en todas las luchas que hemos conquistado por lo menos parcialmente.

Jamás nos han regalado nada y sabemos que debemos arrancarle a los gobiernos nuestros derechos y los de las disidencias sexuales. Este momento, donde el enemigo se encuentra fortalecido y muy claro, debemos fortalecer la unidad con otras organizaciones en nuestras acciones y definiciones políticas. Tanto la Campaña contra las Violencias hacia las Mujeres como la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito son espacios muy importantes para masificar y visibilizar nuestras luchas.

M.P.:
 preocupa el avance de la derecha no solo en Argentina, sino a nivel continental. Otra vez empiezan a llenarse de compañerxs los comedores, lxs pibxs consumiendo más paco que nunca. Pero ante la desesperanza y el miedo tenemos que, al tiempo que resistimos los embates de la derecha, construir un proyecto de país para la vida digna.

M.D.P.: Cuando hay una avanzada de gobiernos de derecha las que primero la sufrimos somos las mujeres; somos las que cada vez nos morimos cada menos horas, cobramos menor salario a igual trabajo, las que nos seguimos muriendo por abortos inseguros y las primeras afectadas de un Estado que desinvierte vaciando las políticas públicas de género.

Las mujeres nos paramos muy firmes, si bien vienen a querer barrer un montón de conquistas de los sectores populares, al mismo tiempo hay una organización y lazos de sororidad fuertes. No partimos desde cero sino de un legado que nos dejaron compañeras “ancestrales”. Tenemos que seguir luchando y poner el cuerpo para poder ser libres.

– ¿Cómo multiplicar el ejemplo de Dario y Maxi?, ¿cuáles son las luchas y desafíos que están encarando desde los espacios que conforman?

M.P.: 
debemos retomar el ejemplo de romper con la desesperanza y reivindicar con fuerza la organización colectiva; no acostumbrarnos a lo que nos toca ni agachar la cabeza y retomar que los sueños están para construirlos en el aquí y ahora, no para quedarse soñando.

Las y los jóvenes tenemos que concebirnos como protagonistas y explotar nuestro potencial creativo. Los poderosos saben el potencial antisistémico de lxs jóvenes organizadxs y por eso no nos sorprende el proyecto que tiene la derecha para nosotrxs: desempleo, precarización, criminalización de la pobreza, redes de trata y narcotráfico, etc. Tenemos que combatir y resistir pero al mismo tiempo ir organizándonos, proponiendo y construyendo vida digna. Con el ejemplo de los compañeros en nuestros corazones pero también con laburos concretos y transformadores.

M.D.P.: El ejemplo se multiplica con la acción concreta y sintiendo en lo más hondo cualquier injusticia, luchando por el socialismo, por el feminismo popular, desde abajo; porque para un buen vivir hay que seguir manteniendo viva la lucha. El gesto de Darío con Maxi, de quedarse acompañando a pesar de la represión se tiene que reproducir, porque es compañerismo y solidaridad, las principales cualidades que tenemos que tener quienes militamos.

F.N.: el ejemplo de Darío y Maxi lo multiplicamos cada vez que ponemos el cuerpo para luchar por nuestros derechos y los derechos de otrxs que no conocemos. Así como Darío no dejó solo a Maxi aquel 26 de junio, nosotrxs decimos que ellos no están solos y que continuamos su lucha.

Hoy uno de los mayores desafíos es que no se retroceda ni un milímetro en derechos conquistados y que aquellas leyes que logramos que se aprueben -como la Ley de Protección Integral a las Mujeres- se hagan efectivas. Sabemos que la despenalización y legalización del aborto será una lucha muy ardua con este gobierno (y lo fue con los gobiernos anteriores), ya que figuras como Michetti y Vidal proclaman el “derecho a la vida” y los mandatos de la Iglesia, posicionando a las mujeres que se practican un aborto como “asesinas” y otorgando el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos a terceros. No vamos a frenar nuestra lucha hasta que la educación sexual para decidir, los anticonceptivos para no abortar y el aborto legal para no morir, no sean sólo frases sino que sean hechos.

(*) Artículo originalmente publicado en Marcha