El espiral del deseo | Sacar la voz. Tramas feministas de deseo y escritura #3
El texto integra la compilación «Sacar la voz. Tramas feministas de deseo y escritura», editado por Minervas en 2021. #HabráMarea #8M2022
Hace unos años me sumé al espiral feminista
En estos años de revuelta muchas cosas cambiaron en mí
Otras las pude poner en palabras, entre ellas el deseo de cambiarlo todo
Me llena de alegría ver a las mujeres brillando en todas las áreas
Este año de los juegos olímpicos, ¡son tantas disciplinas¡ ¡y ellas tan maravillosas!
Pero también salió a relucir su exigencia, que no es diferente a la que cada una de nosotras vivimos
Esa exigencia del mundo externo que se nos filtra en nuestro cotidiano vivir
Ese estereotipo de belleza que nunca parece estar a nuestro alcance
Ese saber tan anhelado, pero nunca alcanzado en tantas formas, sea para comenzar un proyecto o para aprobar un examen
Nadie nos dijo de chicas lo difícil que iba a ser transitar en este mundo siendo mujeres
Que cada vez que tuviera el deseo de hacer algo iba a tener la sensación de que no era lo suficiente buena para hacerlo
O que hay gente que es mucho mejor, que a mí me falta preparación, que a mí me falta dedicación, que no sé de esto, que me falta de lo otro
Pienso: ¿acaso debería tener conocimiento para poder expresar mis deseos?
No llego a una respuesta, son muchas, son varias, algunas más sentidas, otras más voladas
Esto cobra aún más sentido cuando me espejo en otras y esas otras se espejan en otras
A veces logro rebelarme al mandato que me dice que no puedo y ese momento es liberador
Se siente como el sol en la cara un día de invierno
Esa energía invade todo mi cuerpo y quiero contarlo, quiero gritarlo
Pero no para mostrarme a mí, sino para que otras se puedan espejar y así volver al espiral
Este espiral en el que, de manera paradójica, en vez de irnos encerrando nos vamos liberando unas a otras
Otras veces no logro salirme de ese mandato y me cae toda la inseguridad
Angustia, garganta seca, palpitaciones
No me siento capaz de hacerlo, no soy la persona adecuada, me falta conocimiento
En ese momento sentipensante me pregunto qué sería de nosotras si la gran Federici se hubiese dejado ganar por la inseguridad a la hora de escribir “Calibán y la bruja»
Entonces caigo en una pesadilla en la que las mujeres creemos que los quehaceres de la casa son nuestra responsabilidad y le llamamos amor a cocinar para otros
Las feministas piden igualdad
Nos comimos el cuentito de que el lugar de la mujer en la historia era acompañar la lucha de ellos, los hombres
Que el patriarcado se cae con el capitalismo, que la lucha de clases por ante todas las luchas
¡Ay qué horror! ¡Necesito despertar! ¡Me siento sucia!
Gracias, Silvia, por todo lo que nos das con tu pensamiento crítico, ese libro es un gran tesoro para nosotras
Y a todas las brujas mayores por ser nuestra fuente de fuerza
¿Qué sería de mí si ese día no hubiese ido a esa actividad en la que conocí a Federici?
Me seguiría haciendo responsable de tantas violencias que ejercen sobre mí
No entendería el problema que tenemos las mujeres con la inseguridad
Pero me animé y fui, las vi y las escuché
¡Era tan distinto! ¡Era tan fuerte!
Fue un proceso: de a poco me di cuenta de que me había salvado, de que estar ahí me había mostrado otro mundo
Un mundo que había que desordenar porque de la manera en que se había armado estaba mal, porque ese mundo nos dejaba a nosotras afuera
Después de tanto tiempo de estar afuera ya no queremos ese lugar que nos quieren dar, ahora lo queremos todo
No queremos una parte del paraíso, lo queremos todo
Lo queremos y lo merecemos, tienen una deuda enorme con nosotras
Mi gran problema de inseguridad, al igual que el de mis amigas, tiene un solo responsable
El mismo que ahora se apropia de nuestras críticas, las absorbe y no devuelve soluciones a los problemas reales de mujeres reales
Aunque no es el único que se quiere apropiar de nuestra lucha, hay varios aliadines, pero eso lo dejo para otro capítulo
En este entretejernos nos vamos pasando piques para hacer frente a la inseguridad en todas sus formas: aromaterapia, psicoterapia, acupuntura, homeopatía, etc.
Estar entre mujeres me enseñó que todas, toditas tenemos inseguridades habitando en nuestro ser
Salen a flor de piel cuando nos decidimos a hacer, a decir
Ahí empiezan los rituales de soltar, de fluir, de alejar el miedo
En ese momento están las amigas prendiendo velitas, regalando mucho amor, mucho alimento para el alma
En un sistema que nos enseña desde chiquitas a odiarnos, amarnos es el acto más revolucionario y hermoso que podemos cometer