Frente al brutal ataque a la educación pública, el 15M y nuevos signos vitales
«Este texto intenta ser un simple testimonio de lucha. Un informe de lo que se vive y siente desde acá para lxs compas que están curiosxs desde allá. La intención es dejar algunas líneas entre reunión y reunión, entre el trabajo y la organización y la articulación de experiencias creativas. Para quien busca informaciones con datos mas precisos para complementar pueden encontrar muchas otras notas.»
«Nunca vi este despelote
Yo vine para estudiar
Para producir conocimiento
Y nadie me va a detener».
Canto callejero al ritmo carioca, estudiantes de la UFF en Niteroi, 8/5/19
El cotidiano de las Universidades Públicas en Brasil se alteró en las últimas semanas. Sacudido por anuncios y medidas drásticas que ponen en jaque su funcionamiento. El miércoles, después de clase, estaba estudiando en la biblioteca de la UFF de Niteroi con la compañerada, cuando empezamos a escuchar un coral de voces llamando, el acto iba a empezar. Levanté la cabeza, cerré el libro y respiré profundamente. Un nuevo signo vital, el llamado a la lucha de la comunidad universitaria, estudiantes y trabajadores. El ritmo de los tambores, el colorido y los fervorosos discursos intentando poner un límite a tanta barbarie, eran lo esperado. La sorpresa estuvo en la participación popular que desbordó la movilización. El conflicto fue mas allá de los muros de la Universidad y ganó expresión en el espacio público, la participación de la sociedad en general. Es que así como en la UFF el pasado miércoles, en todas las Universidades de Brasil la respuesta fue unificada y contundente, “estamos de pie y vamos a luchar”.
En Brasil andamos muy cabizbajo desde octubre del año pasado, los números de aumento de enfermedades mentales como la depresión, ansiedad (males de época vinculados al aumento de la velocidad de producción y circulación del capital) se combinan con aumento en las tasas de suicidios y una batería incansable y permanente de barbaridades anunciadas contra el pueblo, y a favor de una élite inescrupulosa y violenta, que permanece impune y casi inalteradamente en el poder del mayor país del continente, fundado sobre mas de 400 años de esclavitud. Pero la historia brasileña, también está dinamizada por la lucha de clases, y plagada de resistencias memorables, caldos de cultivos de alternativas societarias que traen consigo en acciones el principio de la esperanza. El samba de Mangueira en homenaje a Mariele y a las resistencias brasileñas que ganó el carnaval de Rio, y el humor político sintetizado en memes (“Sólo los memes salvan”, fue una frase que se repitió mucho en la cotidianidad de sectores progresistas de la sociedad carioca durante estos meses para expresar el desierto político) son ejemplos de la forma de abordar la tragedia que tiene el pueblo brasileño, donde la expresión callejera es muy diferente a la que vivimos en Argentina. Lo que veremos el próximo miércoles 15 de Mayo, en el marco de la huelga nacional de Educación, me atrevo a decir que será uno de los eventos mas significativos desde las jornadas de Junio de 2013 hasta hoy.
Es inevitable contextualizar a partir de la historia reciente marcada por el re-flujo de luchas que significó la utopía negacionista del pacto social, durante los gobiernos del PT, y que se agrava con la consecuente derrota en las calles en junio de 2013. La derecha triunfante en la calles anuncia el fin del pacto frente a la caída de la tasa de ganancias en 2014, y se produce la consecuente frustración y decadencia de los gobiernos petistas, el golpe y el gobierno Temer consolidan un escenario trágico con la entrega del petróleo del Pré-sal, el congelamiento de los gastos públicos, la reforma laboral, etc. Brasil demuestra una vez mas que en los marcos del capitalismo siempre se puede estar peor, y para llegar al fondo del pozo, frente a la ausencia de un horizonte de transformación se produce la elección de la coalición que reúne a la derecha mas rancia del continente, y se reactiva en el continente la presencia siempre latente del pasado fascista que sacudió el mundo desde Europa en el siglo pasado.
La barbarie del gobierno Bolsonaro en estos primeros meses avanzó activamente. Todos los días alguna noticia trágica con apariencia bizarra sacude al país, todas ellas sin excepción son contra el pueblo y a favor de intereses privados. Una sucesión de hechos bochornosos de gobierno, crean un estado de permanente confusión y se combinan con medidas que privatizan la gestión del agua en los estados, la entrega de extensos territorios del amazonas. El viaje presidencial a los Estados Unidos y la impunidad de gobernar para los de afuera queda sellada en la entrega de la sagrada camiseta número 10 de la selección “verdeamarela” y el regalo de la base de Alcántara. Flexibilizar el uso de armamento como si fuera una política de seguridad, y la consolidación del genocidio negro y el mercado de la muerte con el criminal “paquete anti-crimen” del Juez que dirigió el proceso que llevó a Lula a la cárcel y ganó de premio un ministerio. El culto oficial y el homenaje a torturadores en el aniversario del golpe de 1964.
La “pauta ambiental” contra los territorios indígenas y a favor de las mineras, y mega corporaciones que producen tanto agrotóxicos como remedios. Con respecto a la salud, acompañan la profundización del vaciamiento del Sistema Único de Salud, la retirada del término “violencia obstétrica”, y la vuelta a la lógica de los manicomios en salud mental. Todo esto, y mucho mas, en un cotidiano inundado de fake news, donde la confusión como política de gobierno alcanza su ápice en los intentos de destrucción del Censo Nacional para evitar datos concretos que puedan registrar el nivel del genocidio perpetrado.
En el día de hoy por ejemplo, una de las medidas anunciadas fue la retirada del 90% de las normas de seguridad y salud en el trabajo, porque “generan costos absurdos para la empresas”.
Es una lista interminable y angustiante, estas son solamente algunas de las barbaries promovidas por el gobierno nacional que enorgullecen a la élite Brasileña. Y que se profundizan en algunos estados como por ejemplo Rio de Janeiro, donde el Gobernador Witzel (también del PSL), participa activamente de una operación de las fuerzas armadas que tirotea la población civil desde un helicóptero en Angra dos Reis. Al ser denunciado frente a la ONU por la diputada Renata Souza (presidenta de la comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa del Estado de Rio de Janeiro), el gobernador pidió la casación del mandato de la diputada.
En una entrevista al periódico “Valor” que expresa los intereses de la élite brasileña, el presidente de la “bancada de la bala” (parlamentarios de ultraderecha) dijo: “Es triste ver una lucha tan grande para que la derecha asuma el poder y ver que se está destruyendo nuestra imagen”. Las disputas internas en el gobierno de Bolsonaro expresan fragmentaciones, que en vez de amenazar el gobierno, re-aseguran un recambio interno en el caso que el nivel de revueltas frente a la barbarie torne insustentable la continuidad del elemento mas bizarro de la política brasileña al frente del gobierno. Son fragmentaciones en las que se destaca la autonomía del sector militar y refuerzan el compromiso conjunto entorno al plan económico y la sumisión política a los Estados Unidos de Trump.
El gobierno se siente con confianza y elige el sector enemigo a enfrentar. Tal vez por elegir un ‘sector no productivo’ frente al fantasma de la huelga de camioneros que amenaza con repetirse. Tal vez porque sienten que tienen un gran acumulo en el sector educativo por derecha y es necesario dividir la población en un escenario diferente al de la reforma provisional. El destaque de la huelga de educación del 15M no se da porque no haya habido resistencias en este tiempo. Son cotidianas por ejemplo, las resistencias de las madres al genocidio de la juventud negra practicada en las favelas desde hace décadas. También se destacan las luchas indígenas que tuvieron una expresiva jornada en Brasilia. El foco central de las resistencias se reúne en torno a la reforma previsional que va mas allá del paso del sistema de solidaridad al sistema de capitalización que realizó desastres en varios países, profundiza en otros aspectos el crimen contra los mas pobres. Parece que el gobierno eligió por donde encender la mecha y crear reacción buscando negociar y fragmentar en función de esta cuestión central que es la reforma provisional. Tanto que el ministro de educación anunció que la medida de los cortes podía volver para atrás, si se aprobara la reforma previsional.
En educación, la política del gobierno siempre fue contundente. Sumado a la persecución a profesorxs por cuestiones ideológicas, usando la llamada política de “escola sem partido”, al combate a la llamada “ideología de género”, el anuncio del fin de la enseñanza de filosofía y sociología jerarquizando absurdamente las ciencias, y el culto y apoyo concreto al desarrollo de escuelas militares, el nuevo ministro de educación encabeza un ataque contundente a la educación pública, anunciado primero para tres Universidades (UFF, UFBA e UNB), el corte de presupuesto a casi todas las Universidades Federales, se complementa con el corte de becas para cientistas, y pone en jaque a la educación superior pública y al sistema de ciencia y tecnología. La precariedad de las becas como salario de lxs cientistas que se encuentran por debajo del valor del salario para personas que tienen solamente el secundario completo, el productivismo, la meritocracia y la competencia ya son parte del cotidiano de la elitizada universidad brasileña que creció en las últimas décadas en base a la parceria publico-privada, y ubica a Brasil como en el puesto número 14 entre los países productores de ciencia e tecnología. El ataque actual impide el funcionamiento del sistema público. Y claro, los mercados, que no tienen comportamientos humanos, responden de forma lógica: En los últimos cinco días, las tres principales empresas que lucran con la educación superior privada (algunas vinculadas directamente con familiares de Paulo Guedes, el ministro de economía) tuvieron un alza importante en sus acciones en un contexto de general baja de los valores de la bolsa. El proceso de privatización de la enseñanza superior en Brasil está siendo aplicado sin anestesia. Y los humanos con comportamientos dignos, se dirigen hacia la revuelta.
La lista de barbaries es interminable, tanto cuanto las tareas para montar una nueva resistencia que no repita los errores del pasado. El signo vital de la resistencia en esta nueva fase del capital-imperialismo en Brasil, lo gestamos desde abajo en los diversos sectores de educación este 15 de mayo, y tiene el desafío de abrir caminos nuevos. Masivas asambleas crearon en diferentes territorios de este inmenso país nuevas instancias de organización y lucha. Todas confluyen en las jornadas callejeras de mañana, las calles se llenarán como hace mucho no se llenaban. La lucha siempre fue el mejor caldo de cultivo de lo nuevo por nacer. El conflicto no va a durar poco tiempo, la asamblea y la lucha callejera es el método elegido por trabajadores de la educación y de la ciencia, y estudiantes. Una vez más en América Latina, es por el lado de la educación, donde la gran mayoría de lxs trabajadorxs son mujeres, que las luchan ganan dinamismo y van mas allá de las paredes de la institución educativa contagiando a la sociedad, en defensa de la soberanía en educación ciencia e tecnología, el pueblo brasileño se pondrá de pie. El 15 de mayo, inicia el camino a la construcción de la huelga general del 14 de Junio, y tal vez sea el “parte aguas” para la historia que estamos escribiendo entre las luchas populares y el gobierno Bolsonaro.
* Diego Ferrari es Doctorando en Trabajo Social (UFRJ), Becario CAPES e Integrante de la Asociación de Posgradiandxs (APG) de la UFRJ.
Artículo publicado en Contrahegemonía