América Latina

Montevideo: el segundo mayor puerto receptor de pesca ilegal en el mundo.

12 diciembre, 2018

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Montevideo: el segundo mayor puerto receptor de pesca ilegal en el mundo.


Se dice que el Uruguay se acaba donde uno deja de hacer pie en la playa Pocitos, pero por estos días los uruguayos que damos alerta nos hemos multiplicado: “Empresa china compró terreno en Punta Yeguas para construir puerto pesquero”. China tiene fama de pescar de forma irresponsable e ilegal, y Montevideo se la ha ganado también como parada de los buques que pescan en el Atlántico Sur. El consorcio chino Shandong Baoma Fishery Group compró terrenos en Punta Yeguas y se propone realizar allí un “megapuerto”.


Durante una reunión en las oficinas de Uruguay XXI, agencia gubernamental que tiene a su cargo promover las exportaciones e inversiones en el país, la empresa china Shandong Baoma Fishery Group informó que instalará un puerto pesquero y Zona Franca en el oeste de Montevideo, según consignó Lu17.com El chairman de Shandong Baoma Fishery Group, Jian Hongjun, presentó ante organismos estatales los avances del proyecto, que la firma lleva adelante para instalar un puerto logístico para buques pesqueros chinos. El ejecutivo asiático llegó acompañado dos de los principales referentes de CSI Ingenieros, una empresa uruguaya dedicada a brindar servicios de consultoría en infraestructura, y que en los últimos años participó en el desarrollo de obras relevantes, como la instalación de la pastera Montes del Plata. Hongjun reveló que la empresa en Uruguay se llamará Zhongjin Puerto S.A. La obra tendrá un muelle de 800 metros de largo y 60 de ancho. Además, incluirá un amarradero para barcos de hasta 50.000 toneladas. Para esos efectos ya adquirieron 28 hectáreas de un predio en Punta Yeguas, y avanza su plan para instalar allí su base operativa y brindar servicio logístico y de mantenimiento a una flota de más de 500 buques chinos operando en todo el Atlántico sur. Cabe mencionar que la compañía china se especializa en diversas actividades como la pesca oceánica, el procesamiento y venta de productos marinos, la elaboración de harina de pescado, la gestión de terminales portuarias, entre otros rubros. También ha incursionado en infraestructura para explotaciones mineras.

En base a los informes de la FAO-ONU, la mayoría de los océanos del mundo se encuentran en una situación crítica de sobre explotación, o al límite de ser colapsados. El impacto en el ecosistema debido a la sobre explotación pesquera es inestimable y no abundan estudios científicos sobre el tema. Ante la apremiante situación de la notoria escasez pesquera en el mar de China, y ante la negativa de nuevos acuerdos pesqueros con países de la región de Asia y Oceanía, para satisfacer la demanda de su enorme población, el gigante asiático ha buscado nuevas fronteras marítimas para hacerse del tan preciado recurso. Y ha puesto la mirada en el Atlántico Sur.

A los más de 1.500 millones de habitantes que tendrá China dentro de cinco años (ahora suma 1.370 millones) le harán falta 70 millones de toneladas de pescado al año; la población crece y el Gobierno de Pekín está decidido a duplicar su clase media. De acuerdo a la China Society of Fisheries la “adquisición” de productos pesqueros por persona aumentó en casi nueve kilos en solo cinco años.

El Océano Atlántico Sur es una de las regiones con mayor biodiversidad marina del planeta. En un contexto en el cual se carece de control efectivo sobre esta vasta extensión marítima, donde sobresale por su ausencia un acuerdo regional y ante la falta de un organismo que regule y limite la explotación de los recursos ícticos, China se llevaría la parte del dragón.

Las consecuencias de instalar una zona franca portuaria pesquera china en Uruguay, y brindar logística a una ciudad flotante de barcos legales (e ilegales, estimados en más de 500 en el pico de la temporada en la ZEE), serían dramáticas.

Aún más, no solo afectarían seriamente al ecosistema marítimo por la excesiva captura no regulada de los preciados y escasos recursos ícticos del Atlántico Sur, sino que golpearían fuertemente las economías vinculadas a la pesca de toda la región, incluso la de Uruguay, puesto que los pescadores locales no podrían competir con los bajos precios que ofrecen los pesqueros ilegales de origen chino en los puertos de destino.

La empresa china contaría con una “zona franca” que le permitiría despachar buques sin intromisión de parte del Estado uruguayo, una ventaja logística y comercial inédita y un atractivo para las flotas pesqueras migratorias. Uruguay –desde hace tiempo- viene aprovechando las ventajas que puede tener como nodo regional y China, las extraordinarias ventajas que le brindan. Ello considerando que en China hay 164 empresas pesqueras que cuentan con 3.000 barcos de pesca de alta mar distribuidos en 30 países.

El megapuerto pesquero chino al oeste de Montevideo, permitiría la libre operatividad, legal y potencialmente ilegal de los pesqueros. El informe advierte que la obra obligará a cambiar el plan de ordenamiento territorial.