Ningún Neptuno
Compartimos proclama y cobertura futográfica del tramo final de la marcha Arazatí – Montevideo contra el Proyecto Neptuno. «Con la humildad de quien camina sabiendo que el horizonte tiene que seguir siendo cuidar y sostener la vida, y que eso no puede ser ni será posible mientras sigamos abriendo la puerta al extractivismo. Ante cada intento de saqueo, allí estaremos»
Compañeros, compañeras y compañeres:
Desde esta marcha por el agua que ha caminado durante cinco días desde Arazatí, San José a Montevideo para decir “POR LA TIERRA Y POR LA VIDA, EL AGUA NO SE PRIVATIZA, ¡NINGÚN NEPTUNO!”, queremos, en primera instancia, convocarles a hacer memoria: han pasado más de veinte años desde que el pueblo estableció en la Constitución con el plebiscito del 2004 que, el abastecimiento de agua potable a la población en Uruguay debe ser gestionada en el ámbito público con participación ciudadana y no de los privados.
Recordamos entonces, la marcha realizada hace veinte años desde Maldonado a Montevideo, con el mismo propósito: la defensa del Agua, la Tierra y la Vida. Ante el mantenimiento de la privatización del Agua decretado por el gobierno de ese momento, ignorando el mandato popular que acababa de introducir el pueblo en la Constitución.

También hemos recorrido, más recientemente, una carpa humana que se ha instalado en diferentes lugares hasta mirar frente a frente a la Torre Ejecutiva que tenemos a nuestro lado, mientras recibimos a cada persona a informarse sobre lo que hoy se quiere negociar a escondidas del pueblo.
Y sin embargo, la memoria de lucha no termina allí, porque caminamos desde Arazati a Montevideo con la convicción puesta en la nulidad del contrato Arazatí- Neptuno, que viola este derecho conquistado.
En cada espacio solidario que nos recibió, en cada gesto compañero, como también en cada almuerzo y actividad política cultural compartida, hemos aprendido una vez más que este pueblo rechaza el saqueo y el extractivismo, y el despotismo con el que gobierno tras gobierno, se intenta mercantilizar aún más la tierra y el agua, esenciales para la vida digna de este territorio que sabe expresar su rechazo en casi cien kilómetros a pie, acompañados de lluvia, viento, y expresiones de solidaridad de vecinos y vecinas, trabajadores y trabajadoras, productores y productoras, jubilados y jubiladas, estudiantes y personas autoconvocadas.

Las razones que nos han llevado a decirle NO AL PROYECTO NEPTUNO, son todas esas que hemos nombrado incansablemente en cada charla, conferencia de prensa, entrevista, y volante entregado mano a mano. Pero específicamente, nombraremos las que sabemos que serán irreversibles de llevarse a cabo el Proyecto Neptuno.
Como ingenieros, técnicos y trabajadores del conocimiento que formamos parte de este pueblo en movimiento, afirmamos con claridad: el Proyecto Arazatí-Neptuno no resuelve los problemas reales del acceso al agua potable en Uruguay. Los datos lo confirman. Más del 50% del agua que se potabiliza hoy sepierde en cañerías rotas; y aún así se quiere gastar más de mil millones de dólares en una obra que no resolvería esta pérdida estructural. Se propone tomar agua salobre de un estuario altamente contaminado y llevarla a más de 80 kilómetros, cuando existen soluciones más sustentables, seguras, económicas y conscientes con la biodiversidad y las próximas generaciones. ESTA NO ES UNA SOLUCIÓN TÉCNICA: ES UN NEGOCIO FINANCIERO DISFRAZADO DE URGENCIA. Y no es la ciencia la que lo avala, sino la política del despojo.
Saludamos a las más de cuarenta organizaciones que adhirieron y convocaron a esta marcha y a quienes con paso firme avanzaron por la razón más noble: cuidarnos de no venderlo todo, al bajo precio de una necesidad privatizadora, empresarial y saqueadora, que en primera instancia debería no solo reconocer a nuestros pueblos originarios, sino, aprender más de su respeto por la Vida, la Tierra y el Agua, en clave decolonial y antirracista, sin frases hechas que se escriban con la mano y se borren con contratos desoyendo las previas consultas al pueblo.

Esta marcha fueron los pies todos, todas y todes juntos que hemos de vencer, junto a sindicatos, comisiones de derechos humanos y de género, colectivos por el agua y por la tierra, con las disidencias sexuales y con los feminismos, con la lucha antirracista y con la memoria, con la intergeneracionalidad necesaria y con la humildad de quien camina sabiendo que el horizonte tiene que seguir siendo cuidar y sostener la vida, y que eso no puede ser ni será posible mientras sigamos abriendo la puerta al extractivismo. Ante cada intento de saqueo, allí estaremos.
Esta marcha pretendió ser desde sus inicios un llamado a la acción, a levantar las banderas por la defensa territorial desde todo el país, generando un entramado más consciente y colectivo, que pueda organizarse para hacerle frente a este y a todos los proyectos con los que pretendan explotarnos.
Por eso decimos una vez más: POR LA TIERRA Y POR LA VIDA, EL AGUA NO SE PRIVATIZA, ¡NINGÚN NEPTUNO!
