Parar para cambiar la vida
En un nuevo 8 de marzo, todo el país vibró con la fuerza de las mujeres que de una u otra forma pararon y se movilizaron. En Montevideo un río caudaloso de varias cuadras bailó para decir basta a las violencias e imaginar cómo cambiar la vida. Compartimos la proclama de la Coordinadora de Feminismos del Uruguay, que fue leída colectivamente al cierre de la marcha, junto a parte de la cobertura conjunta de Zur y Rebelarte.
8 de marzo ¡Día de lucha!
Si Paramos las mujeres, paramos el mundo
Hoy 8 de marzo, ¡Día de Lucha!
Nosotras paramos. Nosotras, mujeres, compañeras, trabajadoras. Nosotras, desde las niñas hasta las mujeres de más edad. Nosotras, que estudiamos, trabajamos en nuestras casas y fuera de ellas. Nosotras las libres, las encerradas y las locas. Nosotras que tenemos la piel de diversos colores, y raíces en distintos pueblos. Nosotras que deseamos amar fuera de las reglas heteronormativas. Nosotras las mujeres trans, las que parimos hijas e hijos o las que no queremos hacerlo ¡Paramos y estamos juntas, en alerta y en las calles una vez más!
Paramos y no estamos solas. Están con nosotras las diversas mujeres que se hicieron oír a lo largo de la historia, que nos regalaron su lucha florecida y amorosa, que comparten su potencia revolucionaria.
Queremos seguir construyendo un movimiento que haga sentir su voz y sea visible. Un movimiento que cuestiona la sociedad, que sabe que el patriarcado, junto al capitalismo, el racismo y la guerra imperialista de los poderosos nos mata y empobrece. Porque queremos un mundo donde nuestra existencia y la de las y los que amamos sea digna.
No nos hemos callado: salimos a las calles, denunciando cada feminicidio. Porque el Estado patriarcal y capitalista sostiene y reproduce las condiciones para que todos los días nos violenten, nos golpeen, nos violen, nos maten. Porque no tenemos las garantías institucionales ni los acompañamientos necesarios cuando enunciamos los abusos a los que nos vemos sometidas. Conjuramos el dolor en un abrazo, reafirmando nuestra capacidad de autocuidado, singular y colectivo, recordando que la violencia no es un problema privado. Hoy volvemos a afirmar: ¡Tocan a una, tocan a todas!
Paramos porque somos objeto de acoso, en la calle, en la escuela, en el trabajo, en las redes. Porque nos siguen presentando como objetos para satisfacer necesidades y deseos de otros, porque se nos cosifica, violenta y expone. Porque todos los espacios son espacios de nuestra lucha antipatriarcal, nos juntamos, conspiramos y decimos basta. Hacemos de nuestra rabia un arma, la templamos al fuego de la pasión y salimos a la calle.
Paramos porque los poderes médico, político, judicial y religioso continúan limitando y condenando nuestra autonomía. Nos condenan cuando nos atrevemos a decidir si queremos ser madres o no, cómo, cuándo, dónde y con quién parir a nuestras hijas e hijos. Porque a pesar de nuestras luchas se aprobó una Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que aún presenta restricciones y mantiene el aborto como delito, y ni aún así nos garantiza el acceso y derecho a decidir lo que ella habilita.
Hoy paramos porque la pobreza, el desempleo, la tercerización y la precarización recaen y se profundizan sobre nosotras, más aún en tiempos de crisis. Porque nosotras, doblemente oprimidas, seguimos sosteniendo la doble jornada laboral. Porque el cuidado que hacemos de otras y otros se invisibiliza y nos es negado como trabajo. Porque nos preparamos más y nos pagan menos; porque somos las últimas en entrar al mercado de trabajo y las primeras en salir.
Porque somos las de ahora, las de siempre, las de todos los tiempos, las de aquí y las de allá, las que sin miedo a la libertad nos empecinamos en cambiar la vida.
Nosotras que estamos hartas! Nosotras, las brujas, las que sabemos conjurar, las que nos abrazamos para tomar fuerza y seguir luchando. Nosotras, que creemos en nuestra fuerza colectiva, gritamos fuerte para que se sumen otras, muchas otras. Nosotras, seguimos con el puño en alto y la dignidad rebelde. Reafirmamos que cada una se junte con otras de todas las formas posibles para construir una vida libre para todas.
¡Feminismos en las plazas, las casas, las camas y en todas partes!
¡Vivan las luchas feministas y de las mujeres!
¡Viva el 8 de marzo!
COORDINADORA DE FEMINISMOS DEL URUGUAY