Uruguay

Patriarcado con brillantina

29 enero, 2019

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Patriarcado con brillantina


Compartimos un texto de Lu Souza en el marco de la campaña impulsada por el Encuentro de murgas de mujeres y mujeres murguistas.


Este concurso hace más de una década ha adoptado la forma de mercado de artistas, donde no solo se comercializan los productos artísticos si no que también se cosifican las personas que tienen un precio según la meritocracia. Hay personas habitando el carnaval que no logran una remuneración acorde a la complejidad y formación dentro de las tareas que cumplen, hay artistas que son subestimados por no tener padrinazgos, hay agrupaciones estigmatizadas por no poseer recursos. Hay intereses políticos y mercantiles por donde se lo mire.

El sistema patriarcal vestido de lentejuelas se ve representado en el orden jerárquico que marca cuales son los criterios bajo los cuales se desarrolla esta fiesta que supo ser popular: varones diciendo quién puede ser parte y quién no, imponiendo cánones estéticos estereotipados que invisibilizan la formación de las mujeres dentro del arte, varones financiando mensajes misóginos que varones interpretan y defienden durante un mes de los que dejan registros para siempre, títulos heredados con una historia de acomodos abismales que tratan de disfrazar de novedad año a año.

Las mujeres somos sexualizadas, limitadas a roles feminizados dentro de cada categoría, humilladas con discursos patológicos acerca de la condición de ser mujer que suponen ser hilarantes a los ojos de quienes carecen de crítica, solo acceden al reconocimiento aquellas mujeres que logran obtener alguno de los poquísimos lugares que los varones deciden que tengamos.

Hace un tiempo, en un espacio en donde estaba dado problematizar el rol que las mujeres hemos ocupado históricamente en el carnaval, se planteó la siguiente interrogante: ¿existiría carnaval sin la participación de las mujeres?. Un cuestionamiento que nadie pareciera haberse hecho en función de como somos tratadas en este espacio.

Sin las mujeres que fueron limitadas a las tareas domésticas y cuidado de infantes, no habrían podido esos varones con monopolio en el carnaval haberse dedicado a ensayar. Sin mujeres que cocieran hasta el cansancio esos ropajes ostentosos que vistieron desde sus orígenes todas las propuestas no habrían logrado esos varones que salen en las fotos, que cuentan la historia hegemónica del carnaval, lucirse. Sin mujeres que maquillaran y se bancaran que el crédito siempre recaiga sobre las caras que hacen visible sus trabajos, no habrían tenido el valor de representar un sin fin de papeles en escena. El patriarcado con brillantina se sostiene en la histórica opresión que las mujeres dentro de este género (en el que convergen muchísimas artes escénicas que los roles de género han feminizado y que nos ha tocado desarrollar sin ningún tipo de visibilidad) hemos sufrido.

No varón, no celebre que somos más que antes formando parte de este espacio porque todavía habemos muchas que a las que se nos sigue negando el espacio y el reconocimiento. Vaya y cuestione la conformación de su colectivo, no haga silencio cuando la compañera de su grupo tenga que salir semi desnuda para subir al podio, no avale chistes machistas, misóginos o racistas ni mucho menos los represente si realmente entiende que con nosotras el carnaval está en deuda, deje de hablar por nosotras como si no tuviéramos voz para hacerlo por su indiferencia. Hágase cargo, que todo esto se perpetúa porque ustedes niegan el carácter político del arte y no se hacen responsables de transmitir oralmente y visualmente ideas que violentan y oprimen a la mujeres y disidencias.

No hay lentejuela que alcance a combatir la violencia de género, no hay cuplé vacío que logre abstraernos de la realidad que padecemos.

Para nosotras no hay Saltimbanqui, ni Canela, ni Pinocho Sosa que nos distraiga de saber que el carnaval reproduce todo lo que está mal en la sociedad.

Demos la discusión en todos los espacios y sobretodo arriba del escenario y sigamos sembrando resistencia que bien sabemos que sin nosotras no hay carnaval.

#SinNosotrasNoHayCarnaval