Tití es noticia porque nos espeja, todxs somos un poco Tití.

Late en nosotros la inquietud por la libertad.

Tití llegó de contrabando a estas tierras (cómo muchos de nosotros). Sin tener ni brújula ni gps y empezó a hacer lo que todos hacemos: buscar un buen lugar, huir de los peligros, rodearnos de afectos, vecinxs que nos cuiden y nos miren a los ojos, nos den de comer y nos rescaten del inmenso abismo de deseinsibilización que nos distancia, volver a huir de los que no nos quieren y si podemos disfrutar de defecar en su jaula.

Tití es noticia porque nos espeja, todos somos un poco Tití.

Pensaba en las personas que duermen en la calle, también son monos Tití. Yo también.

Escuché en la radio que decían si el calderín no funcionó, ni tampoco la jaula con comida, porque no un dardo o un tranquilizante en la comida? Y otro, mucho más astuto, comentaba y si prueban con el amor y le llevan una mona? Y se rieron de que quizá, en ese caso, huirían los dos.

Si tantas ganas tenemos de ser Tití, de fugarnos a un árbol, ¿por qué no probar al menos, ensanchar un poco los límites de lo que creemos posible?