Baños de sol y vitamina D, por Caracol Alimentos
En agosto comenzamos una nueva sección en Desordenando Mundos. Los segundos miércoles de cada mes, Sofía y Marcelo de “Caracol Alimentos” compartirán piques y sugerencias para una buena alimentación, en el cruce entre salud, cuerpo y territorio.
La primera entrega la dedicaron a la vitamina D. La mayoría de las personas adultas carecen de los niveles adecuados de esta vitamina, y ello está directamente vinculado a la forma de vida. Si bien se puede obtener de alimentos de origen animal como lácteos, huevos y pescados, más dos tercios de la vitamina D que el cuerpo sintetiza proviene del contacto con la luz solar.
En Uruguay, según estudio de 2017, el 89% de la población tiene niveles de vitamina D por debajo de lo requerido.
Cuando nuestro cuerpo entra en contacto con el sol, además de la producción de vitamina D, se desatan un montón de procesos biológicos que van más allá. Tomar sol favorece la plasticidad cerebral, es antidepresivo, regula el ritmo cardíaco, a segregar hormonas que colaboran en la regulación de nuestra salud física y emocional, nos ayuda a procesar mejor los alimentos. Por lo que nuestro sistema inmune se fortalece. Por ello, el consumo de luz solar es el primer alimento que quieren recomendarnos.
La solución que brinda la industria farmacéutica y la medicina hegemónica son los suplementos en pastilla, que obviamente no pueden remplazar los beneficios de los baños de sol. También se demoniza al sol incentivando el uso de protectores solares que impiden la absorción de vitamina D, cuando el real problema es la exposición brusca durante las temporadas de verano.
Comenzar con la recomendación de baños de sol para favorecer la absorción de vitamina D sirve para comprender que la mejora de los hábitos de vida y alimentación son un todo holístico.
@caracolalimentos