América Latina

Clases callejeras y marchas por la educación pública: el pueblo no cambia de idea

17 octubre, 2024

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Lucía Prieto para lavaca.

Clases callejeras y marchas por la educación pública: el pueblo no cambia de idea

Una nueva marcha por la educación pública llegó hasta el ex Ministerio de Educación, devenido en Secretaría, donde se plantó una bandera con el lema: “Unidad por la educación pública”. Una expresión de deseos y una intención que se está construyendo en las calles al calor del espanto frente a las políticas del gobierno, unidad cuyos máximos referentes son las y los estudiantes universitarios que deciden a mano alzada y en asamblea las medidas a seguir. La marcha logró ser multitudinaria, recorrió las calles del centro porteño y confluyó en el Palacio Pizzurno, donde los cánticos expusieron algunas diferencias.


La imagen más significativa del día se produjo horas antes, cuando todavía el sol regaba las escalinatas de la Facultad de Ciencias Médicas: los escalones oficiaban de asientos para las y los jóvenes estudiantes que miraban serios y con una atención muy detallada a las docentes (todas mujeres) que impartían clase paradas en la vereda.

Las dos marchas

A las 18 puntualmente, decenas de estudiantes comenzaron el corte sobre la Avenida Córdoba. Durante casi una hora lo mantuvieron sobre dos carriles, mientras comenzaba a sumarse cada vez más gente. Era uno de los distintos cortes simultáneos en distintas calles cercanas a todas las facultades, ideado así –según las y los organizadores– para burlar el protocolo de Patricia Bullrich concebido para una sola manifestación.

Lo lograron: toda la ciudad quedó impregnada por el reclamo, mientras se cantaba el tema que dominó esta jornada:

“Traigan al  gorila de Milei, para que vea, que este pueblo no cambia de idea: pelea y pelea por la educación”.

 

Lucía Prieto

Este cántico fue el mismo en las dos concentraciones: una, sobre la calle Paraguay, reunió a sectores del peronismo convocados por la Marcha de las Antorchas. La de la Avenida Córdoba, sin nombre, estaba integrada en su mayoría por agrupaciones de izquierda de estudiantes y docentes, y también estudiantes sueltos.

Sobre Córdoba algunos de los carteles señalaban inspiraciones (“Luche como jubiladx”), recordaban a Macri y Vidal (“No caemos en la educación pública: la elegimos”), hacían lecturas políticas (con una imagen de Lali Espósito pegándole en la cola Milei, bajo la leyenda: “Acá tenés tu veto”) y mencionaba a los –tal vez– últimos en la fila de esta marcha educativa, aquellos que ya trabajan gratis (“apoyemos a los ad honorem”). Otro mensaje: “Milei, la UBA también tiene las facultades alteradas”.

De lado a lado

La Plaza Houssay, entre Córdoba y Paraguay, fue el punto de convergencia de las dos convocatorias y funcionó como síntesis, rodeada por las dos marchas. Otro símbolo del día: de un lado a otro pasan una decena de estudiantes de remera naranja con una inscripción sin metáforas -“Nuevo espacio”, que estaban en la marcha de Córdoba, pero querían estar en la de Paraguay. “Nos confundimos”, acepta Nahuel, estudiante de Administración de Empresas de 23 años, apurando el paso para no quedar atrás. Mientras cruza la Plaza Houssay explica la diferencia de postura de su espacio político: “Estamos en contra de las tomas, pero a favor de la educación pública”.

“Lo ideal sería que no se exprese como una toma, porque esa medida no apoya lo que uno quiere representar. Quien quiera dar clase tiene que poder hacerlo, sino le estás dando la razón a quienes quieren cerrar la Universidad”.

¿No son suficientes las clases públicas?

Esa es una forma de visibilizar, pero no deberían ponerse en contra de nadie, sino mostrar la situación que está sucediendo y que aquel que quiera cursar, pueda.

¿Qué acciones lleva adelante su agrupación para visibilizar el reclamo?

Tratamos de comunicar la realidad que se vive, el día a día.

¿Cómo es ese día a día?

Primero que nada, si hablamos de las tomas…

Me refiero al desfinanciamiento de la educación publica.

Si los docentes que nos están formando dejan de dar clases se pierde un montón de calidad.

¿Es la primera vez que participás?

Sí.

Cuando llegás a tu casa, ¿qué comentás con tu familia?

Que es triste. Y es triste no solo por nosotros, sino que afecta las futuras generaciones. Mis papás no tuvieron la oportunidad de ir a la Universidad. Si sacás la universidad pública le estás cortando la llave del futuro a muchas generaciones.

Lucía Prieto para lavaca.

(Des)Esperanzas

Otro que cruza de un lado a otro, apurado, es Emiliano Yacobbiti, vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, de origen radical. Su charla con lavaca:

¿Qué simboliza este plan de lucha que parece recién comenzar?

Bueno: viene desde principio de año.

Me refiero a este contagio de tomas, la radicalización que está habiendo en las medidas…

Creo que tiene que ver con que había una solución planteada en la Cámara de Diputados, y muchos tenían la esperanza de que se resuelva de esa manera, y no se pudo hacer. Con lo cual, hay mucha preocupación por si el cuatrimestre va a terminar o no. Nosotros vamos a hacer lo imposible para que eso no pase.

Cuando dicen que “con estos números no se llega” ¿se trata de una posibilidad real?

El presupuesto del año que el Ejecutivo mandó al Congreso es la mitad de lo necesario. Con ese presupuesto es imposible garantizar el funcionamiento anual de las universidades. Creo que es momento de reflexión, momento para analizar y que el Ejecutivo tiene que entender que la sociedad va a defender las universidades porque funcionan, porque son la garantía de una sociedad igualitaria. Así va a ser.

¿Y los espacios políticos como el que usted integra están a la altura de estas circunstancias? Porque esta situación que usted está describiendo no la desconoce el gobierno: si no manda la plata es porque quiere cerrarlas.

Bueno: esperamos juntar la mayoría de diputados que haga falta para modificar la ley.

¿Cómo está esa negociación?

No tengo idea. La verdad que todavía no me metí.

¿Tiene esperanza en el Congreso?

Sí, claro que sí.

Cantos encontrados

A las 18.30 se corta toda la Avenida Córdoba. Una de las canciones que la agitan convoca a un “Paro general”. Los autos hacen sonar las bocinas en apoyo.

Por la calle Paraguay avanza, en paralelo, la Marcha de las Antorchas, y las dos confluyen a las 19:15 en el Palacio Pizzurno.

La Marcha de las Antorchas toma la delantera desplegando una bandera que dice: “Unidad por la educación”.

Una flaca hilera de policías la mira de frente.

La marcha de agrupaciones de izquierda desborda el frente de la bandera y se pone al lado para iniciar una guerra de canciones: cantan “paro general”, “adónde está la CGT” y proclaman que “con los huesos de Caputo” van a construir una escalera “para que entre a la universidad la clase obrera”. En la otra se entona el himno y el hit es “la patria no se vende”.

Como antes, la canción de unidad es contra “el gorila de Milei” y acuerda que el pueblo no cambia de idea: pelea y pelea por la educación.

Sobre el final de la marcha llegan tarde los dos únicos diputados presentes, Nicolás del Caño y Cristian Castillo. Este último responde a lavaca:

¿Cómo trabajan estas evidentes posturas distintas con la intención de unidad?

La fuerza es mantener la masividad. Las tomas y las asambleas de estudiantes están decidiendo cuáles son los mejores caminos. En mi caso la Facultad de Sociales: voy y participo.

Se ponen atrás de los estudiantes

Claro, apoyamos lo que el movimiento estudiantil hace, que es el sector dinámico.

Los centros de estudiantes peronistas o de izquierda tomaron medidas similares, pero arriba, en los partidos, no parece pasar lo mismo…

Todas las corrientes pueden tener distintas propuestas, pero en las facultades las que deciden son las asambleas. Lo más importante de todo es que hay que mantener la lucha hasta lograr la recomposición salarial. Milei la negó mediante el veto, pero no hay que permitirlo porque es una medida antidemocrática. Y nosotros ganando las calles tenemos que revertir esa medida. Eso es lo que está pasando.

Usted, desde el Congreso, ¿puede hacer algo?

No: este tema ha salido del Congreso. Porque el tema que está en debate –el veto– es de este año y ahora lo que se debate en el Congreso con el Ejecutivo es el aumento del presupuesto para el próximo. Al haber vetado una ley no tenemos forma de hacer algo por exigir un aumento para este.

O sea: es la calle contra el Ejecutivo

Y, es lo que hay ahora. La lucha quedó planteada así. Hay que conseguir esta reivindicación y decirle al gobierno que ponga la plata, porque plata hay.

Ustedes en el parlamento, ¿hablan de esto con los llamados dialoguistas, con los peronistas, con quienes se necesita para lograr los votos en el Congreso?

Nosotros no hemos votado nada con este gobierno. Milei compró las voluntades suficientes para lograr el veto. Eso es lo que pasó. Ahora, el aumento de este año para los docentes no es posible conseguirlo por vía parlamentaria. La única vía que queda es una paritaria. Por eso la importancia de construirla mediante la movilización.

¿Es optimista?

Yo creo que sí. Milei ya tuvo que retroceder con la idea de arancelar, así que yo creo que cuando vea que la gente está en la calle y protesta, va a reflexionar.

Romper el molde

Por fuera de estas lógicas transcurren las tomas, las asambleas, las clases públicas y los cortes en distintos puntos del país, desde Ushuaia hasta Salta, organizados por los propios estudiantes: los verdaderos latidos de esta rebelión incontrolable.


Publicado en lavaca.org