Plagas y peligro en los bosques mexiquenses
Un equipo de biólogos vigila de manera periódica, en primavera y verano, los bosques ubicados en el Estado de México, entidad que rodea a la Ciudad de México, en busca del insecto barrenador de madera. Este pequeño escarabajo, al atacar los árboles, los deja muertos en pie.
Esta plaga es capaz de arrasar con hectáreas de bosque al alimentarse del tronco, dejar sus huevos y secar el árbol. Los árboles enfermos y sus vecinos se tienen que derribar para disminuir el riesgo de propagación.
Hace dos años, durante su investigación en campo, los biólogos hallaron otra amenaza a los bosques que no esperaban: el crimen organizado.
Mientras investigaban en los bosques que quedan fuera del Área Natural Protegida que rodea al Nevado de Toluca, al oriente del estado, se encontraron con hombres armados que cuidaban el perímetro de tala. Estaban equipados con transporte y maquinaria. “Eran seis grupos de talamontes de 10 personas cada uno aproximadamente, de ahí sacaron 12 camiones”, narró uno de los investigadores en entrevista con Ojalá. “Los camiones salen de las zonas boscosas sin documentación que acredite la obtención legal de esa madera”.
Esa vez, los biólogos retrocedieron y regresaron a sus casas sin ningún percance.
“Nos metemos a hacer muestreos a lugares donde se supone no hay personas porque ahí hay más animales, pero luego se conecta la naturaleza con los problemas delictivos”, refiere un miembro del grupo de biólogos, que pidió que su nombre no sea revelado dado el panorama de inseguridad y la continua presencia en la zona de la organización criminal Familia Michoacana.
“Las grandes empresas como Coca-Cola y Heineken, que están en el Estado de México, buscaron zonas con agua”, dijo el biólogo. “Quieren tierra, agua y alimento porque, eventualmente, van a escasear. Los narcos sólo replican ese saqueo de recursos, buscan lo mismo”.
La riqueza natural que rodea la Ciudad
Los ecosistemas cercanos del volcán Xinantécatl —nombre náhuatl del Nevado de Toluca— tienen una abundante fauna. Armadillos y gatos monteses se mueven en la tierra y el cielo se llena con distintas especies de aves y mariposas.
Ahora las aves son las primeras en ser desplazadas por la tala; al no encontrar refugio se trasladan a los árboles que aún permanecen en los parques públicos de la ciudad o en camellones viales.
“No tenemos conteos de las especies que llegan (o no) por falta de recursos y personal, pero sobre todo por seguridad”, señala Daniel Medoza, director de la consultora ambiental Siabirds. “No se puede hacer un monitoreo de las aves sin llamar la atención de grupos delictivos”.
Mendoza es biólogo. Estudió la migración de aves y la salud de los bosques para coordinar y ver el paso de aves. Como director de Siabirds ha visto la corrupción que daña y vulnera a los bosques. “Se ofrece muchísimo dinero para blanquear madera, es decir, toneladas de madera entran a los aserraderos que tienen permisos. Mueven madera ilegal, pero sólo reportan la que entra de forma legal”.
“Al ser un negocio tan rentable [para el crimen organizado] se han sumado e incluso han desplazado a grupos de talamontes que eran originarios de la zona”, comenta Mendoza.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) es la encargada de realizar inspecciones para evitar el tráfico de madera dentro de los aserraderos con permisos, pero sin el respaldo de seguridad es imposible acceder. “Subir a la zona sin protección es correr el riesgo de no regresar”, dice Mendoza.
En el Estado de México hay diversidad de especies de árboles. Destacan el pino, el oyamel, la ceiba y la caoba. La zona forestal es hogar de más de 750 especies de vertebrados y miles de invertebrados.
Hay especies protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), cuya restricción del comercio puede incluir productos hechos de una madera protegida, como en el caso de muebles o instrumentos. México es parte de la CITES desde 1991, pero, en ocasiones, la corrupción juega contra el acuerdo.
“Nos ofrecían una gran suma de dinero para prestar servicios para recursos maderables”, comenta otro consultor ambiental que prefirió el anonimato también por miedo a represalias. “Querían que pasáramos la madera en peligro de extinción o que no tenía los permisos correspondientes para ser exportada a China. Era madera ilegal que ya tenían en embarcaciones pero necesitaban el papeleo; dijimos que no se podía”.
No hay cantidad exacta sobre ganancias por este delito, pero se calcula que genera millones de pesos al año, de acuerdo con los expertos.
Los vecinos de las comunidades dicen que, principalmente en las noches, en la ruta al volcán Xinantécatl “salen y salen camiones con troncos”.
El crecimiento natural de las áreas forestales no puede seguir el ritmo actual de la tala. La consecuencia más grave de la deforestación es la falta de agua. El bosque es captador de humedad, la traslada al suelo y recarga los acuíferos; también, al retener la humedad, genera las lluvias. Cuando este ciclo se altera tenemos sequía.
La delincuencia organizada ha encontrado un escondite y un negocio en los bosques de la entidad, se han adueñado de la riqueza natural controlando estas zonas.
La resistencia de Texcaltitlán
En el Estado de México la Familia Michoacana y el Cártel Jalisco Nueva Generación se disputan el territorio, también hay otros grupos delictivos más pequeñas en la zona.
La Familia Michoacana ha diversificado su actuar con el tráfico de madera, además de dedicarse a la extorsión, el reclutamiento forzado, el secuestro, la trata de personas y el tráfico de drogas, siguiendo el camino delincuencial trazado desde la primera década del 2000 por Los Zetas. De acuerdo a la Comisión de Búsqueda del Estado de México, la Familia Michoacana también es responsable del aumento de las desapariciones en la entidad.
Once personas de la comunidad de Texcapilla, en Texcaltitlán, municipio ubicado en las últimas estribaciones del Nevado de Toluca, desaparecieron a manos de esta organización en diciembre de 2023, después de que la comunidad confrontó a los integrantes del grupo delictivo por la constante extorsión.
Los agricultores levantaron sus machetes y palos ante las armas del crimen organizado y Noé Olivares Alpizar, Jorge Rojas Calixto, Emigdio Esquivel Escobar y Rodolfo Rojas Calixto fueron asesinados defendiendo su comunidad. En el lugar también murieron 10 miembros de la Familia Michoacana.
Tras los asesinatos en Texcapilla, las autoridades instalaron en la zona un cuartel de la Guardia Nacional con 120 elementos, que sigue en construcción, junto con un Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad (C5) y un espacio de vigilancia para la Secretaría de Seguridad del Estado de México.
Posteriormente, el operativo Enjambre que se realizó en el Estado de México reveló el vínculo de algunos funcionarios públicos con el crimen organizado en diversos municipios, entre ellos el director de Seguridad Pública en Texcaltitlán, Isidro Cortés, quien se disparó antes de cumplir con la orden de aprehensión en su contra, de acuerdo a la versión oficial.
La defensa de la comunidad y el ingreso de autoridades estatales y federales replegó al grupo criminal a los municipios vecinos, donde el grupo delictivo aún mantiene control.
En cinco aseguramientos de madera que realizaron las autoridades en Texcaltitlán y Coatepec Harinas se encontró que los camiones estaban abandonados con el producto de la tala ilegal, no hubo detenidos.
En varias ocasiones los pobladores de Texcaltitlán han hecho frente para defender sus bosques. Hay denuncias ciudadanas cuando ven actividades de tala ilegal y, al no recibir apoyo de autoridades, han actuado por su cuenta. En 2023 quemaron un aserradero ubicado en la comunidad de El Agostadero, presuntamente operado por la Familia Michoacana.
En 10 años, sólo una persona ha sido sentenciada por delitos contra el ambiente en Texcaltitlán, de acuerdo a una solicitud de información realizada por Ojalá.
Denuncias y amenazas
Yadira Ivonne Oriel es activista defensora de los bosques del Estado de México. Ha denunciado ante autoridades la tala ilegal y realizado acciones directas contra la deforestación. Por su labor, ha sido amenazada de muerte y golpeada.
“Amenazas de muerte he tenido siempre pero ésta era la primera vez que casi me la cumplen”, cuenta Oriel sobre el suceso que ocurrió en febrero. “Me agredieron muy fuerte y casi me matan por el tema de los talamontes”.
En una acción contra la tala clandestina al norte del estado, Oriel y un familiar detuvieron un tráiler con troncos, colocándose enfrente. Impidieron el paso durante dos horas, mientras miembros de las comunidades cercanas sólo observaron. “Se nos quedaban viendo como si estuviéramos locos. Nadie nos apoyó”, relata Oriel en entrevista. “Yo les gritaba que defendieran su bosque”.
Tras esa movilización llegó una amenaza de muerte. El mensaje lo dejaron con su hija por llamada telefónica.
“Si me llega a pasar algo es por levantar la voz por el bosque”, dijo la defensora en entrevista con Ojalá.
En 2021 aumentó la violencia contra la defensa ambiental: fue el año más letal para activistas de acuerdo con el Informe sobre la situación de las personas defensoras del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA). El mismo documento revela que el principal agresor de los defensores es el gobierno —la mitad de los casos—, el segundo es la delincuencia organizada, seguida por las empresas privadas.
En México, la violencia contra los activistas ambientales no se detiene, se recrudece. Sólo en 2023, se registraron 282 agresiones, 19 sufrieron desaparición y sumaron 20 los asesinatos cometidos contra personas defensoras ambientales.
Este 2023, dos defensores ambientales fueron asesinados en el Estado de México. Álvaro Arvizu Aguiñiga fue atacado con armas de fuego por sujetos no identificados en Tlalmanalco y Cuauhtémoc Márquez Fernández fue víctima de un atentado en su domicilio en Amecameca.
Cerca del cráter del Xinantécatl crece la rosa de las nieves, una especie protegida, en peligro de extinción. Atrae miradas con su tono azul al florecer y marrón al secarse con sus hojas espinosas y largas, similares al maguey.
Florece en un ambiente hostil, pocas especies sobreviven a esa altitud. Es alimento y refugio para los seres vivos del lugar. Hay personas que relacionan esta rosa con la valentía y el amor por las condiciones adversas a las que sobrevive. También puede representar la resistencia de los defensores del territorio y del bosque mexicano.
Publicado originalmente en ojala.mx