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El Isekai uruguayo

23 diciembre, 2019

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Zur

El Isekai uruguayo


La llegada de una nueva industria cultural al Uruguay evidencia la fantasía sobre determinadas épocas históricas y las subjetividades moldeadas por la colonización y la globalización.


Me enteré que en verano va a haber un festival «mediaval» en el Castillo Pittamiglio de Las Flores (cerca de Piriápolis). Este hecho novedoso para la industria cultural de nuestro país me hace sacar un par de reflexiones. En primer lugar, preguntarme a que se refieren con «medieval”.    El Medioevo es un periodo histórico que abarca desde el siglo V al XV aproximadamente. Y fue muy dispar en todo el mundo. Fue el periodo de florecimiento de la civilización islámica. Civilización cuyo origen es la península arábica pero que ocupo importantes regiones de Europa como los Balcanes y la península ibérica. También fue la época de la unificación y expansión de las tribus mongolas. Desde Atila hasta Gengis Khan, los pueblos ecuestres de las estepas mongolas sacudieron casi toda Eurasia. También es el periodo de florecimiento del Imperio Mali, en África, una especie de antecedente africano y musulmán de lo que sería una Monarquía Ilustrada. Y en Abya Yala (América precolombina) el medioevo fue uno de los periodos de mayor florecimiento cultural. En Mesoamerica tenemos al Clásico (máximo esplendor de los mayas y de Teotihuacan) y Post-Clásico (cuando surgen los mexicas o aztecas), en los Andes tenemos desde el florecimiento de las culturas Moche, Nazca, Likan Antai, Aymara y Diaguita hasta el surgimiento y consolidación del Tawaintisuyu o «Imperio Inkaico». Y en el territorio del actual Uruguay es el florecimiento del arte rupestre, así como la consolidación de la cultura de los cerritos. Si tenemos una mirada realmente global de la humanidad, podemos ver como el medioevo fue una época muy dispar y que se vivió muy distintos por distintos pueblos y culturas. La gran pregunta es ¿Cuál de todos estos medioevos es el que se van a promocionar?   Todo parece indicar que lo que van a promocionar es el medioevo europeo de los pueblos cristianos y en menor medida de los paganos (recordemos que en el medievo existía una Europa musulmana y judía importante). ¿Pero realmente es divertido el medievo de la Europa Cristiana? La Europa de la Cristiandad vivía en guerras intestinas brutales, con pésimas costumbres higiénicas y de salubridad, con hambrunas brutales que mermaban a la población, con la peste negra y otras epidemias brutales, donde no existía movilidad social, donde las mujeres no tenían ningún derecho de nada (a excepción que fueran de culturas paganas como los nórdicos y los eslavos donde las mujeres tenían hasta poder militar y político), donde existía el derecho de pernada (el señor feudal podía acostarse con cualquier campesina que él quisiera) y donde había mucho fanatismo religioso, realmente mucho fanatismo religioso. Para jugar al juego medieval uno debería andar como un indigente, ser tan reaccionario como el Opus Dei, comer con las manos, tirarse pedos y eructar y valorar muy poco la vida ajena. Debería también haber una pira para quemar en la hoguera a cualquier mujer tildada de bruja o a cualquier persona tildado de hereje. Y las mujeres deben hacer todo lo que les diga su pareja y no podrían caminar solas por ahí.   Y si se fuera de la Europa pagana de los nórdicas, célticos y eslavos la cosa cambiaria en varios aspectos. Las mujeres podrían caminar libremente, portar armas y pelear. Se tomaría mucha cerveza, pero mucha cerveza. La gente también andaría sin bañarse y con olor a sudor. Habría enfrentamientos constantes entre distintos clanes. Se organizarían excursiones para saquear a otros clanes o a los cristianos. Y cuando se ataca a otros grupos es central violar a todas las mujeres del otro grupo. Especialmente violarlas en frente de sus parejas y llevarlas y venderlas como esclavas. También aclaremos que, en la reconstrucción del medioevo europeo, sea tanto el cristiano como el pagano, solo hay personas caucásicas. No hay personas que no sean caucásicas. La única forma de que aparezcan personas no caucásicas sería representando las invasiones de los pueblos jinetes de Asia como los hunos y mongoles o representando las Cruzadas y las guerras religiosas contra los musulmanes. Pero de personas con rasgos indígenas, ni hablemos. No existen. Estamos hablando de sociedades homogeneizadas racial y religiosamente. El relato multirracial es muy difícil de encajar en esta realidad histórica.   Obviamente nada de esto va a aparecer en el “festival medieval”, porque la movida no pretende reconstruir la historia del medievo europeo si no una imagen de ese periodo histórico. Esa imagen esta moldeada por los relatos de caballería del siglo XV y XVI, por la visión de los románticos del siglo XIX y por toda una serie de producciones culturales que se han globalizado en el siglo XXI. En las industrias culturales del siglo XXI ha entrado con mucha fuerza un imaginario sobre un mundo pretendidamente medieval que implica literatura, cine, series, animes y juegos MMO y RPG. Por mencionar algunas de estas producciones señalamos a las series de películas de El Señor de los Anillos, El Hobbit (las películas volvieron a darle difusión a la obra literaria de Tolkien e incluso se llevó la obra a los juegos RPG) y Harry Potter (también se deben incluir los libros que surgen en el periodo de los 90 y 2000 y marcaron generaciones enteras de adolescentes lectores como yo mismo). Las series Game of Thrones (incluyendo también los libros), Vikingos y The Witcher (además de la actual serie en Netflix están los juegos para PC). En los juegos hay que mencionar el éxito mundial de World of Warcraft. Y en el anime ni hablemos del sunami ocasionado por Sword Art Online (quien ya va por su 6º temporada y una película). Todas estas obras icónicas y arquetípicas fueron seguidas de versiones más segundonas pero que ayudaban a profundizar esta subjetividad. En el mundo del anime tienen un concepto para hablar de las obras como Sword Art Online. Obras que tratan de un mundo de fantasía medieval lleno de moral caballeresca, héroes arquetípicos, espadas, dragones, magia, hechiceros, goblins, orcos, hadas y elfas (siempre tienen que haber elfas muy sensuales). A las narrativas centradas en estos mundos fantasiosos les denominan ISEKAI.   La movida de los «festivales medievales» se originaron en Europa. En España, Inglaterra, Suiza, Alemania, Suecia, Hungría y Rusia son muy comunes y convocan a mucha gente. Sin embargo, debemos recordar que esta reconstrucción Europa cristiana y pagana es parte de la historia de los pueblos europeos. Aunque sea una construcción que elimina sujetos (los musulmanes y los judíos nunca aparecen) y se centre solo en el mundo de la nobleza (teniendo en cuenta que la mayoría de la población eran campesinos y que el verdadero poder político y subjetivo lo tenia la Iglesia Católica, no los nobles). Esta es parte de su historia, de sus raíces. Sin embargo, nosotros no estamos en el continente europeo. Si nos remitimos al periodo medieval en nuestro territorio, tendríamos que realizar un festival en donde se reconstruyera las formas de vida indígenas. Incluso tiene mucho más lógica y mucho más arraigamiento a nuestra realidad la Fiesta de la Patria Gaucha. Porque más allá de la hegemonía estanciera, la historia y las raíces de nuestro territorio son las gauchescas. Nuestro país se forjó en la interacción entre pueblos originarios, colonos europeos y africanos esclavizados. En heroicas guerras revolucionarias y en brutales guerras fratricidas. En campañas de limpieza étnica y en la esclavitud. En los hombres y mujeres libres que recorrían la pampa sin nada que los limite. Nuestra historia sí guarda un relato multirracial y multireligioso.    La prueba de la artificialidad de hablar del medioevo en nuestro país es que el festival se va a realizar en un Castillo que tiene solo 100 años. Ese “Castillo” es una construcción moderna. Es la fantasía de una de las personas más ricas y con mayor poder político en el Uruguay de principios de siglo XX.   Realmente el festival parece muy interesante. A muchos, incluyéndome, nos gustaría disfrazarnos al estilo de un personaje de World of Warcraft, estar en una pelea de espadas y tener un romance con una elfa. Pero este deseo de los hijos del siglo XXI en el Uruguay. Este deseo de vivir en un Isekai es producto de transformaciones en la industria cultural, producto de la Globalización, la hegemonía y colonización de la historia europea sobre las otras historias de los otros territorios y sobre la construcción de imágenes fetichizadas y pinkwashing de determinados periodos históricos. La realidad es que nuestra imagen sobre determinados periodos históricos esta mediada por el Colonialismo y la Globalización.   ¿Alguna vez existirá una industria cultural que mueva millones en torno a la construcción de determinada imagen sobre el pasado de la Banda Oriental ? Y en tal caso ¿los participes de esa industria seremos las personas que vivimos acá o serán japoneses o alemanes?