América Latina

6 años sin Santiago Maldonado: la actualidad de la injusticia

6 agosto, 2023

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6 años sin Santiago Maldonado: la actualidad de la injusticia

La causa judicial por la muerte de Santiago Maldonado sigue parada, mientras su principal responsable, Patricia Bullrich, es candidata a presidenta. ¿Qué sensaciones genera en un nuevo aniversario?


En esta entrevista Sergio Maldonado repasa los avances y retrocesos, la lucha que sigue y la memoria de su hermano: “Lo que agradezco a casi 6 años es poder tener esa relación con distintos familiares, de distintos sectores. No estoy en ningún partido, organismo u organización, y eso te da cierto margen de credibilidad que es reconfortante. Judicialmente la causa no avanza, pero el tema se sigue manteniendo”. Santiago Maldonado, presente ahora y siempre.

6 años sin Santiago Maldonado: la actualidad de la injusticia
Sergio Maldonado, hermano de Santiago. Foto: Lina Etchesuri /lavaca.org

«No es que estás preparado o pensás algo de cómo va a ser el día. Es algo natural, que se va aproximando, y por más que no quieras pensar, las fechas caen. Lo que estoy viviendo ahora es similar al 2017: caen las mismas fechas los mismos días”.

Hace seis agostos que la vida de la familia de Santiago Maldonado cambió para siempre. Es que el 1 de agosto de 2017, en plena meseta patagónica, fue la última vez que vieron con vida a Santiago, un joven de 28 años que se había acercado a la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen, que había sido cruelmente reprimida meses atrás, y que estaba reclamando por la liberación de su referente, Facundo Jones Huala. Santiago estaba de paso, porque quería volver a su 25 de Mayo natal a estar con su familia, porque extrañaba a su mamá y a su abuela, pero ese día tuvo que escapar aterrorizado de una violenta represión de más de cien gendarmes que irrumpieron de forma ilegal sin orden judicial sobre una comunidad. Santiago desapareció.

Sergio, su hermano, encarnó la lucha de una familia que, después de 78 días, el 17 de octubre de ese año, dio con el cuerpo, que encontraron en el mismo lugar del Río Chubut que ya había sido rastrillado previamente. El juez Gustavo Lleral quiso cerrar la causa diciendo que Santiago Maldonado se había ahogado, sin tener en cuenta el contexto violento de represión en el que se produjo su desaparición. Desde entonces, la familia tuvo que recurrir a vías internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para llevar a cabo un pedido concreto: una investigación imparcial e independiente. 

Seis agostos sin Santiago Maldonado

Hace seis agostos que la familia Maldonado reclama ser escuchada, pero este 2023, además, trae una sincronía en el calendario, que reaviva aún más estos recuerdos dolorosos: “El 13 de agosto de 2017 fueron las PASO. No voy a poder aislarme de que me enteré de la desaparición de Santiago el 2 de agosto, que era miércoles. El 11 de agosto, que va a ser viernes, fue la primera marcha en Plaza de Mayo, cuando Norita Cortiñas (Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora) me agarró de la mano. Y a eso le sumo, principalmente, el discurso de derecha”. 

Sergio lo subraya porque ese 2017 tenía a Patricia Bullrich como ministra de Seguridad del gobierno de Mauricio Macri, que apoyó a los gendarmes e intervino, con sus funcionarios, decididamente en la orientación de la causa judicial. En este 2023, Bullrich es una de las precandidatas de Juntos por el Cambio con posibilidades de disputar la presidencia. Sergio observa el marco: No es que hablamos de Bullrich, solamente, sino que la mayoría de los candidatos tienen la misma línea. Escucho que Bullrich dice “vamos a hacer lo mismo, pero más rápido”, y de pronto ves Jujuy, cómo se está reprimiendo, el silencio generalizado del Gobierno: todo el marco y el escenario actual es cómo van a sacar a los piqueteros de la calle, cómo los van a encarcelar en vez de dar solución a mejorar las condiciones sociales y laborales. Es preocupante. No puedo dejar de pensar en los referentes sociales y políticos detenidos en 2018, así como se generó una estigmatización sobre Santiago: van a ser 6 años sosteniendo que Santiago “se ahogó”. Eso sigue estando”.

En ese 2017, una Plaza Mayo entera gritó: “Bullrich renunciá”. Hoy es una de las precandidatas a la Presidencia. ¿Qué te provoca?

SM: Si me pongo a ver, todos los políticos han tenido episodios históricamente relacionados con alguna desaparición o hecho de violencia, pero no el nivel de Bullrich. En esta puesta de mano dura también queda en evidencia que la derecha termina cayendo en algo que se desploma, porque no tiene sustento, es una persona que no está capacitada para ser presidente. No tiene la visión, y su handicap fue estar en Montoneros, se da vuelta, pasa por todos los partidos políticos, recortó 13 puntos a la jubilación, reprimió. En todos los lugares donde estuvo quitó derechos. Y, de hecho, el más importante: le quitó la vida a personas. Va a ser más lo que perjudique que favorezca, pero hay un cierto grado de falta de empatía en lo que cada uno percibe. Lo mismo pasa con Milei. Con este nivel de incoherencia, tenés una Bullrich candidata. Y ella no miente, no es como Macri.

¿Te duele que se presente?

SM: Me acuerdo que, en el 2019, el Frente Darío Santillán hacía campaña contra Felipe Solá (gobernador bonaerense cuando asesinaron a los militantes piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki) para que no se presentara como candidato. Si yo salgo o me sumo a campañas así, no paro nunca, porque todo el tiempo tendríamos que hacer campaña porque todos los candidatos tienen muertos en su gestión, con mayor o menor participación. Obviamente repudio que Bullrich se presente porque debería estar con una investigación en curso y hasta privada de su libertad, pero tampoco puedo quedarme en eso; si no, no avanzás. Repaso candidatos: Berni (Sergio, ministro de seguridad bonaerense) como senador, Arcioni (Mariano, exgobernador de Chubut) va segundo al Parlasur. Me acuerdo de Vanesa (Orieta, hermana de Luciano Arruga, desaparecido por la Bonaerense en 2009) y su lucha contra Daniel Scioli (actual embajador en Brasil), sola. Son muy pocos los que no tienen una mancha, y el que no tiene es porque no estuvo. Si me pongo en esa tengo que apartarme y decir: “No participo más”. No puedo meterme porque se me va la vida. Si no, tendría que decir que suspendan las elecciones. ¿Qué diferencia hay entre Bullrich y Berni? Yo podría decirte que en Bullrich había un lineamiento desde su gobierno y una política de estado de cómo reprimir, y que tuvo apoyo, mientras que Berni tuvo cuestionamientos desde distintos lugares por la desaparición de Facundo Castro; que Bullrich va como presidenta y el otro como senador. Pero eso no lo hace menor o mayor para los familiares, porque el dolor de Cristina Castro (mamá de Facundo) fue mucho. Y ahí no se puede contradecir nunca a un familiar, porque los familiares siempre tienen razón. 

En el repaso que hacés, el Estado siempre buscó instalar su versión: Luciano Arruga cruzó mal la General Paz, Facundo Castro se ahogó, Santiago se ahogó. ¿Cómo sentís en lo cotidiano el recuerdo de tu hermano hoy?

SM: Sigue estando y eso también es un motor de aliento. No hay un día, sobre todo en Buenos Aires donde circula más gente, que no se me acerquen a charlar. Voy al súper y se me acercan a transmitir una empatía que es gratificante. Te agarran de la mano. Te transmiten que a Santiago no lo conocieron, pero se quedan en entender qué es una lucha. Se acuerdan que Santiago escribía, que cantaba contra el Papa. Santiago era anarquista, y no tenía que cantar la Marcha para que el peronismo apoye o recitar a Marx para que la izquierda apoye, no pasó eso. Lo que agradezco a casi 6 años es poder tener esa relación con distintos familiares, de distintos sectores. No estoy en ningún partido, organismo u organización, y eso te da cierto margen de credibilidad que es reconfortante. Judicialmente la causa no avanza, pero el tema se sigue manteniendo. Y cada vez que se necesita el apoyo, la contención está. Por eso es importante seguir tejiendo redes, estar con familiares en contacto y ver cómo nos mantenemos. Si no, te quedás en casa sin nada. 

Sin red no hay fuerzas.

SM: Los espacios de amigos no tienen que estar las 24 horas con tu tema, cada uno tiene su vida, sus proyectos. Por eso es importante tejer una red de familiares y gente militante, porque podés tomarlo como catarsis, tirar ideas, construir. Que se sumen otres. Y no hay que tener soberbia o ego, porque todo el tiempo se va aprendiendo. Hay que estar con la cabeza abierta, porque lo que hice en agosto de 2017 ya no sirve: van cambiando los métodos, las formas de comunicar. Macri hizo lo que hizo porque, por ahí, no estábamos preparados, una parte, de que esto pudiera volver a pasar. Nunca pensás que te va a tocar tan cerca, hasta que pasa y estás adentro. Por eso, prefiero pasar por paranoico y pensar las cosas, estar atento para que no me agarre desprevenido. Por eso fui a Jujuy para acompañar, porque me preocupa. Eso empezó en Chubut, y en Jujuy se acentúa con total impunidad, y es algo que ves replicado en lugares donde hay recursos naturales.

¿En qué estado está la causa?

SM: En octubre del año pasado, la Corte Suprema resolvió que la causa no se cerraba, que había que investigar todas las hipótesis, que no se descarta la desaparición forzada, pero que seguía el mismo juez, Gustavo Lleral, a quien ya le habíamos pedido la recusación. Lleral había intentado cerrar la causa en noviembre de 2018, y ahora empezó a tomar todas las medidas que no hizo en su época: alguna reconstrucción, que se analicen celulares que se habían hecho. Sigue dando vueltas alguien que ya debería haber tenido un juicio político. En paralelo, el Estado contestó una intimación de la CIDH diciendo que no habíamos tenido acceso a un juez imparcial. Por eso, la investigación sobre el rol de Gendarmería que hizo Sabina Frederic (primera ministra de Seguridad en la gestión de Alberto Fernández), la tiene Lleral. Todo está en la CIDH y es la que tiene que expedirse y decir cómo seguir, o sugerirle al Estado que haga. No me voy a sentar con Lleral, personalmente porque en el fallo de 2018 dice que la familia de Santiago Maldonado le genera “violencia moral”. Aparte dijo que la gendarmería era inocente: yo no puedo trabajar con un juez así. Hay cuatro imputados: no es que Gendarmería no tuvo nada que ver, como dice Bullrich. Están ahí. Y algo que no es ajeno es que los abogados que están defendiendo a los imputados también están en la causa de espionaje, están defendiendo a Milman (Gerardo, diputado nacional de JxC, exfuncionario de Bullrich) por el atentado a Cristina. Cuando le abren el celular a Darío Nieto, el secretario de Macri, dice que Mahiques (Juan, uno de los viajantes a Lago Escondido) va a ir a ver a Lleral. Cuando se presenta la denuncia por espionaje en Buenos Aires, estaba Capuchetti (María Eugenia, la jueza que tiene la causa por atentado a Cristina Fernández de Kirchner). Todos los mismos, justamente en causas complejas y grandes. Entonces, cuando vemos que estamos a 11 meses del atentado a la vicepresidenta, que es la máxima figura política en el país, estés de acuerdo o no con ella, y no está siendo investigado, nosotros no podemos ser ajeno a lo que está pasando en el poder judicial. 

¿El camino internacional es una esperanza?

SM: Es un aval y un apoyo grande porque demuestra que los Estados no terminan cumpliendo todas las condenas. Todavía hay cosas pendientes del caso Bulacio, por ejemplo. Me habría gustado que estuviera ya trabajando un juez imparcial. Eso no pasó y hay que seguirla desde otro lugar, porque estas causas son muy complejas. La masacre de Monte llegó a juicio, el asesinato de Rafael Nahuel llega a juicio el mes que viene. Pero no pasa con casos de desaparición forzada: el juicio por Franco Casco, en Rosario, tenía 19 imputados, y todos quedaron absueltos. Las causas por desaparición forzada no avanzan. En los otros casos hubo condenas, y si bien nunca se va a poder reparar el dolor de los familiares ni volver el tiempo atrás, hay un cierto grado de justicia. En Santiago no tenemos justicia. Sí considero que hay una justicia social porque la gente sigue apoyando. Y de esa manera seguimos peleando. El día que ya no crea que se pueda avanzar más, diré: “Hasta acá llegué”. Pero mientras haya posibilidad, seguiremos exigiendo justicia.


Publicada originalmente en lavaca.org