Uruguay

El ángel negro de los Stones

20 marzo, 2019

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El ángel negro de los Stones


En febrero de 2016, luego de la primera visita de los Rolling Stones a Montevideo, y ante la ausencia de Sweet black angel en el repertorio de los británicos Maria Noel Sosa escribía esta semblanza de Angela Davis que republicamos con motivo de su visita a Uruguay.


Después de varios meses de espera, largas horas de filas, viejos y nuevos fanáticos, los Rolling Stones estuvieron por primera vez en Montevideo. El show incluyó varios de sus grandes éxitos, pero en la calurosa noche del martes 17, una de las previsibles ausentes fue Sweet black angel [Dulce ángel negro], una bella canción sobre Angela Davis.

Esta negra pobre, hija de un mecánico y una maestra, que nació en el sur racista de los Estados Unidos en 1944 fue, en los agitados años 70, inspiración para John Lennon y Yoko Ono, para Pablo Milanés y también para los Stones.

Sweet Black Angel, formó parte del álbum que la banda editara en 1972, titulado Exile on Main Street. Para quienes conocen al dedillo la obra de estos reyes del rock, parece ser que la oda a Angela Davis es una de las pocas canciones comprometidas políticamente de su carrera  y es también una de las más bellas de sus creaciones.

Contemporánea a Jagger y el resto de los muchachos, a Angela no le fue fácil nada, pero ingresó a la Universidad a estudiar filosofía, viajó a Europa y aprendió tanto como pudo. En su vuelta a los EE.UU, en 1967, comenzó su militancia estudiantil contra la guerra de Vietnam y luego vino su afiliación al Partido Comunista. Fue docente en la Universidad de los Angeles, pero sus credenciales políticas le valieron la destitución. Se vinculó a las Panteras Negras, organización más conocida por su apuesta a la autodefensa, pero que fue sobretodo una organización desde abajo, capaz de imaginar y realizar desde desayunos gratuitos para niños, hasta escuelas propias o clínicas populares.

Conocida públicamente, reconocida por sus oratorias y luego por sus fugas, los Stones le cantaron a esta mujer, de la que tenían un póster, no por actriz o cantante, sino por luchadora. Aquella que «seguro habla bien y se mueve muy rápido», tan rápido como una pantera.

Precisamente por su vinculación con las Panteras Negras, el FBI la  incluyó en la lista de los 10 criminales más buscados de entonces. Fue falsamente acusada de un crimen no cometido y encarcelada. Las movilizaciones y las protestas multitudinarias en las calles de diversas ciudades norteamericanas y la campaña ‘Free Angela’, con gran apoyo internacional hicieron que su condena se hiciera casi imposible. Es que fue una campaña de solidaridad internacional que no tenía precedentes, por ejemplo el que llegaran miles de cartas pidiendo su liberación junto a  una rosa. «Free the sweet black slave!»[Liberen a la dulce esclava negra], remate de su canción,  fue el aporte de la legendaria banda a esta campaña signada por el calor de la lucha en el norte de América.

En una conocida entrevista durante la cárcel, frente a la pregunta sobre el uso de la violencia, Angela no hace más que señalar que de la manera en que esta organizada la sociedad, la violencia existe en todas partes, y que para alguien como ella, que había vivido en su comunidad de negros rodeada por policías blancos en permanentes redadas, con amigos muertos por bombas puestas por racistas, la necesidad de autodefenderse, luchar contra la opresión racista y enlazarla con la lucha de clase y de género se había vuelto cada vez más urgente. Autodefensa, organización para resolver otras necesidades, lucha por tierra, vivienda, trabajo, fueron parte de las luchas por avanzar en poder popular y organización barrial de las panteras negras y también de Angela.

Este ángel negro, que conmocionó a miles, fue además una de las primeras en ayudarnos a pensar teóricamente en la interseccionalidad de las opresiones  de género, raza y  clase. Para las feministas, una referente indudable. Para las luchas sociales todas, una mujer de las imprescindibles. Dicen quienes la han visto recientemente, que a sus más de setenta años no hace giras multitudinarias, pero conserva la energía de aquella joven. Fuera de esa imagen, de esos míticos setentas, sigue militando por la liberación de presos y presas políticas en el mundo. Angela, pantera o ángel, dulce y furiosa, está en nuestros pósters y remeras, pero sobretodo en nuestra fuerza de lucha, acompañándonos con su pelo afro, sus grandes aros, su puño en alto, tan alto como su dignidad.