América Latina

Monte caliente

22 octubre, 2020

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Débora Cerutti

Monte caliente

El incendio en las pedanías de Luyaba, valle de Traslasierra (Córdoba, Arg.), no tiene antecedentes por su magnitud. Más de tres mil hectáreas quemadas se suman a las 200 mil incendiadas en los últimos tres meses en la provincia de Córdoba


El fuego llegó a la plaza del pueblo. Atravesó los parajes de Guanaco Boleado, San Isidro, Barrio Sur. Más de 30 casas fueron alcanzadas en parte por las llamas. El pueblo se quedó sin luz. 

Mucha temperatura. Mucho viento.  Árboles centenarios crujiendo. Animales tratando de huir. Aves desorientadas escapando. El monte está caliente y nosotres dimensionamos nuestra pequeñez ante la inmensidad de las columnas de humo. 

Las cenizas volaron varios kilómetros. El olor a monte quemado se sintió durante varios días. La impotencia, la bronca, la desesperación se transformaron en organización comunitaria. En manos con chicotes. En ojos atentos a los focos de calor. En guardias de cenizas durante días y noches. En cientos de gestos de solidaridad. En abrazos entre bomberes y voluntaries. En donaciones que se convirtieron en gestos de cuidado.  

Ya, que se apague. Ya, que vengan los aviones. Ya, que llueva. Ya, que dejen de quemar.

“El fuego por más que parezca lejos, nos tiene que involucrar a todes. No conoce dirección, cruza caminos, va a cualquier propiedad. Afecta animales, ecosistemas, fauna y flora nativa”, dice Matías Fioretti, director de la Escuela Rural del paraje San Isidro. 

Este lugar funcionó junto al Salón de Usos Múltiples de Luyaba y la Biblioteca Popular de Travesía, como centro operativo frente a los incendios. Allí se organizaron las brigadas de voluntaries que se acercaron a colaborar, cuestiones de logística y comunicación entre brigadistas y bomberes.

Fueron además centros de recepción de múltiples formas de participación comunitaria: donaciones solidarias, colaboraciones en la realización de los desayunos, almuerzos y meriendas: “Todes podemos participar, en comunicación, logística, vestimenta, cuidado de niñes, de animales, haciendo guardia de cenizas, acercando frutas, conteniendo emocionalmente a las familias directamente afectadas”, dice Matías. 

Todo fuego es político. Repetimos. Todo fuego es político. El monte es fuerte y rebrotará, de eso estamos convencidas.  Pero las tareas que quedan son muchas. Queda desentramar quiénes son responsables de semejante ecocidio. Acompañar al monte en su renacer y a las familias que fueron afectadas por el fuego, mapear el territorio quemado y asegurar que no queden focos encendidos, prepararnos para enfrentar el daño ya hecho a la vida.

El monte está caliente, y la participación comunitaria en su cuidado se vuelve clave. Urgente. Necesario. De todes.

Publicada originalmente en medionegro.org

En Desordenando Mundos (21 Oct.) conversamos con Débora sobre la situación actual de los incendios en la provincia de Córdoba, el informe incluye testimonios de pobladorxs. Los incendios de las últimas semanas  han quemado el equivalente a 10 ciudades de Montevideo. ¡Todo fuego es político!