América Latina

Mujeres de fuego

5 abril, 2021

Escrito por:

y

Imagen:

Isabel Redies

Mujeres de fuego

Hace unos 10 años, las mujeres de Cherán, municipio indígena p’urhepecha, en Michoacán México, se levantaron contra la destrucción de su bosque. Encendiendo fogatas comunitarias impidieron el paso a los camiones que pasaban una y otra vez cargados con la madera talada ilegalmente, para instalar luego su sistema de autogobierno. 


En la madrugada de del 15 de abril de 2011, en medio de una de las festividades religiosas organizadas de manera comunitaria comenzaron las fogatas. Día tras día se sumaron más fogatas en distintos puntos hasta ser unas 190 fogatas por todo el pueblo.  Montaron también cuatro barricadas, una en cada entrada al pueblo  para evitar que entraran al territorio a los taladores y luego para echar al narcotrafico. Desde 2012 en Cherán K´eri funciona un sistema de autogobierno indígena, sin partidos políticos.

A 10 años de la primer fogata, compartimos parte del material  “Mujeres de fuego” [1], una serie de entrevistas realizadas en 2008 por Daniela Flores y Heriberto Paredes a las mujeres de Cherán K´eri.

 Adelaida Cucué Rivera, una de las mujeres que ha sostenido esa lucha, nos cuenta su relato [2].

Andábamos con un dolor

Entonces, ya en el 2008, pues estaba todavía muy latente aquí todavía el PRI y el PRD, pero se estaban peleando por el poder. Pero más aquí en Cherán se veía muy notorio que el representante de bienes comunales, que siempre los recursos que bajaba para, por ejemplo, la reforestación, él utilizaba a la gente, le daba a la gente los árboles y se quedaban con el recurso. Por eso todos se peleaban por el puesto de representante de bienes comunales, todo por el recurso económico, el recurso pues, lo que son la resina y los árboles, aquí se llegaron a matar los comuneros mismos, por esa parte del interés. Pero después se viene ya el problema más serio, cuando empezaron a entrar los maleantes, el narcotráfico, y los que vinieron a talar el bosque.

En el 2010 empezaron a subir carros para arriba, empezaron a subir y bajar, 200 carros, 60 carros veías transitando, a veces yo le decía a mi esposo: en lo que llegamos al rancho, de la casa al rancho, que estamos como unos 2 o 3 km máximo, en el tránsito encontrábamos ya unos 20 carros, 30 carros, cargados ya de madera que se iban para Capacuaro. Y pues se habían juntado también Tanaco, Rancho Seco, para venir a hacer el daсo aquí en Cherán, y los del Cerecito son los que les habían dado entrada. El Cerecito es un pueblito, es un rancho chiquito, en donde vive gente supuestamente de aquí de Cherán, pero los conocen como los rancheros, como que no tenían un origen realmente de la comunidad. Y es cuando ya ellos le dieron entrada a los del crimen. O les llegaron pues, porque realmente también ahora nos damos cuenta de que ni ellos estaban de acuerdo con lo que estaba pasando. Los extorsionaron, los amenazaron, y ahí llegaban, haz de cuenta que esa era su casa y su pueblo ya, de los malandros. Entonces ahí fue cuando ya empezábamos a ver que ya no nomás cortaban la madera, iban cortando, iban quemando.

Para el 15 de abril de 2011, ya había demandas con el gobierno de la comunidad, con el presidente municipal, Roberto Bautista. Varios de los comuneros ya se habían ido a quejar, a decirle pues que qué estaba pasando. Ya después nos dimos cuenta de que él también era parte de. Y ya después también al gobierno del estado ya se le había llevado la queja. Al gobierno federal supuestamente también ya le había llegado, pero bueno, de todos los gobiernos a donde fueron a quejarse nuestra gente, todos los gobiernos, pues no había una respuesta que dijeran bueno, pues están apoyando, están queriendo parar esta tala clandestina. Ya después nos dimos cuenta que la del Ministerio Público era sobrina de uno de los que estaban acaparando la madera. Entonces, si nosotros íbamos al Ministerio Público, cuando llevábamos una queja, al ratito ya nos estaban extorsionando por teléfono.

Y eso era lo que sucedía. Entonces ya no tenías esa confianza, pero todos estábamos en la misma sintonía de que lo que estaba pasando en nuestra comunidad no estaba bien. Como todos andábamos con un dolor. Porque pasaban los carros por medio pueblo. Y a veces todos los carros, me acuerdo que todos los carros tenнan un logotipo de la Santa Muerte. Todos tenían una Santa Muerte como logotipo. Hay un ojo de agua que se llama La Cofradía, el que mantiene la comunidad es el que sustenta a la comunidad para que tomemos el agua. Estos ya venían por aquel lado talando, y justo en ahí había un árbol muy grueso, que es el que dice nuestros abuelos que es el que ayuda a que el agua no se vaya a acabar, entonces ese lo cortaron y vino un señor y avisó al pueblo que ya estaban ahí.

Fuimos todas

El 15 de abril del 2011 era fiesta de la Virgen de Dolores y la gente se junta mucho en El Calvario. Las mujeres van a misa, están haciendo como una novena. Y mero ese día se juntaron las mujeres, y miraron que ya estaban empezando a pasar los carros. Pero también ya andaban como que molestas pues, y también fue cuando ya les hicieron frente. Allí fue donde les empezaron a hacer frente a los del crimen organizado y a los talamontes. Porque traían, pues ellos andaban bien armados, a ellos no les daba pena andar arriba de los carros y con sus armas. Ahí fue donde empezó, ahora sí que ahí fue donde se prendió la mecha, dijo uno, y empezaron a pararlos, los agarraron, los tuvieron ahí encerrados en la iglesia, fueron siete creo que los que habían agarrado.

La policía de Cherán ya iba a rescatar a los que habían agarrado, a los talamontes. Imágenes del crimen organizado escoltado por nuestra propia policía, que supuestamente nos resguardaba a nosotros. Un día vimos cómo la misma policía les estaba ayudando a cargar los trozos, la misma policía les llevaba diesel a los talamontes, a los carros. Ya desde ahí pues nosotros intuíamos que la cosa era así. Que ellos estaban involucrados con los malandros. Entonces, en el 2011 los agarraron, ya fue que empezó todo este proceso, la resistencia.

Yo me acuerdo haber visto como 30 camionetas que venían en sentido contrario, que pasaron y venían en el sentido contrario, esos iban todavía, habían entrado ya al pueblo para rescatar a los talamontes. Pero eran puras camionetas de los malandros. Entonces, fue cuando nuestra gente ya se empezó a juntar, empezaron a correr, empezaron a tronar cohetes, empezaron a recoger a sus hijos, pero ya también fue cuando empezaron a cerrar las calles. Pero no pudieron sacar a los que detuvieron las señoras, a esos no los pudieron sacar. Y es como hace ya presencia la mujer en la lucha, pero pues ya se habían acabado el bosque. Ya más de 20 mil 000 hectáreas habían deforestado.

Yo pienso que en ese momento nos vimos con la necesidad de apoyarnos nosotras mismas. Yo no voy a hablar aquí que yo hice más, que esa hizo más, no. Te nace el valor de ver sufrir a tu gente, de ver qué es lo que le está pasando al otro, entonces se junta como que todo ese ánimo, toda esa fuerza. Es cuando, pues tienes que apoyar. Tienes que hacerlo. Ya no es que quieras o no quieras, ya estás metida en el barco y tienes que hacer algo por tu gente. Por lo menos yo pienso que eso es la sangre que nos corre a nosotros acб en las comunidades, de que tenemos que hacerlo así.

Y entonces a nosotros nos devastaron todo ese bosque y en otro espacio que tenía mi suegro, también era otro bosque, cercas de ahí nosotros teníamos como 100 cajas de abejas, y lo que me pegó tan fuerte fue esa gran humillación que nos hicieron, que llegaron y les pusieron lumbre. Les pusieron lumbre a las abejas y las quemaron. Entonces, desde ahí yo ya traía ese coraje, pero habían golpeado mi papá y habían golpeado a mi suegro.

Entonces eso hace que yo me integre movimiento. ¿Cuáles fueron las mujeres? Fuimos todas las mujeres. Yo no me voy apropiar que decir yo fui bien chingona, no. Fuimos todas. Y ahí andábamos, y aquí era hasta el más pobre y mas rico, que ya andaba pues, entrado en esto. Eso es. Y así fue.

El fuego sagrado

Tiene todo un conocimiento. Entonces en la fogata se aprendieron varias cosas, se valoraron varias cosas. Pero lo que más nos sorprendió a nosotros, que cuando se vino el movimiento en Cherán, ya no eran las mujeres, eran nuestros hijos, puro joven andaba. Puro joven andaba. Andaban puros muchachos.

Pues las fogatas se hicieron por una necesidad que había y por una necesidad de estar organizados y de poder saber realmente qué pensaba cada una de las personas. Y también, que tú estabas entregado a este movimiento, y también que tu apoyabas a tu pueblo y que querías un cambio, que no querías que siguiera pasando lo que estábamos viendo. Eso yo pienso que es lo que significa la unidad. La fogata es como la unidad, la que nos atrae, la que nos fortalece, la que nos hace que tengamos un acercamiento nosotros mismos. El fuego es algo sagrado para nosotros. Entonces, el fuego es el que tiene como que esa fuerza de unirnos, ese es el significado de una fogata. Así es. ¿Y de ahí que surge? De ahí surge las pláticas, de ahí vemos hasta problemas que suceden, problemas económicos, problemas sociales, problemas en todo, los niños, las enfermedades. Nosotros ahí aprendimos en un año muchas cosas. Ahí aprendimos, pero también las señoras grandes cómo nos ayudaban. Ahí aprendimos a amar nuevamente a la tierra y al maíz también.

Para eso sirvió la fogata, para fortalecernos. Entonces qué significado tan grande tiene la fogata. De hecho yo no estoy a gusto si en mi casa no hay fogata. Todo el tiempo está la lumbre prendida. Todo el tiempo. Ya es tardecita, ya la prendemos. También vengo aquí y lo primero que hago es meterme a la cocina y prender el fuego. Esto es algo que nos han inculcado los grandes. Nuestros abuelos nos han dicho: “hija, no apagues el fuego porque apagarás la luz del alma”.

 

 

Nota publicada en piedepagina.mx 

[1]Pueden verse aquí la entrevista completa

[2]La transcripción es Emilia Bautista.