América Latina

Voces de mujeres indígenas amazónicas

19 septiembre, 2022

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Voces de mujeres indígenas amazónicas

Zenaida Yasacama Gayas es indígena, mujer, madre y activista, originaria del pueblo kichwa de Pakayaku, actual vice-presidenta de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). Zenaida es Licenciada en ciencias económicas por la Universidad de Cuenca y Máster en Economía por la Universidad de La Habana. Tiene más de una década actuando como lideresa de su pueblo, así como en el movimiento indígena regional y nacional.


En este diálogo, el objetivo es abordar la trayectoria de Zenaida, a través de un recuento de su historia, sus memorias de la lucha de su pueblo y sus impresiones sobre los actuales desafíos que tiene el movimiento indígena nacional. Esta entrevista fue realizada de forma virtual en junio del 2022, en el marco de un trabajo de investigación desarrollado por la antropóloga Sofia Cevallos sobre la organización de las mujeres amazónicas en el contexto de sus luchas frente al extractivismo.

Zenaida, nuestro primer encuentro fue en el marco de la realización del Plan de Vida del Pueblo kichwa de la provincia de Pastaza en el que participé como técnica antropóloga. Desde entonces su participación en la vida política del movimiento indígena ha sido cada vez más activa. ¿Qué la llevó a participar dentro de la organización?

He nacido y he crecido en el seno de la organización. Dentro de nuestro territorio Pakayaku, un pueblo milenario constituido por una gran diversidad, he aprendido a luchar. Lastimosamente, muchos gobiernos de turno, tanto cantonales, como provinciales y nacionales, no han dado oídos a nuestra organización y tampoco han pensado cómo, desde los pueblos, podemos fortalecer nuestra propia economía comunitaria para poder sustentar. Nosotros siempre hemos estado en la reivindicación de nuestros derechos, tanto de la naturaleza como de los derechos humanos. Yo he sido dirigente, presidenta del pueblo kichwa de Pakayaku, por tres veces consecutivas. Todo ha sido por la confianza de la gente, por la dedicación y el trabajo conjunto que se hace, porque como somos del mismo pueblo, conocemos la realidad que hemos vivido, y entonces, en mi corazón siempre ha estado el sentimiento y la necesidad de hacer. He tratado de conectarme con la organización provincial y ahora justamente, a nivel nacional como vicepresidenta de la CONAIE porque creo que es importante que se conozca que el liderazgo de la mujer es un eje principal en la lucha de los pueblos y nacionalidades. Y no solamente a partir de estos últimos años. Esta lucha ha venido desde hace muchos años atrás, con nuestros bisabuelos, abuelas, con todos nuestros ancestros, porque una mujer siempre ha jugado un rol fundamental primero en la familia, en el hogar y en la organización.

Zenaida, quisiera que me explique un poco más justamente sobre lo que significa ser mujer indígena en la actualidad.

Ser una mujer indígena implica primeramente que aún atravesemos por muchas situaciones de discriminación. A pesar de que nosotros como pueblos indígenas, como mujeres indígenas, tenemos bien claro el panorama de que estamos en un país de diversidad cultural, diversidad de etnias, diversidad de pueblos y nacionalidades y de formas de vivir. Pero, como mujeres indígenas continuamos atravesando varias violaciones de nuestros propios derechos. También debemos decir que hemos vivido el machismo de nuestros propios compañeros y que esto es también lo que nos ha permitido aprender y enfrentar, nos ha permitido decir a los hombres que las mujeres también si pueden. Nuestro objetivo como líderes indígenas es colectivo. Una mujer indígena siempre piensa en lo colectivo y no en lo individual. Hasta ahora hemos venido haciendo un trabajo más colectivo, un trabajo más organizativo, político, y hemos estado al frente de todas las luchas. Las mujeres hemos sido las que hemos organizado, desde la logística hasta el escenario de cualquier tipo de actividad dentro de la organización y dentro de lo político. Esto nos ha servido para pensarnos a nosotras mismas y a nuestro papel en la lucha. Hemos escogido el camino de la política porque hemos visto que los hombres lastimosamente aún no reconocen completamente los esfuerzos de las mujeres. Nosotras a veces como madres o como hijas, como mujeres lideresas que hemos trabajado desde la pequeña comunidad, hasta lo más grande, sentimos la necesidad de luchar, no solamente por nuestros pueblos sino también por mujeres de otros sectores sociales, como las hermanas mestizas, como las hermanas afros, montubias, etc., que hacen parte del Ecuador. Estas mujeres también sienten lo mismo que nosotras, esa discriminación, esa desigualdad y esa frontera que se establece entre el que tiene más y el que tiene menos. Han sido varias situaciones que a nosotras nos han hecho más fuertes en el proceso organizativo y en la lucha. Las mujeres indígenas han creado un espacio solo a base de lucha, como representantes dentro de la asamblea nacional, del parlamento andino. Nosotras buscamos estos espacios, considerándolos no solamente como espacios para detener un poder, sino para generar nuevas mujeres y que nuevos rostros que puedan más tarde asumir responsabilidades a nivel nacional, a nivel internacional. Las mujeres luchamos por la vida, luchamos por ser, por vivir, pero no siendo humilladas, luchamos por la dignidad que nos ha fortalecido y que también queremos fortalecer; y luchamos por la unidad de pueblos y nacionalidades, así como también de otros sectores sociales del Ecuador. Las mujeres siempre hemos mantenido el respeto, tanto hacia los hombres como hacia personas de otras nacionalidades, hemos abiertos los brazos para poder estrechar entre mujeres, con lideresas, lideres y con nuestros compañeros de lucha. Siempre nos dicen que no podemos olvidar nuestra forma de vivir y nuestras actividades, nuestras tareas de mujer. Pero, a veces, esto significa violencia y discriminación que excluye a las mujeres. Hay mujeres de varias nacionalidades que sufren este tipo de violencia, inclusive con los mismos esposos, que no les permiten participar en diferentes actividades. El machismo está presente pero poco a poco estamos rompiendo este obstáculo. Por eso, siempre en mis intervenciones yo menciono que queremos también integrar a nuevos rostros en este proceso de lucha. Porque ser una mujer indígena es, tanto estar en la chakra, ser profesional, hacer chicha, cuidar de nuestros hijos, estar en política. Y eso nos ha correspondido, llevar tanto en el hogar, tanto a la familia, como a la organización. A mí me ha tocado un rol bastante fuerte, buscando siempre qué hacer por mi pueblo para fortalecer a la juventud, para poder defender nuestros territorios, para estar libres de la contaminación y seguir, al menos, respirando por muchos años más el aire puro. En nuestros planes de vida, las mujeres nos hemos preguntado ¿cómo vamos a lograr este objetivo? Y la respuesta es que podemos lograr solo en base a la lucha, para poder conjugar todo esto, necesitamos que nuestras organizaciones sean fortalecidas. Y que las mujeres, compañeras estemos unidas, firmes. Este ha sido y seguirá siendo el papel de las indígenas. Ser una mujer indígena no es fácil y estar en el tema político-organizativo también no es fácil. Hay muchos paradigmas que vamos rompiendo, poco a poco. Pero yo creo que es importante seguir buscando la unidad, con otros países de América Latina también, donde hay pueblos indígenas y mujeres que la luchan por el mismo objetivo. Es importante enlazarnos con hermanas de otros de otros pueblos y a nivel internacional, que podamos también unir las fuerzas y hacer escuchar nuestras voces. Porque hablamos de plurinacionalidad, pero hasta ahora no hemos logrado, aquí en Ecuador al menos.

¿Cuál ha sido la principal consigna de las mujeres indígenas en su lucha?

La consigna de las mujeres siempre en la lucha ha sido, las mujeres luchan por la vida.

Y ¿qué implica esa lucha por la vida?

Esta lucha por la vida implica acabar con las amenazas, la persecución, con la discriminación. Esta lucha por la vida implica el tema de defensa territorial, el tema de los 21 derechos colectivos, implica la lucha por el medioambiente. Pensamos que, si se destruye la naturaleza, prácticamente se destruyen las culturas, la educación, los conocimientos ancestrales. Dentro de estos conocimientos ancestrales, está la salud intercultural. Si destruimos la naturaleza, perdemos todo, la fauna, los ríos. Si hablamos de que las mujeres luchan por la vida también hablamos de participación de las mujeres en la organización y en lo político, también hablamos de un desarrollo y participación equitativos. Tanto hombres como mujeres vamos a luchar con la misma finalidad. Nuestros logros tienen que ser siempre en beneficio de dejar un legado para la futura generación y debe haber una reivindicación para que los Estados nos respeten y no atropellen nuestra forma de vida. Porque ahora estamos viviendo un atropello en Ecuador con el tema de ampliaciones petroleras, mineras, hay mucha gente que está muriendo con diferentes enfermedades, eso nos hecho pensar mucho. Luchamos las mujeres por la vida, pero ahí, el gobierno no nos respeta. El gobierno más bien está violentando. Al menos, en el norte del Ecuador, cada día más, hay niños que mueren por desnutrición, hay mujeres que mueren por diferentes enfermedades en estos lugares en donde hay explotación petrolera, minera. Entonces, esto nos hace pensar que como mujeres debemos ir armando una estrategia, porque en realidad hemos luchado siempre. En épocas nos hemos quedado un poco como en un stop, la lucha que hemos hecho por la vida, ahora nos toca retomar nuevamente esta lucha. En este momento, está el tema de la subida de los precios en Ecuador, eso afecta a la vida de todos, las y los ecuatorianos, no hay empleo, hay mucha inseguridad. Siempre hemos luchado por la vida. Nuestras movilizaciones son para reclamar este derecho a una vida digna. Porque si el movimiento indígena no lucha, nadie nos va a dar luchando.

¿Qué significa la lucha por la defensa de los territorios y cómo ésta lucha está incluida en una reivindicación más amplia de las mujeres por la defensa de la vida?

Hablando del territorio hay muchas expresiones. Que es la madre naturaleza, que es la selva viviente, que es la selva viva, que los ríos son vivos, que las montañas son vivas, que en la selva hay toda la sabiduría concentrada, tanto en los ríos, tanto en las lagunas, tanto en las montañas. Las mujeres tienen mucha relación con esto, porque en el territorio ellas existen. Para todo necesitamos del territorio, para alimentarnos necesitamos del territorio, para hacer nuestras propias artesanías necesitamos el territorio, hasta para sanarnos necesitamos del territorio. Para nosotros el territorio es un todo, que trae armonía. La concepción de las mujeres es que, si no cuidamos el territorio, no habremos cuidado nuestra vida, porque en él y de ella se hace la chakra, se produce, se recolecta los frutos del monte. Eso ha sido siempre pensando en correlación. Se ha caracterizado a las mujeres como cuidadoras. Siempre dicen «las mujeres son las cuidadoras, los ejes principales», pero, muchas veces, a las verdaderas luchadoras de nuestras comunidades ni siquiera se las menciona. Por eso, muchas mujeres indígenas han mencionado en estos tiempos, que, si vamos a hablar del territorio, que seamos nosotras mismas. Para hacer sentir lo que vivimos a diario, lo que hacemos a diario en el territorio. Por eso hemos hablado las mujeres, nuestras frases hablan de eso «si luchamos no destruiremos nuestra selva», «si no luchamos destruiremos la selva», «el agua no se vende, el agua se defiende», «el territorio no se vende, el territorio se defiende». Las mujeres hemos sacado varios mensajes sobre nuestra relación con el territorio.

¿En qué sentido el extractivismo afecta a las mujeres indígenas?

Las actividades petroleras han afectado en general. Han afectado nuestra forma de vivir, han destruido la armonía que tenemos los pueblos y nacionalidades y también ha violentado nuestros derechos. Ahora, particularmente los derechos de las mujeres, porque esto ha creado varias cosas en relación a las mujeres. Con estas actividades petroleras hay mucha gente de otros lugares, llegan y hacen lo que quieren. Por ejemplo, embarazan a una mujer, dejan ahí con hijos. Así las mujeres han quedado más afectadas, porque han quedado con hijos, solas, sin empleo. Eso hemos sentido nosotras y a raíz de eso, también nosotras las mujeres hemos alzado la voz, que también hemos sido amenazadas, que también hemos sido perseguidas.

¿Cómo se están organizando las mujeres dentro y fuera de sus territorios para luchar contra las diferentes formas de exclusión?

Dentro de nuestras comunidades se han creado las Comisiones de la mujer y, al menos en Pakayaku nosotras hemos visto que hay compañeras que están en proceso de aprendizaje de liderazgo. Otras hemos pasado a ser dirigentes. Las mujeres, al fin y al cabo, siempre estamos en este liderazgo. Eso yo siempre he discutido, que las mujeres hemos sido eje principal de la organización y pienso que las Comisiones de las mujeres a veces nos excluyen de la organización más grande. Considero que desde la dirigencia de la mujer podríamos hacer programas y proyectos específicamente en temas de mujeres. Esta dirigencia de la mujer ha sido para que las mujeres puedan organizarse, para que las mujeres podamos conversar sobre cosas de mujeres. Pero yo considero que las mujeres actualmente estamos liderando en todo sentido, no solo en cosas de mujeres. Esto quiere decir que las mujeres participamos en asambleas llevando nuestras propuestas, nuestras opiniones, nuestros aportes. La dirigencia de la mujer juega un rol fundamental en el tema de organizar, ejecutando algunas actividades. En Pakayaku fue creada la Guardia Comunitaria, donde están involucradas mujeres. Y hemos visto que su papel es fundamental ¿por qué deben estar mujeres en la seguridad? al menos yo considero que las mujeres hemos asumido una responsabilidad y un rol fundamental, resolviendo temas como el alcoholismo, por ejemplo. Hemos visto en compañeras mujeres que hay mucha seriedad y mucha responsabilidad, cumplimientos de horarios. La dirigencia de la mujer es para poder proyectar, que vamos a hacer las mujeres de aquí en adelante, como nos vamos a organizar. Es también para mostrar que hemos venido jugando un rol fundamental en anteriores tiempos, para mostrar qué es lo que hemos querido y queremos las mujeres. Yo considero que las mujeres no deberían quedarse solo en espacios como las Comisiones de mujeres y más bien deberíamos estar en todo espacio, deberíamos ser partícipes. Pero, hasta ahora la estructura organizativa es así. Pero me pregunto ¿por qué no puede encargarse un hombre?

¿Qué esperan los pueblos y nacionalidades y particularmente las mujeres del Estado nacional para mejorar las condiciones de vida de las comunidades?

Los pueblos y nacionalidades, siempre han analizado el aporte del Estado, de que el Estado tiene que ser incluyente. Siempre hemos hablado de inclusión y hemos dicho que, a pesar de que se ha escrito en la Constitución que el Estado es Plurinacional, lamentablemente esto no se ha cumplido. Esto quiere decir, que para que sea un Estado verdaderamente Plurinacional, primeramente, debe haber una distribución equitativa, tanto en la salud, tanto en la participación para hacer la política pública, y que debe haber cambios en las leyes. Se habla de una participación democrática, pero lamentablemente eso todavía no existe. Desde nuestro punto de vista, los gobiernos de turno se han encerrado, como que han visto a los pueblos indígenas como otros, o sea, como que queremos hacer otro Estado. ¡No es eso! Mas bien, los pueblos indígenas piden a los Estados, al gobierno ecuatoriano, que construyamos juntos para un desarrollo mejor del Ecuador; que hagamos una educación propia, con propuestas, con planificación en el tema de financiamiento; que el Estado no nos ordene, que «aquí tienen que hacer esto». No ha habido este tipo de participación, no ha habido reconocimiento en el tema de salud intercultural… porque los pueblos indígenas tienen su propio botiquín y eso no es reconocido, el Estado nunca va a reconocer. Nuestra lucha ha sido por un Estado incluyente, un Estado que reconozca que hay diversidad, que el Ecuador es un país diverso, eso es la lucha de los pueblos indígenas.

¿Por qué es importante la lucha de los pueblos indígenas por los derechos?

Anteriormente los pueblos indígenas no eran reconocidos, o sea, hablábamos de derechos, pero no eran reconocidos. Por ejemplo, uno de los derechos era el tema territorial, porque ya habíamos existido hace muchos años y no teníamos ese derecho al territorio. Para los pueblos indígenas sólo la movilización, el levantamiento, hizo reivindicar el derecho de tener el territorio. No es porque el gobierno dijo «mira aquí ustedes tienen derecho como todos los ecuatorianos». ¡No! Fue a base de lucha. Así, otros derechos, el derecho de la educación, el derecho de las mujeres, el derecho de los niños, el derecho a la salud y el derecho a ser ciudadano ecuatoriano, tampoco estaban reconocidos. En el 2008 se reconoció recién el Estado Plurinacional; ahí hablaron el tema de la lengua, ahí recién reconocieron los derechos. Ahora ese derecho está reconocido, pero ese derecho no se puede poner acción. El derecho está constituido, pero el derecho no está plasmado en la realidad nacional, en la realidad de los pueblos indígenas. Quiere decir que, aun nos falta que ese derecho se haga efectivo. Los gobiernos a nivel internacional han hablado de los derechos humanos, de los derechos colectivos, de los tratados internacionales, pero, realmente, en Ecuador al menos, no han reconocido totalmente. Han hablando de un derecho de conservación de los territorios indígenas, de los derechos de la naturaleza, pero… ¿Qué hace el gobierno? Ahora ya habla del decreto 151, de la ampliación minera y petrolera. Eso es una violación de derechos cuando la constitución respalda el derecho de la conservación. Nos ha hecho pensar mucho cuando el presidente Lasso habla de derechos de la naturaleza, prácticamente parece que solo miente o que es para hacer un show. La realidad acá es otra y ¿de qué derecho hablamos? Nuestra consigna es, aquí en Ecuador no hay respeto de derechos, no hay accionar de los derechos, nos sentimos inseguros en el Estado ecuatoriano, como movimiento indígena, como sectores sociales. Los derechos de la naturaleza creo que el Estado los ve como un objeto. Y que muchas veces dice «pero estos indios tienen tanta selva, ¿qué quieren hacer?». Pero, yo digo, ellos no están pensando de aquí a 50 o a 100 años, quizás yo no voy a existir. Los indígenas no luchamos por individual, la lucha ha sido por lo colectivo ¿De dónde surge este derecho de la naturaleza? también surgió de la propuesta de la CONAIE, de que “la tierra no se vende, la tierra se defiende” ¿Por qué salió este derecho? porque los territorios de los pueblos indígenas son colectivos, y que, estar en el territorio es sentir, es sentir si tumbamos un árbol, es sentir que tenemos un árbol menos, porque también somos parte de todo esto, y que esta tierra, esta naturaleza o este río tiene un derecho de no contaminarse, tiene derecho de no destruirse. Porque si destruimos ¿qué va a pasar? Habremos perdido nuestro derecho; primero, como comunidad; segundo, como personas; y tercero, estaríamos perdiendo todo el derecho que habíamos ganado en obtener los títulos de propiedades globales y que esto permitiría que, con el tiempo, cada quien se vaya con su pedacito de terreno o que quizás vendan a las grandes transnacionales. Eso es lo que está pasando justamente. Yo ayer estaba en donde los compañeros Awá, vía San Lorenzo. Allá las grandes transnacionales no respetan al derecho de la naturaleza. Las grandes transnacionales quieren que les vendan en pedazos, a veces con amenazas, a veces, comprando las conciencias. No porque un indígena quiera hacer eso, sino, porque ellos vienen a instruir en contra de nuestros derechos y sin consentimiento de todo el pueblo. Eso ha pasado, prácticamente, de ese sector ya se creen los dueños los transnacionales, y hay unos ríos maravillosos, pero pobres ríos van a destruirse. Y ahora el Estado ecuatoriano a nivel internacional habla de que «yo respeto los derechos de los pueblos indígenas», yo creo que su discurso debería ser que todo ecuatoriano tiene el mismo derecho y que los pueblos originarios son parte de Ecuador. Siempre los gobiernos aíslan a los pueblos indígenas.

¿Zenaida, qué significa el Sumak Kawsay para los pueblos indígenas?

Yo me acuerdo desde muy pequeña: el Sumak Kawsay nació desde los pueblos originarios y significa que buscamos una vida en armonía, en colectividad y en territorios libres de contaminación. El Sumak Kawsay o Buen Vivir, en resumen, significa la vida en armonía. Pero, la vida en armonía, en nuestro idioma significa varias cosas: la relación que hay entre la naturaleza y la relación que hay del hombre hacia la naturaleza. Si no tenemos una chakra que produce bien, o un terreno que produce bien, no es buen vivir. El buen vivir es en nuestras comunidades, claro que no tenemos todo lo necesario, pero, la gente con tener una choza, nos sentimos bien; nos vamos de cacería, traemos nuestros pescaditos, carnecitas, entonces ya estamos bien. Pero, vienen a la ciudad, ahí es cuando vemos que el mundo se derrumbó, porque todo es dinero, todo es a cambio de algo. El Buen Vivir de nosotros, para nosotros en nuestra comunidad, es otra realidad. Y nosotros nos sentimos bien estando en nuestra propia casa que es en nuestras comunidades, ahí es el buen vivir. En el contexto occidental, el Buen Vivir significa tener una casa, un carro, tener dinero acumulado, tener cosas materiales. En cambio, para nosotros es la forma de organizar, primero de la familia, el trueque que hacemos de corazón, los intercambios; a veces cocinamos, llamo a mi prima, llamo a mi mamá, a todo el mundo; si tengo bastante carne, le doy a uno y al otro. Sentirnos en paz con nosotros, o sea, ser solidarios. Los pueblos indígenas, al menos mi pueblo, el pueblo Kichwa de Pakayaku, pensamos que el Buen Vivir es que todos podamos tener, aunque sea un plátano, una yuca, pero, que todos tengamos algo que comer y que todos, también, si hay algún trabajito, trabajen. Pero, primero, es el sentir de nosotros, es esa solidaridad, querernos entre nosotros mismos como indígenas y respetarnos. El buen vivir incluye varias cosas, entre ellas el tema de la minka. En la minka compartimos chichita, compartimos comida, entonces estamos bien con nuestros hermanos, con nuestra gente de la comunidad; y si hacemos una fiestita, todos compartimos. Esa es la esencia del buen vivir, o sea, la armonía entre unos y otros. En cambio, el buen vivir, ya en la parte occidental, del que habla el Estado, es un buen vivir del materialismo; un buen vivir que como que vacía a las personas; tienes todas las cosas que quieres tener, pero, no tienes nada por dentro. Ni siquiera te sientes en paz, más vives de preocupación; me preocupa si estoy ganando, si estoy perdiendo, el préstamo, la deuda. El Estado ve de esa manera. En mi criterio personal, si en Ecuador hablamos del buen vivir deberíamos ser equitativos. La distribución de los recursos económicos del Estado ecuatoriano debe ser equitativa para que podamos tener una buena educación, una buena salud, una buena infraestructura, que se puedan canalizar alternativas como el turismo comunitario, donde las políticas públicas sean en beneficio de los pueblos y nacionalidades. Pero, mientras no haya esto ¿de qué buen vivir vamos a hablar en Ecuador? Hay un des-buen vivir, en este momento hay un total desencuentro entre los ecuatorianos mismos. Son tan pocos, diríamos el 1%, que tendrían un buen vivir. Pero, casi el 98% de los ciudadanos ecuatorianos ¿de qué buen vivir hablamos? cuando no hay empleo, cuando no hay seguridad, cuando no hay una buena educación, cuando no hay una buena salud, no hay una calidad de atención, eso no es buen vivir. Eso es lo que los pueblos y nacionalidades han reclamado. Si la distribución fuera equitativa, si el gobierno trabajara con diferentes organizaciones, entonces estaríamos hablando de un buen vivir. En resumen, los pueblos indígenas hablamos de la armonía, de la armonía entre la naturaleza y el hombre. Y, en la sociedad de nosotros, somos todos hermanos. Nosotros nos constituimos a base de minkas, si alguien está enfermo, a veces, no tenemos nada, pero estamos yendo a ver, si no tenemos nada, a veces, conseguimos medicinas tradicionales y vamos a ver. Es una correlación. Hay varias explicaciones y conceptos del buen vivir. Nosotros no hablamos de conceptos sino de lo que hablamos es del contexto vivencial de nosotros, que es real, es la realidad que nosotros vivimos a diario.


Sofia Cevallos es antropóloga, post-doctoranda en la Universidad de Paris 8, en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO-Brasil y en la Universidad de Brasilia. Defendió su tesis doctoral en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, Paris, en 2019. En el 2021 recibió una beca Marie Curie para el desarrollo de su investigación centrada en la organización de las mujeres indígenas de la Amazonía ecuatoriana en el contexto de la lucha contra el extractivismo en el siglo XXI.